~You again <3 [AU creek]

05~ secretos espinosos

TWEEK

En una semana empezaban las clases, estaba muy, MUY, nervioso. Tenía mi habitación ordenada ya, no tenía que estudiar nada ni hacer nada antes de empezar el curso. Pero estaba muy nervioso; la universidad es muy chunga, según mis padres. Supongo que siempre me han asustado con eso y ahora estoy demasiado ansioso como para poder pensar de forma lógica.

¿Pensar de forma lógica? No lo había hecho en mi vida, Craig era el que pensaba lógicamente...

¿Otra vez pensando en Craig? ¿Que significaría eso? Ugh, cuanta presión.

Mi móvil empezó a sonar y di un salto del susto.

Lo cogí y lo miré a ver quien era. Era Token, me estaba llamando. Le di mi número a los chicos el otro día. Ya que nunca habíamos tenido nuestros números porque, cuando me mudé, ninguno de nosotros tenía móvil.

—¿...Token? —Dije a través del teléfono, luego de descolgar la llamada.

—¡Hey, Tweek! Yo y los chicos estamos en el parque que hay cerca de la universidad. ¿Quieres venirte? Perdón si te pillaba ocupado, bro, pero te echamos de menos. ¿Verdad chicos? —Contestó Token.

—¡Siii! —Contestaron los chicos de fondo.

—No estoy ocupado en realidad, si puedo ir. ¿Me pasas la ubicación? —Dije sonriendo. ¿Me echaban de menos? Yo también.

—Por supuesto, tío, ¡te vemos allí! —Añadió Token y colgó.

Al momento me envió la ubicación. Me puse ropa decente para ir y me puse en marcha.

Cuando llegué allí, vi a Craig y a Jimmy sentados en el césped, mientras que Clyde no dejaba de moverse y abrazar a los demás, y Token arreglaba una de las muletas de Jimmy, al parecer se le había roto.

El primero en percatarse de mi presencia fue Craig. Nos miramos y al momento sonrió, y me saludó con la mano.

Los demás vieron el gesto de Craig y miraron en la dirección en la que saludaba. Me vieron y Clyde vino corriendo a abrazarme.

Finalmente me acerqué a ellos y les saludé.

—¿Que ha pasado con la muleta de Jimmy? —Pregunté, sentándome al lado de el anterior nombrado.

—Pues que el t-torpe de Clyde la ha r-ro-roto haciendo el ton-to. —Me contestó Jimmy, lanzándole una mirada asesina a Clyde.

—Oye, fue un accidente; además, Token te la está arreglando perfectamente. —Contestó Clyde, abrazando a Jimmy por detrás.

—En efecto, ya casi está. —Contestó Token, levantando un pulgar arriba.

—¿Me perdonaaas? —Le dijo Clyde a Jimmy, poniendo cara de no haber roto un plato en su vida.

—Está bien... —Contestó Jimmy, sonriendo.

Craig se levanto y se sentó a mi lado. Se recogió las rodillas y me miró. Yo le miré, esperando a que hablara.

Nuestras caras estaban un poco cerca.

—¿Ya te has adaptado a tu habitación? —Me preguntó Craig.

—Ah, si... la habitación es bastante reconfortante. Los muebles blancos de ikea siempre lo son. —Le contesté y él soltó una carcajada.

—La verdad es que sí. —Me contestó.

Y luego se puso a mirar a unos niños jugando con una pelota, pero mis ojos seguían posados en él.

Tweek, deja de mirarle, deja de mirarle.

No podía.

—Oye Craig, acompáñame a comprar tabaco. —Le dijo Token a Craig.

—Okay, yo también quiero. —Contestó y se levantó del suelo. Aún así seguía mirándolo.

Creo que se dio cuenta de mi mirada porque me miró desde arriba.

—¿Todo bien? —Me preguntó.

Me puse todo rojo.

—¿Eh? Sí, sí...

—Me voy con vos-vosotros. —Dijo Jimmy levantándose. Ya tenía su muleta como nueva.

—¿Quieres venir, Tweek? —Me preguntó Token.

—No, me quedo aquí. No fumo.

—Me quedo con Tweek ha hacerle compañía. —Dijo Clyde, sentándose a mi lado.

—Bien, ahora ve-nimos. —Se despidió Jimmy y se fueron.

Nos quedamos un momento en silencio. Tenía bastante miedo de que fuera incómodo estar a solas con Clyde.

—Estamos muy felices de que estés aquí con nosotros de nuevo. Sobre todo Craig, se le ve más feliz desde entonces. —Me dijo, sonriéndome y dándome dos suaves palmadas en la espalda.

—¿Ah, si? —Sonreí al escuchar aquello.

—Si. Craig lo pasó horrible cuando te fuiste... —Me dijo, mirando al suelo.

Me quedé en silencio, esperando a que siguiera.

—Craig vomitaba como tres veces a la semana cuando te fuiste, así por un año entero. Lo pasó muy mal. Muchas veces se quedaba por las noches en mi casa llorando.

Abrí bien los ojos. ¿Estaba escuchando bien? Me sentía horrible por Craig. Pensaba que yo era el único que sufrió.

—¿Lo dices en serio? —Dije. Mis ojos se humedecieron y mi labio inferior temblaba levemente.

—Sí, me dijo que su vida no sería la misma sin ti, que te echaría de menos, que no te necesitaba, pero que su vida junto a ti era mucho mejor... —Clyde se puso a llorar.

Y yo también.

Me sentía horrible por Craig. No sabía que lo había pasado tan mal.

Ojalá hubiera podido estar para él, que él estuviera para mi, no haberme mudado nunca.

Por suerte, cuando regresaron de comprar tabaco, ya no llorábamos.

Craig me dedicó una sonrisa a lo lejos y me saludo levemente con la mano.

Ahí me di cuenta de lo mucho que lo había echado de menos, más de lo que podía creer.