Hay caminos que se separan, otros que se juntan y, de vez en cuando, caminos que después de un tiempo se vuelven a cruzar.
Nosotras vivimos historias distintas pero de alguna manera eran más parecidas de lo que creíamos, con la diferencia de que una de nosotras tuvo su final feliz y la otra aún sigue curándose y cerrando cicatrices.
Las dos nos merecemos nuestro final feliz, una ya lo tiene y la otra lo tendrá. Solo tiene que esperar a que llegue y no forzar el buscarlo.
Nunca esperamos que él volviera, igual que no esperamos que se fuera.
Al final nunca sabemos quien va a cumplir sus promesas y quien no.