Capitulo 3

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Sentí mi corazón acelerarse. Rápidamente voltee hacia atrás donde la ví con la típica playera rosa y unos leggings.

-Kara?

Por unos segundos sus ojos conectaron con los míos.

-Lena... -dijo casi sin aire

No retrocedió ni se acercó. Se quedó ahí casi inmóvil mirando desde la punta de mis zapatos hasta mi cabeza.

Con lentitud alcé mi mano y la agite saludándola. Ella enfocó su vista en mi mano y unos segundos después hizo lo mismo pero sin alzar la mano.

-aquí están -otro trabajador le dio una caja de tennis

-gracias -el chico se retiró y ella continúo ahí parada

Antes de que pudiera acercarme la mujer atrás de mi tocó mi hombro para entregarme mis gorras. En cuanto agradecí volteé pero ya no estaba ahí, caminé entre los estantes buscandola. Aunque la tienda no era muy grande tenía varios estantes que formaban pasillos.

Lentamente me acerqué y me paré frente a ella. No sabía que decir, cómo comenzar o cómo explicarle.

-yo... Volví ayer -ella alzó su mirada- fuí a tu casa pero tu madre me pidió que me fuera

-ya no es mi casa -miré mis manos nerviosa- ella no me mencionó nada -de nuevo nos quedamos en silencio, no me podía atrever a siquiera mirarla, a decir verdad estaba sobrellevando las cosas muy bien- qué haces aquí, Lena?

Miré sus ojos y noté lágrimas queriendo asomarse.

-te prometí que volvería por ti, vine a este deportivo para verte

Ella negó con la cabeza. La primera lágrima rodó por su mejilla, al instante sentí lágrimas amenazar con salir de misma forma.

-prometiste que serían solo dos años -la culpa pegó en mi pecho- no creo que eso aún sea posible

La miré dolida, ella había detenido sus lágrimas pero había comenzado a chasquear los dedos, por inercia puse mi mano sobre la suya pero ella la separó.

-puedo controlarlo -se refirió al chasquido

Se levantó en dirección al mostrador y pagó por la caja de tennis que tenía en manos. Y fue hasta ese momento que me percaté de los pequeños ojos azules que me miraban de manera muy atenta y silenciosa.

Sequé mis lágrimas y le sonreí.

-hola pequeño, vienes a jugar fútbol?

El niño al instante sonrió y asintió.

-vaya, cuál es tu nombre?

-Lewis -el niño seguía sonriente- te gusta jugar?

-claro, me gusta jugar con la tecnología -servía muy bien el niño cómo una distracción

-cómo hacer robots? -sentí

-así es, me gusta jugar a hacer robots y muchos experimentos -el niño hizo una O- me debo ir -dije en cuanto vi a Kara acercarse- adiós Lewis

El niños sacudió su mano en forma de adiós. Con un suspiro miré a Kara quién se había detenido frente a mi en silencio.

-te invito a comer -por un momento sus ojos brillaron- después podemos pasar por donnas

Era una muy buena técnica, pero ya no éramos unas adolescentes que con un poco de comida eran convencidas. Mientras Kara lo pensaba en silencio pude oler ese aroma que me embriagaba, a pesar del tiempo seguía siendo exactamente el mismo, era una combinación de ropa extra limpia con un poco de perfume dulce, sonaba un poco extraño pero me encantaba, su fragancia me llevaban a varios recuerdos juntas.

Quédate aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora