Capítulo 3

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―Mi lady, la habitación está lista ―anunció la sirvienta, llamada Olivia, al momento de entrar. Miró en derredor con cuidado, buscando la presencia de Tina.

Emilia la observó desde el sofá donde estaba sentada, examinando a la recién llegada de manera atenta. En perspectiva, no había tardado demasiado en volver, puesto que después de vestirse con varias capas de ropa y calcetines, que Tina se empeñó en ponerle para resguardarse del frío, se sentó allí para esperar la llegada de cualquiera de las dos y no tenía más que unos quince minutos en haber tomado asiento.

Su doncella había ido a cumplir con sus órdenes, mientras ella aprovechó el poco tiempo para poner un poco de calma a sus pensamientos y, de ese modo, establecer un curso de acción.

Primero se enfocó en recordar los nombres de los vasallos del archiduque, Lord Gastrell se había granjeado la lealtad de sus hombres en la cruzada del Valle Sötét durante su adolescencia, un hecho importante que marcó a uno de los personajes importantes de la novela. El haber perdido a su hermana, la archiduquesa Rania Ahu, solo sirvió para grabar a fuego todas las emociones experimentadas en el campo de batalla en los corazones de los soldados.

Gastrell no solo regresó con la victoria, todas las bestias demoniacas que asolaba el valle fueron exterminadas bajo la espada, una reliquia que el propio Grien, dios de la luz, le confirió al héroe Dankworth mil años atrás; sino que adicional a eso, protegió y preservó el cuerpo sin vida de la pobre Lady Rania, solo para que esta pudiese descansar en paz bajo el manto de Rahu, el dios al que la familia Dankworth servía desde su fundación, en las tierras del sur, su cuna natal.

La muestra de amor fraternal y lealtad a sus soldados, fue más que suficiente para que Gastrell Rah fuese reconocido a lo largo y ancho de todo el imperio. De tal forma, que durante un tiempo se temió la influencia que el joven archiduque poseía sobre sus súbditos.

«El autor siempre hizo énfasis en el hecho de que los hijos de Gastrell habían traído deshonor a la familia... Tanto así, que Rymer siempre menciona que él se volvió caballero para resarcir el honor del Lord de su tierra natal que tuvo la desgracia de tener unos monstruos por hijos.»

Sin embargo, si todo salía bien durante esa noche, en vez de alejar a un personaje importante dentro de la novela, podría traerlo a la casa ducal y sumarlo a las líneas de los caballeros del ducado, fortaleciendo a los soldados de Dankworth para el futuro.

«Ahora que lo pienso, ¿no es durante esta misión de exterminio en la que Gastrell muere? Entonces debo apurarme mucho más...» rumió con aprensión―. Si Lord Dankworth morirá en los próximos años, entonces es Aarik quien pasará a ser el archiduque, y por lo que he visto hasta ahora, no creo que sea un niño muy preparado para ese cargo, y no sé cuánto tiempo le tomará recuperarse para que tome posesión del título.

Con la llegada de Olivia, todos esos pensamientos y elucubraciones cesaron; entre otras cosas porque necesitaba toda su concentración enfocada en las personas que se acercaban a ella esa noche.

―Mi lady, ¿dónde está Tina? ―preguntó con cortesía; procurando no mirar en dirección a la cama manchada de rojo y a los pies de la misma donde se encontraba el ojo sanguinolento.

―Fue a cambiarse ―respondió Emilia, sonriendo con suavidad. Quería que esa sirvienta bajara su guardia, sin importar el aspecto grotesco de la habitación y el piso manchado de sangre―. Ha decidido permanecer esta noche conmigo, en el nuevo cuarto, para hacerme compañía.

Olivia no cambió de expresión, asintió una vez y no dijo más nada, como si esperase esa situación. Tina llegó minutos después, jadeaba un poco debido al esfuerzo que había hecho por cumplir con todo lo que solicitado por lady Zali. Por suerte, el hecho de que ella misma se vistió por su cuenta, le permitió irse antes y buscar todo lo solicitado, procurando esconderlo entre su uniforme, tal y como le indicó la niña.

Cánticos de Luz y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora