UNA LUZ PARA VIVIR

CAPITULO 15

"Te confieso que mi amor por ti es tan inestable como el invierno y las estaciones".

Me miro al espejo, el reflejo de mi cuerpo completo enfundado en un hermoso vestido blanco. Esa era yo, una mujer cuya familia perdió y está a punto de casarse con un hombre que prometido protegerla, amarla y respetarla por el resto que nos quede de vida. Juro forma una familia conmigo y ser mi familia, ese hombre al que muchas veces le dije que no ahora está dispuesto a luchar conmigo para seguir viviendo y ser felices juntos.

La emoción borbotea en mis entrañas. Verme vestida así me hace sentir plenamente feliz. No sé cuántas veces soñé de niña con casarme con un hermoso príncipe, y aunque este no sea cuento de hadas y Mathew no sea un príncipe de armadura, es un hombre que ama con intensidad y no teme demostrármelo.

Sonrió inconscientemente, me veo hermosa, me siento hermosa con ese simple vestido blanco de encaje y tul. No quería nada común ni un corte de sirena que habitualmente está de moda en estos tiempos, es por ello que elegí un vestido sencillo con detalles simples pero elegantes y ligero.

Ya todo estaba listo, desde el pastel de melocotón y chocolate, hasta la recepción y la decoración, solo faltan cuatro días y el día de mañana se hará una reunión para celebrar el compromiso.

Salgo del vestidor, la señora Gomert está sentada en uno de los sofás esperando que salga, el su mano una copa de champan y en la otra unos bocadillos dulces.

Ella se me queda mirando con los ojos llorosos, doy una vuelva para ella y la veo sonreír. Deja la copa de champan en la mesita a su lado y se acerca a mí para acuna mis mejillas y mirarme con afecto.

—Te vez preciosa querida, más que eso pareces un ángel a mi hijo le encantara verte así, has hecho una buena elección —retrocede un paso para ver mejor el vestido. Este cae a mí alrededor, tiene una larga cola de tul, es suave, ligero y esponjoso, me hace sentir como una reina —es simple pero elegante va muy acorde a tu personalidad y al lugar donde se casaran. Sera necesario que elijas otro vestido para el baile y otro para la fiesta de mañana por la noche, creo que el borgoña de allí se te vera precioso. —Miro el vestido que señala, es largo con abertura y escote de corazón y tirantes. Es precioso y perfecto para la fiesta mañana. Nunca he sido una chica que le guste gastar más de lo necesario pero andar con la señora Gomert es otro caso, ella solo elije y paga, ni siquiera se toma la molestia de ver el precio de la prenda.

Pasamos toda la mañana en el centro comercial como en los viejos tiempos. Mi vestido de novia se me será enviado dentro dos días antes de la boda con todos los arreglos listo para que quede justo a mi cuerpo. Hemos elegido unos tacones color champan no son ni tan altos ni tan bajitos, una que otra lencería que mi suegra me obligo a comprar, según ella necesito seducir a mi marido en la noche de bodas.

—¡Querida que te parece esto, no crees que es lindo! —ella me muestra un bello vestido rosa de niña. El nudo que se hace en mi garganta me atora un poco no me deja respirar. Ver aquel traje emerge en mi un sentimiento de anhelo, uno que sería emocionante y una muy buena experiencia. Toco mi vientre inconscientemente. "Algún día", algún día un bebé crecerá en mi vientre y formare una familia completa junto a Mathew. Lo sé, es mi mayor deseo aunque es la primera vez que lo pienso y lo anhelo. —Qué tal si lo compramos, podemos guardarlo para cuando nazcan sus niños ¡Verdad! —asiento con una enorme sonrisa.

—Lo amara. —Ella me abraza con ternura —gracias por todo Sara...

—No hay de que querida, eres como una hija para mí, no sabes lo feliz que estoy por ustedes —dice si dejar de abrazarme.

Al llegar de nuevo a la oficina, mi prometido no se encuentra, termino de organizar algunas citas y papeleos mientras lo espero pero nunca llega. Salgo del edificio a la hora de siempre, David me lleva al departamento de Mat, ese lugar que se será mi hogar después que me case con Mat.