Narra T/N
Cuando cierro la puerta tras de mí no tardo ni dos segundos en llevarme las manos a la cara, la cual está más roja que un tómate.
Dios mío, ¿qué va a ser de mí?
Me apoyo de espaldas contra la puerta y me dejó deslizar por ella hasta llegar al suelo, donde me quedo sentada con las rodillas dobladas hasta el pecho.
Por mucho que lo intente, no puedo dejar de sonreír.
Es estúpido como otra persona puede hacer que te sientas tan ligero.
Como si estuvieses flotando entre las nubes.Madre mía, hasta la explicación suena ridícula.
Después de unos minutos en silencio, conteniendo mi emoción, me incorporo y miro a través del ojo de la puerta para asegurarme de que Katsuki ya se ha ido.
Cuando me alejo de esta empiezo a menear las caderas de un lado a otro y a mover la cabeza de arriba a abajo y antes de que pueda controlarme ya estoy haciendo mi baile de la felicidad.
Porque estoy feliz.Muy feliz.
Y, no sé, estoy tan contenta que no se siente real.
Es como si estuviese en mitad de un sueño.Me saco los zapatos y los colocó junto a la puerta, mientras doy golpecitos en el suelo con los pies.
Entonces, empiezo a deslizarme por los pasillos de mi apartamento en calcetines y dando gritos de alegría y emoción.
Me encuentro a mi gato descansando en el sofá, y este me dirige una mirada de cansancio, como su estuviese hasta el mismísimo gorro de mis estupideces.
Le mando un beso volador y sigo bailando por la casa como una loca porque estoy feliz.Porque tengo una cita con él.
Porque le he besado en la mejilla.
Y porque me siento bien, me siento especial.
Me gusta sentirme así.
Creo que todas las personas vivimos por momentos así, momentos en los que sentimos una felicidad tan intensa que nuestro cuerpo no puede contenerla y necesitamos reír, gritar, bailar, cantar y sacar afuera toda la profundidad de nuestras emociones.Creo que es hermoso como los seres humanos estuvieron hechos para sentir tan inmensamente.
Continúo el resto del día entre sonrisas tontas, miradas por parte de mi gato que demuestran lo inaguantable que debo de parecerle, bailes de felicidad y un sentimiento en el fondo de mi estómago que por más que intente calmarme no consigo desvanecer.
Es como cuando estás subido en una montaña. Cuando ya han cerrado los asientos y sabes que no hay vuelta atrás. En esos segundos antes del inicio sientes el estómago girando y tienes ganas de gritar, y no sabes si es de miedo o si es de felicidad, solo sabes que te sientes vivo. Te sientes real.
El amor es como tirarse al vacío, esperando caer en un suave colchón que podría o no existir.
Es terroríico, pero desde mi perspectiva las personas fuimos creadas para amar.Así que, a pesar del miedo y de todo lo que podría salir mal, decido lanzarme a ese vacío.
Por una vez me niego a que el miedo me frene.Me he subido a esta montaña rusa y estoy lista para que empiece.
Finalmente, y con el corazón latiéndome a mil por hora, decido cenar algo ligero y acostarme, ya que estoy cansada y ha sido un día con bastantes emociones.
En realidad, me suele costar bastante quedarme dormida, por lo que suelo procurar irme a dormir temprano, ya que así paso más tiempo recostada y me tardo tanto en entrar en el estado del sueño.
Voy a la cocina aún sonriendo y me preparo unas verduras al vapor y un poco de sopa que me sobró del día anterior.
Mientras cocino no puedo evitar recordar algunos momentos que viví con Bakugo cuando éramos pareja.
Éramos unos adolescentes que se creían muy mayores, pero ahora que he crecido y madurado me doy cuenta de que no éramos más que un par de niños que se querían.
Recuerdo que, como mis padres solía trabajar fuera, solía pasar la mayor parte de mi tiempo sola en casa.
Se estaba en calma y se sentía cómodo pasar el día en mi propia compañía, pero a veces tendía a sentirme un poco sola.No sé cómo explicarlo, es decir, me gusta estar sola. Me gusta leer libros en mi habitación o escuchar música en el salón sin que nadie me moleste.
Pero, sentirme sola era distinto.
A veces era cómodo, pero no se sentía bien.No, sentirme sola nunca me hacía sentir bien.
Pero, de vez en cuando, durante nuestra breve relación, Katsuki solía colarse por la ventana de mi habitación y pasaba los días conmigo.
Conseguía que me sintiese acompañada de nuevo y me ayudó mucho en ese entonces.
De vez en cuando, tenía la tendencia de descuidarme de mí misma y me olvidaba de beber agua, a veces incluso me saltaba comidas porque no sentía demasiada hambre o simplemente no tenía ganas de ponerme a cocinar.
Muchas veces acababa comiendo algo de comida a domicilio o incluso un bocadillo y ya.El día en que Katsuki se enteró de ello casi me mata.
La bronca que me echo fue tan grande que más que mi novio parecía mi abuela.
Sin embargo, desde entonces solía venir a menudo a ayudarme a cocinar, y eso hizo que empezase a cogerle el gusto a estar dentro de una cocina.
Él entraba por la ventana, me levantaba y me llevaba a la cocina y allí, juntos, empezábamos a prepararlo todo.
Y si algunos días no podía venir, hacia videollamada conmigo y me obligaba a cocinar bajo su mirada.
No lo sé, en algunos aspectos me salvó de mí misma, recordándome que tenía que cuidarme y preocuparme por mi salud.
Se sentía bien saber que alguien se preocupaba por mí.
Y hasta hoy he cuidado mi salud y mis comidas gracias a su insistencia por mi bienestar.
Incluso tras la amnesia, seguí aprendiendo a cocinar y comiendo sano todos los días.
Por eso, ahora cada vez que entro en mi cocina no puedo evitar sentir que le quiero aún más.
Tras terminar de cenar, meto los platos en el lavavajillas, le doy agua y lleno los cuencos de mi mascota y me acuesto en la cama.
Cierro los ojos tratando de no pensar.
Pero no puedo evitarlo.
Quiero que el sábado llegue ya.
Quiero saber qué tiene preparado.
Quiero conocerle de nuevo.
Quiero estar con él.
Estoy emocionada, y no sé si conseguiré dormir algo esta noche.
Pero me siento bien.
Me siento feliz.
No se me ocurre ninguna palabra para describirlo en este momento, lo único que sé es que hacía tiempo que no sentía tanta felicidad.
Me siento en paz y, antes de que me dé cuenta, me quedo dormida con una sonrisa en mi rostro.
Tal vez sea esa alegría que siento o la emoción de toda la situación, pero, por primera vez en mucho tiempo, consigo tener una noche entera de descanso.
Al día siguiente me despierto, y me siento completa.
Y bueno, hasta aquí este capítulo.
¿Qué les parece todo?
Espero que les esté gustando, y siento que a veces tarde tanto en publicar.<3
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No te olvides de Mí (Bakugou Katsuki y tú)
FanficBueno, los que lea esto supongo que sabrán que perdí mi anterior cuenta así que voy a volver a escribir mi historia aquí. Si quieren leer la primera temporada de esta historia, busquen el título "Destinos entrecruzados" En fin, aquí volveré a escrib...