Capítulo 2 Escondite

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-Mi Señor, los encontramos- Dijo Alecto Carrow colocándose en una rodilla y haciendo una reverencia al Señor Oscuro.

Aun permanecían en el castillo en ruinas, Lord Voldemort había levantado un trono construyéndolo con algunos escombros del gran comedor, a su alrededor, tendidos en el suelo, se encontraban los cadáveres de todos aquellos a los que había asesinado unos momentos antes con la mortífera lluvia de cristales, se encontraba sentado concentrando toda su atención en la Varita de Saúco, la hacía girar entre sus largos y delgados dedos mientras sonreía triunfante.

Había ordenado a sus sirvientes que llevaran ante él a todo aquel mortifago que hubiese desertado durante la batalla final, haciendo un gran hincapié en...

-Adelante, hazlos venir aquí, no tenemos por qué hacer esperar a nuestros invitados- Respondió el Señor Oscuro con un tono burlesco.

Alecto indicó a su hermano que los trajera, Amycus solo demoró un segundo para hacerlos pasar a fuertes empujones, eran una mujer, un hombre y un chico, los tres se encontraban atados de manos.

-¡Lucius! Me alegra que tú y tu familia pudiesen venir, entiendo que interrumpí un pequeño viaje familiar- Se burló el Señor Oscuro mientras se levantaba de su trono y caminaba hacia ellos mirándolos con unos ojos llameantes de odio.- Pero tranquilo, pronto partirán y descansarán en paz.

-Mi... mi Señor... yo... yo- Lucius trataba de decir algo, pero no sabía qué, estaba aterrorizado como jamás en toda su vida había estado, sus rodillas temblaban con grandes espasmos, un sudor frio recorría su frente y sentía su respiración pesada.- Por fa...favor piedad...

Una furia colérica se apoderó del Señor Oscuro "¿Cómo se atreve este infeliz a clamar por piedad?" Pensó Voldemort para después mover la mano que no sostenía la varita para hacerlo levitar. Lucius dio un respingo de sorpresa y terror, Narcisa Malfoy se hincó y se aferró a la túnica del Señor Oscuro gritando y chillando.

-¡Por favor! ¡Perdónenos, tenga piedad, haremos lo que usted pida!- Gritaba histérica la mujer entre lagrimas.

-¡Como osas tocarme maldita traidora!- Gritó Voldemort a Narcisa.- Tú me mentiste acerca de Potter, por tu culpa casi lo pierdo todo, no esperes misericordia.

Voldemort movió la varita, un momento después la mujer había sido disparada hacia atrás, voló cerca de tres metros antes de golpear con fuerza el piso, por unos pocos centímetros casi golpea a los hermanos Carrow, ellos dieron unos pasos atrás para mantenerse seguros.

-¡Madre!- Chillo Draco, pero no se movió, el también se encontraba completamente paralizado del miedo.

-Es hora de pagar por todas tus estupideces mi querido Lucius tú y tu familia lo harán- Dijo Voldemort mientras apuntaba a él con su varita.

Intensas llamas rodearon el cuerpo de Lucius Malfoy, estaba siendo quemado vivo, gritos de agonía y de dolor se apoderaron del gran comedor, Voldemort apunto ahora a Narcisa a quien también se vio envuelta de inmediato por las llamas, también ella comenzó a dar alaridos de dolor y terror.

Draco no podía creer lo que estaba presenciando, sus padres estaban siendo asesinados frente a él, quería cubrir sus oídos para no escuchar los gritos de sus padres pero le fue imposible, aun tenía las manos atadas, pero de pronto ya no era necesario, los gritos cesaron de repente, ya habían muerto. El aire comenzaba a llenarse de un repugnante aroma dulzón de carne quemada, le revolvió el estomago a tal grado que casi lo hace vomitar, esa sensación hizo que diera unos pasos hacia atrás, pero sus pies chocaron con algo que lo hizo caer de espaldas, intento ver que era y al darse cuenta dio un grito de horror, se trataba del cuerpo de Harry Potter, tenía los ojos abiertos y lo miraba sin ver, su piel estaba tan pálida como la de Voldemort y en su cuello podía ver una gran herida que aun estaba húmeda.

Ron Weasley Y La Última ReliquiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora