Capítulo 3

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Minjeong

Sábado, 1:26 am
Seattle, WA

—Bueno... ¿Quieres ir a dormir? —me preguntó, tragué saliva.

—¿Puedo... Puedo hacer una llamada?

Debería haber hecho antes esa pregunta, mucho antes. Quizá lo pasara por alto con el frío que estaba sintiendo en mi interior, los temblores, el dolor de huesos al mover cada articulación. Al vivir en el faro convivía con el frío cada día pero jamás llegué a sentir lo que sentí esa noche.

No sabía muy bien quién era la chica que me ayudó, solo sabía su nombre, Karina. Al parecer tenía mucho dinero así que supuse que sería una persona importante, pero se la veía que tenía un corazón noble, no cualquiera mete a una desconocida en su coche sin saber absolutamente nada de ella y encima le ofrece cobijo para quedarse. Además, esa chica... Era guapísima. Tenía los ojos rasgados, pero no de una manera común, ¿sabes? Su mirada era penetrante. Por lo poco que he podido fijarme quizá era un pelín más alta que yo, tenía el pelo liso y de color castaño oscuro.

A decir verdad jamás me había fijado en ningún alma, nunca había puesto mis ojos sobre nadie. Con la única persona que mantenía relación era mi amigo Luke, el dueño del faro y las dependientas del supermercado. Pero esta chica tenía algo... Y sabía que estaba mal fijarme en una persona a estas alturas de la historia, con un cadáver en mi habitación, mi padre desaparecido y una carga descomunal de problemas en mi espalda, pero me era inevitable mirarla y pensar... Joder, qué guapa.

—Sí claro, toma mi teléfono —respondió.

Karina me dejó su móvil y le sonreí amablemente. Me centré en lo importante. Marqué el número de Luke, que gracias a Dios me sabía de memoria.

Karina salió de la habitación y me dejó sola dándome intimidad, cosa que agradecí, o sino le tendría que haber pedido si podía dejarme asolas y eso habría estado feo. Comencé a dar vueltas por la habitación mientras me mordía la uña del pulgar.

Llamada entrando...

—Va... Cógelo —dije en voz alta para mí misma.

Luke 00:01

—¿Hola? ¿Quién es? —dijo somnoliento.

—¡Luke! —dije desesperada— Soy Minjeong.

—¿Minjeong? ¿Qué pasa? ¿desde dónde me llamas?

—Te tengo que contar muchas cosas y muy rápido así que presta atención.

—Vale, dime.

—Esta noche he vuelto de dejar el coche en el taller y cuando he llegado a casa había entrado alguien, pensé que sería a robar pero me amenazó, me empezó a decir cosas como "dime dónde tiene guardado el dinero tu padre" o sea que sería alguno de sus asuntos turbios. El problema es que forcejeamos y le disparé sin querer con la escopeta de caza —cogí aire y respiré pesadamente—. Esta muerto, Luke.

—¡¿Qué?! Dios... A ver, tranquilizate... ¿Dónde estás?

—En casa de una mujer... No sé quién es. Me agobié y salí de allí, ni siquiera tenía el teléfono para llamarte, me lo dejé en el taller. Tuve que salir a buscar algún móvil para poder llamarte, pero esta chica me encontró bajo la tormenta y me recogió. Este es su teléfono.

—¿Te has subido al coche de una desconocida?

—¿En serio Luke? ¿De todo lo que te he contado eso es lo más importante?

El Faro | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora