03 | Lágrimas para alguien a quien no se conoce.

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《En un mundo donde naces con un anillo en puesto en tu dedo medio, si tu alma gemela perece este se torna negro y se desintegra》

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Plink. Plink. Plink.

Son pequeñas pero escandalosas.

Gotas de agua cayendo de su cabello recién lavado en la bañera. Senju no puede evitar sentirse perdida en sus pensamientos al escuchar el sonido de las gotas caer y que gracias al eco del baño se escuchaban exageradamente.

Es un sábado por la noche, otra vez está sola. Con sus hermanos mayores desaparecidos en algún lugar de esa ciudad malditamente grande Senju había aprendido a vivir por su cuenta.

Pero los extrañaba, extrañaba a Wakasa y a Benkei. Y sobre todo parecía extrañar a alguien a quien no conocía también.

Ella levanta su mano derecha, sacándola de las profundidades de su bañera y observa ese anillo que se suponía en algún momento debía haberla guiado a su persona destinada.

Quizás su anillo tenía un defecto, tenía ya veintiséis años y no había logrado obtener contacto alguno más que unos cuantos cambios de colores según que tan cerca o que tan lejos se encontraba de su alma gemela.

A veces Senju deseaba quitarse ese anillo, si tan solo pudiera, arrojarlo al mar y preocuparse solamente por si misma. Pero sabía que aunque hiciera aquello eventualmente seguiría preocupándose por sus hermanos que no había visto hace muchos años y de los cuales no tenía idea dónde estaban, ni qué estaban haciendo. Y sabía que, tampoco podría evitar preocuparse por su alma gemela.

Y luego estaban las ocasiones en las que Senju temía despertar una mañana y encontrar el anillo en su mano negro, hecho pedazos. Porque aquello significaría que quien sea que tuviese ese otro anillo había muerto.

Se deslizó hundiendo más su cuerpo dentro de la bañera, el agua se rebasó. Era una tontería, preocuparse por alguien a quien no se conocía.

Senju salió de la bañera, se cubrió con una toalla y una vez vestida con un pijama salió hasta la sala de su apartamento al escuchar las noticias en la televisión que había dejado encendida.

Tenemos reportes sobre un intento de suicidio. Un individuo desconocido ha sido avistado en la cima de un edificio, se desconoce su... —mientras el periodista seguía narrando la escena, Senju observó las imágenes que eran transmitidas.

Había un sujeto a nada de lanzarse del edificio, vio como su boca se abrió y al parecer había gritado algo. Luego sonrió.

Se lanzó, alguien de la nada  sujetó su mano desde una ventana. Pero al parecer el segundo sujeto estaba herido.

—¿Qué rayos está pasando? —ella tomó su teléfono y antes de que pudiera buscar en redes sociales vió como ambos sujetos cayeron del edificio— ¡Cielos!

Senju se cubrió el rostro para evitar ver lo que sea que las cámaras hubieran transmitido. Su corazón latía fuertemente, sintió pesar por ambos. El periodista, aunque estaba en pánico recobró la compostura y siguió narrando los hechos que seguían.

Senju quitó las manos de su rostro, un sentimiento amargo se apoderó de ella cuando vio el anillo en su mano tornarse negro y en un leve movimiento hacerse añicos liberándola del peso que había sido estar 26 años destinada a alguien que jamás conoció.

El noticiero seguía dando la trágica noticia, aquellas voces sonaban lejanas para Senju porque en ese momento el anillo de su dedo había sido destruido. Pensó en las escasas probabilidades de que aquello hubiera sido una mera coincidencia.

Pensó en todas las personas que morían en el mismo día, en el mismo instante alrededor del mundo.

Aquello era solo una coincidencia, intentó convencerse.

Pero mientras el televisor proyectaba dos cuerpos inertes sobre el pavimento, Senju sintió el sabor a sal de sus lágrimas sobre sus labios.

Unas cuantas lágrimas para alguien a quien nunca conoció.














Esta vez | Mikey & SenjuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora