Después de un breve chequeo las enfermeras salieron, me habían sedado de nuevo y se me estaba nublando la vista, alcance a ver a mi hermano sentarse y entonces cerré los ojos.
Desperté cuando ya había oscurecido, las luces estaban encendidas y mi hermano se hallaba haciendo deberes en la silla de al lado.
Una enfermera entró, reviso los monitores y volvió a salir, para regresar con una bandeja de comida.
Mi hermano la tomó y se levantó de la silla, me ayudó a comer, la comida del hospital sabía horrible, era un puré de papa, desabrido y reseco, una gelatina sin azúcar y un jugo de naranja.
Mi hermano salio a llevar la charola y me dejó acostado.
Mi mente aún estaba en blanco, no sabía que pensar, que hacer...
Todo era confuso, solo quería que el dolor se fuera y me.permitiera seguir con mi vida normal, quería ser yo, el de antes, un Motociclista fumador y adicto al café...
Con única preocupación de cuidar a mi hermano y de trabajar.
Pasaron los días, 2 semanas, mis costillas habían sanado pero mi pulmón aún estaba cicatrizando, tenía 3 perforaciones y varios fragmentos que quedaron dentro, imposibles de sacar.
Las vendas de la cabeza se habían ido y el suero de mi mano derecha era menos cada dia, me habían dado 1 semana más de estadía en observaciones.
Mi hermano se iba y regresaba por las tardes para ayudarme a bañarme y las enfermeras cambiaban los vendajes cada día.
Mis piernas reaccionaban cada día mejor y ahora me permitían levantarme a dar un corto paseo por la sala de espera.
Mi moto estaba en casa, solo había sufrido unos cuantos golpes pero nada más.
La comida había cambiado, ahora me daban chocolate caliente y sándwiches de jamón.
De vez en cuando mi hermano metía un café y me permitía darle dos caladas a un cigarro, que después arrojaba por la ventana.
El dinero le estaba faltando, el seguro de trabajador que mi empresa le daba para cubrir los gastos era insuficiente.
Tanto que había tenido que recurrir a Dante, nuestro padrastro, para pedirle prestado, cosa que me molestaba demasiado ya que me había alejado de él para evitar que mi hermano viviera los horrores que yo viví.
Dante se había casado con mamá años después de que mi padre falleciera pero era un abusivo, la maltrataba, pero a pesar de eso madre lo había preferido a él que a nosotros.
Vivimos 8 años con el, viviendo maltratos, peleas, olor a alcohol todos los días.
Protegí a mi hermano de las golpistas y cuando no pude soportarlo más, lo tome y huí de casa, tenía 15 años.
Mamá jamás nos busco, y Jashua, el Un era un niño, no entendía nada, siempre se despertaba por las pesadillas.
Lloraba y yo lo arrojaba en mi cama y así dormíamos, abrazados.
Vivimos por 3 años con la abuela paterna, alejados de nuestra madre y cuando cumplí 18 comencé a trabajar en una fábrica de ensambles, me hice de un pequeño capital y compre una casa.
La arreglamos y entonces se convirtió en nuestro hogar.
Y ahora por mi culpa, mi hermano tenía que estar en deuda con el maldito dueño de sus pesadillas.
-maldita sea- el coraje me invadió y golpeé la barra de la camilla exclamando otra maldición cuando la sangre comenzó comenzó subir en la manguerilla del suero
Un pitido agudo sonó y tres enfermeras entraron en la habitación.
Comenzaron a mover maquinas y se acercaron a mi, tomaron la manguerilla y apretaron la bolsa del suero.
Todo bajo de nuevo a mi brazo y el dolor fue insoportable. La sangre entró de nuevo a mi cuerpo y entonces el brazo se me amorato.
Me pusieron sedantes y me volví volví dormir rendido.
Cuando volví a despertar la vi, en la puerta, tenía los ojos hinchados y unas grandes ojeras debajo.
-que bueno que despertas te isaack, quería verte-dijo y mostró una sonrisa cínica
Al instante me invadió el coraje, como se atrevía a venir después de todo el daño que nos había echo.
-verme?-pregunté -después de todo lo que nos hiciste ahora quieres verme?, no seas hipócrita madre-su semblante cambio- solo vete, no digas nada, lárgate y dejanos vivir en paz, desaparece de nuestras vidas, no te necesitamos, para nada-
-pues al parecer si me necesitan, ¿o quieres que te diga quien fue llorando con Dante a pedirle dinero para tus operaciones?-me dijo y me sonrío
- y por eso yo me encargaré de pagarle a ese imbécil hasta el último centavo que le debo, con tal de no volverlos a ver incluso vendería mi vida, ¿así lo entiendes o lo explico más claro?-
-claro, sabes que, te dejo, has con tu maldita vida lo que te plazca, muérete en esa camilla si así lo deseas-dijo y salió azotando la puerta.
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El Mar En Sus Ojos: De amor y otras tragedias
عشوائيY sus ojos color mar terminaron perdidos en ese sueño para siempre...