A 2 cuadras de ti

"Disparo de fe"

Capitulo 1
Un día más en este instituto de mierda, todos me odian y yo los odio a todos, los chicos del fútbol parecen narcisistas pringados compitiendo para ver quién es el más fuerte, pero les falta cerebro y los cerebritos apartados como si ser genios fuera la enfermedad de la fiebre amarilla, rechazados por esta civilización de egocéntricos anticuados y machistas. Entre todo este caos, estoy yo, aquí, en contra de mi voluntad, en este instituto de capullos, un día más sobreviviendo a esta terrible pandemia que es para mí la humanidad en toda la extensión que lleva consigo la palabra y su cruel sistema de vida.

Riiin (Suena el tiembre)

Tengo que ir a clases de mates, la única asignatura en la que es menos probable quedarme dormida, ¿a que es de locos? No suele ser matemática la asignatura mas divertida, pero creanme, termina siendo para mi la mas interesante, al fin y al cabo... ahí está ella.

Entra el profesor gordon, es un buen tipo, aunque por ser específicamente de dicha asignatura, no termina siendo catalogado el mejor de los profesores. Se rumorea que encontró el semestre pasado a su mujer con su mejor amigo y desde entonces dejó de ser el mismo. Siento pena por él, creo que es una prueba irrefutable de que nuestra especie, no es precisamente la mejor.

• Hola grupo, hoy hablaremos sobre las ecuaciones trascendentales. ¿Pueden decirme cuando estamos en presencia de una?

Alguien levanta la mano.

• Si Rubi, dime... (Contesta el profesor)
• Profe las ecuaciones trascendentales son cuando involuclar funciones no polinomicas, como las funciones trigonométricas, exponenciales, logarítmica, etc.
• Muy bien señorita Maswer, puede sentarse.

¡Joder es ella!, Rubia Maswer, más conocida como Rubi. ¿Recuerdan que dije que las matemáticas pueden ser interesantes?, ahí les presento la razón. Mi ser humano menos odiado, y miren que eso es raro en mí, porque yo odio todo, pero véanla, es diferente.

Me quedo embelezada mirandola.. Cuando de repente:

• ¡Cris! ¿Tienes algo que compartir con la clase?
Todos me observan, incluyendola.

Joder que me está mirando, ¿Qué hago?

• No señor Gordon, disculpe. (Contesto apenada)
Ella me sonríe como haciéndose cómplice del regaño que acabo de recibir. Le devuelvo la sonrisa, un poco tímida.

• Bueno chicos se ha acabado la clase, recuerden que la semana que viene hay exámenes.
Nos levantamos todos y salimos.

Cuando me dirijo al garaje por mi maravillosa beba, o mas bien, mi fabulosa motocicleta Harley Davidson del 1946, lo se, lo se, un clásico, bueno, justo cuando voy a montar...

• Esperaa! (Siento una voz que grita)
Al guirarme noto que es Rubi, viene corriendo hacia mi, parece una niña pequeña, feliz en su mundo, como si no existiese nada, solo ella y esa paleta de caramelo que trae comiendo, pense que algo así era permitido solo hasta los 7 años.

• Hola, disculpa, se q no nos conocemos pero te vi un poco despistada en la clase y ya se acercan los exámenes, si quieres podemos estudiar juntas y así te ayudo con las ecuaciones... Ahhhh, que despistada soy, mucho gusto, mi nombre es Rubina Maswer.

¿Como le digo que ya se quien es? Se supone que no pasa desapercibida ante mi si cada tarde cuando voy hacia la casa la veo en una esquina rodeada de 3 perros callejeros y 1 gato pinto, siempre está ahí, ha la misma hora dandoles de comer.

• Hola Rubi, disculpa, Rubina, mucho gusto, mi nombre es Cristina Chan pero ya te habras dado cuenta al igual que yo que a veces 9 meses no son suficientes para escoger un nombre decente.

Ella sonríe

• Llamame Cris (continuo)
• Y sí, me parece bien q me eches una mano, la necesito.
• Entonces es una cita, mañana en clases nos ponemos de acuerdo. Contesta Rubi, me da un beso en la mejillas y se va.
• Oyeee, la paleta, (señalo) ¿Que edad tienes?
Rubi me mira de lejos

• La misma que tú, compartimos clase, ¿lo olvidas?

Sonrio..

• Es verdad, sabes? El 26 de diciembre de un año de estos sufrió Papá Noel un atraco. Pero no fue un atraco cualquiera, sino un atraco tonto, muy tonto. Volvía Papá Noel de entregar todos los regalos. Estaba cansado, ya que llevaba desde el día de Nochebuena trabajando a tope. Y allí iba el buen hombre, en su trineo ya vacío, con el traje casi negro de bajar por las chimeneas y con la barba tan sucia que más bien parecía que se la había teñido. Los renos, que también estaban agotados, caminaban tranquilamente mientras recordaban lo felices que habían hecho a los niños de todo el mundo. Pocos kilómetros antes de llegar a casa, saltaron al camino un par de criaturas disfrazados de duendes. Sacaron sus armas y, apuntando a los renos, dijeron:
• -¡Danos todos los regalos o acabaremos con tus renos!
• -Pero, ¿qué decís? -dijo Papá Noel
• -. ¿Qué pretendéis hacer con esos bastones de caramelo?
-Es que no teníamos otra cosa en casa -dijo uno de los ladrones-.¡Da igual! Danos lo que tengas.
-Pero es que ya no tengo nada -dijo Papá Noel.
-¡No nos mientas! -dijo el otro ladrón-. Es Nochebuena y tienes que ir cargado de regalos.
-¿Nochebuena? -preguntó Papá Noel-. Eso pasó ya, y la Navidad también. He entregado todo ya.
-No es posible -dijeron los ladrones. Y se pusieron a llorar.
Papá Noel bajó del trineo y les consoló como pudo.
-¿Por qué queríais robarme? -preguntó.
-Nunca hemos tenidos regalos de Navidad -dijeron.
-Será porque habéis sido malos -dijo Papá Noel.
-Sí, hemos sido malos. Y, por si no fuera poco, encima somos tontos -dijo uno de los ladrones.
-¿Tontos? -dijo Papá Noel.
-Sí, muy tontos -dijo uno de ellos-. ¿Qué clase de ladrón se queda dormido cuando va a atracar a Papá Noel y encima no se da cuenta?
-Y eso por no hablar de nuestras armas -dijo el otro-. Hay que ser muy tonto para amenazar a alguien con bastones de caramelo y pretender asustarlo.
-¡Jou, jou, jou! -rió Papá Noel-. Venid conmigo. Os invito a merendar.
Los ladrones se fueron con Papá Noel, que les obsequió con una exquisita merienda y les prometió que, si eran buenos, recibirían regalos en la próxima Navidad.
-Nuestro mejor regalo es haberte conocido -le dijeron-. Desde ahora, seremos tus guardaespaldas, y te protegeremos por si algún desalmado menos tonto que nosotros decide asaltarte mientras repartes tus regalos. Desde entonces, algunos niños aseguran ver en Nochebuena o en Navidad a personas que no son Papá Noel merodeando alrededor de los regalos. ¿Serán ellos? O serás tu? Es que esa paleta de caramelo en tu mano no te deja en muy buena situación.

MUY PRONTO SUBIRÉ MÁS CONTENIDO SOBRE LA HISTORIA