Reencuentro

1.1K 85 32
                                    

¨Raphael¨

Estaba a punto de quedarme dormido cuando de pronto recordé a Mikey. Hoy no vino a acostarse conmigo y eso es extraño, ya que se había vuelto una costumbre últimamente. 

Tal vez se quedó "traumado" por culpa de la charla que tuvo con Casey Jones... ¡Ese idiota me las va a pagar!... Aunque, bueno... luego yo provoqué un poco a Mikey. ¿Lo habré asustado?

"Argh... qué molesto", pensé, y me levanté de la cama para salir del cuarto. 

Había mucho silencio en la guarida, excepto por una cosa que me llamó la atención; era una melodía dulce con notas agudas y llevaba un ritmo lento, parecido a una canción de cuna o a una... caja musical.  

Me resultaba bastante familiar y provenía de la habitación de Mikey. Me dirigí hacia allá y abrí lentamente la puerta, oyendo con más profundidad el sonido. Y allí estaba él, sentado con las piernas cruzadas frente al armario con una vieja caja de música sobre su regazo. Su tierna sonrisa en su rostro me hizo olvidar un poco el completo desastre y el desorden que tenía esparcido en todo el suelo. Este lugar parecía literalmente un basurero...

Él estaba tan absorto que no se había dado cuenta de mi presencia, así que me acerqué a él y lo espanté, sacudiéndolo de los hombros, logrando que gritara de susto.

-¡RAPH! ¡Me asustaste, idiota! -se quejó e infló sus mejillas, molesto.

-Hey... ¿no te habías deshecho de ella? -pregunté, relajando mi risotada.

-Bueno... no. Lo había guardado, pero no me acordaba dónde, así que tuve que desordenar todo para encontrarlo.

-Ya veo...

Eso explica porqué estaba todo más sucio de lo normal...

-¿Por eso no has venido a dormir conmigo todavía?

Él se sonrojó un poco, como si se lo estuviera pidiendo por primera vez.

-Mira, no quiero que la charla que tuviste con Jones te afecte, ¿si?

Él cerró la tapa de su caja musical, deteniendo al fin la melodía.

-No es eso... es que... -dijo algo tímido - Es algo que he pensando hacer hace varias noches... pero no sé cómo empezarlo.

Aquello me sorprendió un poco, pero de inmediato esbocé una sonrisa descarada en mi boca. Me agaché detrás de él y le susurré en el oído:

-Es simple, Mikey. Lo único que tienes que decir es... "haz lo que quieras conmigo, Raph".

Se estremeció totalmente y me miró molesto y muy ruborizado. También noté que se había puesto nervioso. Sabía que no se atrevería a decirlo, desde luego, y aunque yo realmente he querido hacerlo con él, no me parece justo asustarlo con esas cosas. Además, con tal de ver la bella y radiante sonrisa Mikey todos los días, es más que suficiente para mí.

Deposité mi mano sobre su cabeza y sonreí con naturalidad para no traumatizarlo más.

-Sólo bromeaba -me levanté y me dirigí a la puerta - Entiendo si hoy no quieres ir a mi cuarto, así que no te preocupes. Y... procura limpiar este desastre. Buenas noches -agregué antes de salir. 

Sonreí nuevamente mientras me iba a buscar un vaso de agua. No tenía prisas para ir a dormir.

Entré a la cocina, saqué un vaso de agua y... casi me atoré cuando oí de repente un ruido en la sala. Al principio creí que se trataría de Leo o de Donnie, o incluso de Mikey, pero la presencia que percibía no era la de ellos. Me acerqué rápidamente al arco de puerta y, ocultándome detrás de la pared, me di cuenta que había alguien dentro vestido con una sospechosa túnica negra. Iba a acercarme con sigilo, pero éste se volteó y notó mi presencia.

-¡Alto ahí! -le grité y en seguida empezó a correr hacia la salida. No sé para qué grito "alto" si siempre se van.

Salí corriendo detrás de ese tipo. ¡Ni crea que lo dejaré escapar! Sin embargo... debo admitir que era sorprendentemente veloz. 

Más adelante, lo vi trepar por los barrotes adheridos en la muralla que llegaban a la tapa de la alcantarilla. Yo lo seguí y continué con mi persecución en la superficie. Pero... se me ocurrió una idea. 

Tomé un atajo que me ayudó a adelantarme al desconcertado tipo que fue deteniendo su velocidad al darse cuenta de que ya "no lo seguía". Por lo que cuando salté a la misma azotea en la que él estaba, se sorprendió.

-Muy bien, ¿qué tenemos aquí? -troné mis dedos, sonriendo con malicia - ¿Qué hacías en las alcantarillas? ¿Quién te envió, espía?

El tipo se dio la vuelta y pude notar un color característico color verde en su piel. Era un... ¿mutante? Espera, eso no era todo... su rostro... me sonaba muy... familiar.

-Tiempo sin verte... Raphael -una voz femenina emanó de su boca, y haciendo su capucha hacia atrás, dejó mostrar quién era en realidad.

Me quedé paralizado al verla. Sentí que una corriente de electricidad me envolvía todo el cuerpo mientras se acercaba a mí con una sonrisa fría y coqueta en el rostro. 

Se detuvo frente a mí y no pude evitar pronunciar su nombre.

-Kala...

Siempre conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora