La confesión pt. 2

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Narrador omnisciente:

—Todo comenzó el día en que nos conocimos... —comenzó diciendo Ada.

Todo su ser temblaba de miedo, a que Bora se diera cuenta de que ella no era la chica de la cual él se enamoró.

—El día en que nos conocimos sentí como si mi mundo se viniera abajo. Terminé siendo traicionada por la persona a la que pensé amar, pero para él, solo fui un escape... —Ada intentaba explicarle a Bora todo de la mejor manera posible, intentando encontrar las palabras correctas.

Bora, quien escuchaba atento a todo lo que Ada le decía, no podía evitar sentirse dolido y enojado.

Habían hecho sufrir a su chica, derramó lágrimas por alguien que no la merecía y que la usó, y él no estuvo ahí a tiempo para protegerla.

La idea de que él podía protegerla desde el primer dia en que la conoció era absurda y más cuando se trataba de ella. Cuando intentó ayudarla a que no la despidieran de su trabajo en el restaurante, se rehusó. En su vida Bora había estado en una situación así y mucho menos cuando se trataba de alguien como él.

Pero ahí estaba, desde el primer dia quedó fascinado con ella, aunque por mucho tiempo intentó engañarse a sí mismo de que no era así.

Esos ojos, que desde el primer día le acechaban quedaron grabados en su mente, y dudaba que eso fuera a cambiar algún día.

—El día en que chocamos aquí en la empresa, estaba enojada y dolida. La cabeza me daba vueltas y no podía, ni quería creer lo que vi... —Bora la interrumpió.

—¿Que viste? —dijo confundido, pensando en qué pudo haber sido tan malo como para que ella estuviera en tal estado.

Ada tragó en seco.

—Vi a mi esposo besándo a otra mujer —su voz se rompió.

El cuerpo de Bora se tensó por completo, su mente no podía procesar lo que había escuchado, mucho menos su cerebro que se quería negar mil veces ante la imagen de Ada con otro hombre que no fuera el.

—¿Q-quién es? —preguntó Bora intentando controlar las ganas de gritar.

Todo por su culpa del "destino". Sabía que Ada había sido una víctima de esa estúpida creencia que sus tías le inculcaron y que ahora por su culpa tenía miedo de darse una oportunidad en el amor.

Ada cerró los ojos con fuerza antes de contestar.

—Rüzgar —claro, ahora todo tiene sentido.

¡Pero que estúpido soy! —pensó Bora.

Muy dentro de sí lo sabía, el cambio de comportamiento cada vez que Ada veía a Rüzgar con Tuğçe, las peleas que tenían entre susurros, los secretos, las mentiras, el por qué dejó de estudiar...

Todo tiene sentido, la respuesta estuvo siempre delante de él y nunca ató los cabos.

—Bora, por favor dime algo —suplicó Ada con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas.

—¿Por qué no me lo dijiste? —eso era lo que más le dolía a Bora. Saber que ella no confío en el como para contarle algo que le provocó tantas emociones...le rompía por dentro.

—No es porque no confiara en ti Bora, lo hago y muchas veces quise contarte la verdad, pero fui una cobarde y me justifique diciendo que te lo contaría cuando llegara el "tiempo correcto" cuando eso no existe con un tema tan delicado como este. En verdad lo siento mucho Bora —bajó su mirada.

—Sospecho que aún hay más —Ada asintió. Bora se sentía exhausto a pesar de no haber hecho otra cosa mas que escuchar. Quería salir corriendo de allí, pero con ella, volver al tiempo en que eran felices y que todo iba bien, pero ahora...esa idea parecía imposible.

—De cierta forma todo fue mi culpa. Yo sabía que el sólo quería estar conmigo para obtener la ciudadanía y seguir estudiando aquí. Fui una ingenua al pensar que con el tiempo el se enamoraría de mí. Me dejé llevar por lo que sentía por el y desperdicie 3 años de mi vida por estar con alguien que no me amaba. Yasemin teyze me aconsejó que viniera a la empresa a "robar" a mi marido de vuelta para que no sufriera las consecuencias de no estar con "mi primer amor". Al conocerte, todo cambió Bora y te lo agradezco. Me mostraste cómo debe ser tratada una mujer, me ayudaste a amarme, valorarme a mi misma y a mi trabajo; pero sobre todo...me enseñaste lo que es el amor verdadero —Todo esto era demasiado, para ambos y lo más que dolía es que aunque sus cuerpos y almas solo querían estar cerca del otro, no podían.

—¿Y entonces? —preguntó Bora, la expresión de Ada fue de confusión así que el continuó. —¿Qué sigue para ti y Rüzgar? ¿Sigues queriendo estar con él o...? —sin tan siquiera terminar la pregunta, Ada lo interrumpió, un poco dolida por la pregunta.

—¡No! Yo no quiero estar con él...¡Yo quiero estar contigo! —el corazón de Bora parecía tener vida propia, un poco más y salía disparado de su pecho por esa confesión.

Pero aún sin quererlo, ambos sabían que debían alejarse. Todo por lo que habían pasado les ha dejado cicatrices que deben sanar.

Y lamentablemente, para poder hacerlo, debían alejarse, aprender a perdonar, a comunicarse, dejar de mantener todo en secreto y lo más importante, confiar en el otro.

Ambos fueron traicionados por las personas que -en su momento- amaron y eso no se olvida ni se perdona tan fácilmente.

—Yo también quiero estar contigo, pero... —

—Ya no confías en mí —completó Ada, sabía perfectamente como iba a terminar esto y al final no se equivocó, en parte esperaba que fuera así porque era necesario y no estaba dispuesta a seguir hiriendo a el amor de su vida.

—Espero que sepas que en verdad siento mucho haberte mentido y ocultado todo esto, no fue mi intención lastimarte y aún así lo terminé haciendo —Ada había dejado de llorar, pero sabía que en cualquier momento de esa despedida que se avecinaba, no iba a poder retener las lágrimas.

—Por favor no llores —dijo Bora con un nudo en la garganta, no quería alejarse de Ada...ella era su chica. —Sabes lo que debemos hacer, ¿no? —y ella lo sabía. Ada asintió con dolor en el pecho.

—Yo... oficialmente renuncio Bora bey — dijo en un hilo de voz.

Por dentro Bora gritaba que no, que no aceptaba su renuncia, que no quería que se fuera, ni iba a permitir que se alejara de él, pero no había nada más que hacer.

Bora asintió con una gran pesadez en su pecho.

Ada se levantó de su asiento.

—Lo siento mucho Bora —dijo con un nudo en la garganta que parecía querer ahogarla.

—Lo sé Ada, yo también lo siento —dijo en un susurro inaudible. Su chica se estaba alejando y el no podía hacer nada al respecto.

Al menos no ahora...

Antes de que Ada desapareciera de su campo de visión, la llamó y ella se giro hacia él, aún con lágrimas rodando por sus mejillas.

—Seni çok seviyorum, Ada —ella le dedicó una sonrisa de medio lado.

—Ben de seni çok seviyorum, Bora —y con esas últimas palabras se dijeron "hasta luego"

Ambos estaban seguros de que su historia había terminado, o al menos eso pensaban.

Continuará...

Amor verdadero | Baht Oyunu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora