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Durmieron cerca de dos horas después de esa apasionada entrega Bakugo por supuesto no quería alejarse, no después de eso, él quería permanecer cada minuto, cada segundo de su vida junto a ella, pero también sabía que si quería llegar a eso debía dejarla volver con su familia, por eso con todo el pesar de su ser la despertó.

Bakugo- Princesa, hermosa despierta, debo llevarte a casa.

Bakugo miro enternecido a su amada quien dormía sobre su pecho, la forma tan tierna en la que se despertaba y tallaba su rostro casi sintió deseos de repetir lo que hace unas horas habían hecho, pero debía contenerse solo hasta que ella fuera su esposa y poder disfrutar de ella a todas horas.

Sakura- Cariño que hora es?

El rubio sintió que su corazón saldría de su pecho el escuchar como lo había llamado sumado a esa manera tan sensualidad en la que sus cuerpos se tocaban y como ella mantenía una mano apoyada en su pecho fue sin duda su perdición pues nuevamente se sentía algo rígido y Sakura lo sintió perfectamente.

Sakura- B..Bakugo-kun??

Bakugo- Lo lamento hermosa pero no puedo controlarme no teniéndose de esta manera, demonios debía llevarte a tu casa no obstante si te soy honesto no quiero soltarte.

Sin poder contenerse el rubio rodó dejando a la joven debajo de él y nuevamente volvió a recorrer su cuerpo con suaves caricias.

Bakugo- Demonios Sakura dime que me detenga o no podre detenerme por mi mismo, debo llevarte a casa y rogar porque tu padre no trate de carbonizarme.

El problema era que la joven pelirosa estaba disfrutando de las caricias del rubio y ella misma estaba deseando que continuara.

Sakura- Baku...go-kun se... se que es delicioso, estar juntos pe... pero debo volver.... volver a casa.

La forma tan dulce y sensual con la que la joven hablo solo sirvió para calentar más al rubio quien no pudo resistir y dejo una marca sobre la blanca y sensible piel del cuello de la pelirosa, marca que seguramente causaría el enojo de su muy estimado suegro.

Bakugo- Demonios como quisiera que vivieras conmigo y poder tenerte así todos los días.

Sakura se sonrojó, pero no se movió pues temía provocar una vez más a su novio y esta vez, sino se salvaría, miro como con gran dificultad este se ponía de pie y comenzaba a vestirse, no pudo evitar sonrojarse al ver las marcas de sus uñas en la amplia espalda de su novio, quien disimuladamente veía a su adorable novia aun sobre su cama y cubierta por sus sabanas, esa era una imagen que en verdad le agradaba, su Sakura en su cama, incluso comenzó a pensar en hacer que vistiera su ropa, aunque de inmediato descarto esa idea, Sakura era mucho más pequeña que él y era posible que sus camisas se le cayeran y no le agradaría en lo absoluto que alguien llegara a ver ese hermoso cuerpo, Bakugo estaba tan sumido en sus fantasías que no noto cuando su encantadora novia se levantó de la cama cubierta por sus sabanas mientras buscaba su ropa la cual de alguna manera había volado por toda la habitación, Bakugo no reaccionó hasta que vio a su amada inclinarse para recoger su vestido que por fortuna no había sufrido danos a pesar de haber sido retirado no tan sutilmente por el rubio quien sintió un tirón en su entrepierna al ver la blanca piel de la espalda de Sakura, no tenía idea desde cuando se había vuelto tan pervertido, quizá se debía a la influencia del enano degenerado, pero ahora no podía dejar de verla, casi quería saltar sobre ella al verla dejar caer la sabana para comenzar a vestirse, aunque había una prenda que la joven aún no encontraba, prenda que curiosamente estaba justo a los pies del rubio.

Sakura- Bakugo no encuentro mi ropa interior, por favor dime que no la explotaste.

A los ojos del rubio su novia era la mujer más perfecta en el planeta, quería volver a hacerla suya, pero una débil voz en su cabeza le repetía que sería masacrado por su suegro si no la llevaba de regreso a su hogar.

Bakugo- Hablas de esto?

Bakugo tomo la pequeña prenda entre sus manos, dejándola justo a la altura de su rostro, una sonrisa traviesa surco su rostro y esta provoco un escalofrío en la joven pelirosa.

Bakugo- Quien diría que mi novia sería tan pervertida, ropa interior de encaje y negra, según escuche del enano esta es la ropa más seductora, bueno esta y la ropa roja, acaso lo hiciste para seducirme hermosa?

La pobre de Sakura se puso casi tan roja como el cabello de su padre.

Sakura- Pero que cosas dices rubio pervertido, me puse esa ropa porque es cómoda y además no se nota debajo del uniforme deportivo, creo que el auténtico pervertido es mi novio, ya que fue el quién comenzó con esto y ya regrésame eso, pervertido.

Un ligero movimiento provocó que Sakura callera sobre el rubio justo donde comenzaba a formarse un bulto en su pantalón, era una imagen en verdad pervertida, ya que el vestido de la pelirosa se había elevado un poco dejando ver el inicio de su trasero y el rubio tenía una mano justo en ese lugar tratando de hacer que ella mantuviera el equilibrio, habría sido un momento perfecto, claro si alguien no hubiera irrumpido en la habitación del joven rubio.

???- Suéltala maldito rubio pervertido, que crees que le haces a Sakura-chan.

De manera casi automática Bakugo tomo a Sakura colocándola detrás de él a manera de protegerla y claro a la vez le entregaba la pequeña prenda, la cual Sakura tomo rápidamente, mientras se ocultaba detrás de su novio.

Bakugo- A ti que demonios te importa, por si no lo sabes lo que acabas de hacer se llama allanamiento a propiedad ajena.

???- Eso a quien le importa, que crees que le estabas hacías a Sakura-chan-datebayo.

Bakugo- Lo que MI NOVIA y yo hagamos no es asunto tuyo.

En las manos de Bakugo pequeñas explosiones comenzaban a formarse, por su parte Sakura que conocía muy bien el carácter de Bakugo y lo idiota que era el Uzumaki decidió intervenir.

Sakura- Bakugo-kun, no sirve de nada que gastes tus palabras en un completo idiota, aunque si él está aquí seguro el resto también, es mejor ir a mi casa.

El rubio de ojos rojos no protesto, con cuidado se quitó su chaqueta y la coloco sobre los hombros de su novia antes de mirarla con total adoración, todo bajo la azulina mirada del otro rubio quien sintió como lentamente su corazón se partía cayendo pedazo a pedazo en su pecho, le dolía ver la forma cariñosa en la que ese chico veía a Sakura, pero le dolía aún más como ella lo veía, como si no existiera nada más en el mundo que ese sujeto.

Bakugo- Más vale que salgas de mi casa si no quieres que llame a la policía.

Bakugo paso su brazo por la pequeña cintura de su chica y salió de la casa con total calma.

Sakura- Lamento, lo de tu ventana, creo que no fui muy cuidadosa con mi chacra y lograron rastrearme.

Bakugo- No tienes por qué disculparte, fui yo quien te incito a salir en primer lugar, sé que no te sientes cómoda con esos sujetos en tu casa y creí que esto te relajaría un poco.

La joven de ojos jade sonrió enternecida, en verdad que su novio la conocía muy bien.

Sakura- La verdad estuve pensando en quedarme en casa de Mina o en casa de Momo o Jiro, me siento muy incómoda con ellos bajo el mismo techo, pero te agradezco por preocuparte por mi Bakugo-kun.

El rubio no tuvo tiempo de responder pues en ese momento ante la joven pareja un pelirrojo de ojos azules quien veía con molestia y desagrado al descarado rubio que abrazaba a su pequeña hija, aunque este no era el único que veía así al rubio, no a lo lejos un peliplata veía de la misma manera al pequeño degenerado que tenía uno de sus tentáculos enredado en su querida alumna.

Haruno quien?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora