Confesión 2

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Dicen que la belleza está en el interior sin embargo las mismas personas que dicen eso suelen ser las mismas que le llaman gorda/o o fea/o a alguien, pero claro obvio lo que importa son los sentimientos.

Odio tanto que las personas se acomplejen de su cuerpo, estilo de vida o familia sin antes ver a alguien más, todos tenemos esas amigas que son hermosas y delgadas y comienzan a decirse que son horribles y gordas... En ese momento no sé qué hacer... agachar la cabeza, callar y luego llorar sin que me miren ha sido mi solución.

Claro ellas no saben que se siente porque nunca lo han sentido, ellas no están en mi piel, no han vivido ni una sola cosa de lo que yo he vivido y sin embargo yo doy más.

Hay días que me miro al espejo y me siento hermosa al igual que hay días que me veo y diez mil insultos pasan por mi cabeza.

¿Quién dice que en las iglesias no critican? He visto personas más decentes en un bar que en una iglesia al igual que he escuchado oraciones más honestas en los hospitales que en las iglesias.

Pero bueno ¿a qué quiero llegar con esto? yo tengo un secreto que no a muchas personas les he podido contar.

Yo perdí mi virginidad de una manera estúpida con un muchacho estúpido al cual ni siquiera quiero recordar, cuando esto paso sentí que perdí totalmente mi valor, mis padres siempre me decían que mi virginidad era mi valor "un tesoro" que no le debía de dar a cualquiera lo cual fue lo que hice.

Para mi ese tiempo fue duro, me sentía vacía, horrible, impura, menospreciada y sin valor.

Era algo que no le podía contar a mis padres ya que a la hora de saberlo les hubiera dado un ataque así que tuve que lidiar con eso sola.

¿saben qué tan feo es tener un secreto que te destruye día a día y no poder contarlo porque a la hora de hacerlo te destruiría también?

Cuando mis amigas se decían fea yo me sentía el doble de fea que ella, tenía mi autoestima y mi valor por el piso.

Quería salir corriendo donde nadie me encontrara y ahogarme yo sola con mis propios miedos.

Llegue a un punto donde deje de comer y comencé a insultarme cada vez que me veía en el espejo. Me despreciaba, me odiaba.

Hasta que un día paso algo en mi APRENDÍ de mis errores.

Perdí mi virginidad pero eso no significaba que hubiera perdido mi valor, yo soy la que decido cuanto valgo, no los demás.

Así que seguí adelante y créanme moverte de donde tus pies estaban clavados es algo doloroso pero conforme vas caminando el dolor de vuelve parte de ti y aprendes a vivir con el.

Aprendí a ya no despreciarme, a sentirme bonita, a no compararme con los demás.

Aprendi que no tenía que comparar mis problemas con los de alguien más ya que puede ser que su problema podría ser algo pequeño comparado con los míos pero era "el peor problema de toda su vida."

Conforme al tiempo me voy dando cuenta que Dios no es el que te mete en problema sin antes darte la solución de ellos.

Gracias por leer, si tienen alguna sugerencia háganla.

Confesiones de un cristianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora