| ᴄ ᴀ ᴛ ᴏ ʀ ᴄ ᴇ |

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La mañana del sábado, Minho se despertó con el mejor humor del mundo, muy contrario al pésimo estado de ánimo que había tenido toda la semana. No era para menos pues esa semana había sido verdaderamente terrible entre todas sus obligaciones y no hablar con Jisubg, pero la noche anterior habían hecho finalmente las paces y habían pasado unas buenas tres horas o incluso más hablando, y eso logró alegrarlo muchísimo. Por supuesto que también se masturbaron juntos como cada noche y mañana solían hacer, sin embargo también hablaron y mucho, y eso era lo que tenía más contento a Minho. El menor se había mostrado más que interesado en conocer cada detalle de su semana, y Minho también quería saber cómo había estado el pelinegro esos días que habían pasado sin hablar, además de que quería la historia completa sobre la pelea que había tenido. Y entre tantas cosas por hablar las horas se les pasaron volando, hablando y contándose todo, hasta que Jisung se quedó dormido y dejó a Minho hablando solo. Aunque Minho había insistido en que colgasen porque Jisung trabajaba el sábado por la mañana, el menor se negaba y cada vez que se le cerraban solos los ojos murmuraba algo como "te escucho, bebé, sigue hablando", y claro que fue cuestión de tiempo hasta que eso se volviera una mentira. Aún así, al castaño le pareció muy tierno de parte del menor quedarse con él hasta no aguantar más. Como siempre, Jisung apenas respondía las preguntas de Minho y hacía comentarios breves, quien mantuvo la conversación viva fue Minho la mayor parte del tiempo, pero no era un problema porque tenía muchas cosas que decir, y Jisung era muy bueno escuchando cada una de sus historias.

Minho en realidad sabía que los relatos de Jisung eran breves y concisos y no había forma de hacerlo hablar mucho más, pero la verdad era que simplemente quería escucharle la voz y saber que Jisung también lo escucharía a él.

Entre unas de las pocas cosas que Jisung le había dicho, había mencionado algo sobre una fiesta esa noche, y Minho tenía tantas ganas de verlo que aceptó sin pensárselo dos veces. Y fue algo tan al azar que cuando despertó ya lo había olvidado, de modo que el mensaje de buenos días de Jisung acompañado con un <no te olvides de la fiesta de hoy> lo dejó bastante sorprendido hasta que recordó y comprendió de qué hablaba el menor. Conseguir permiso de sus padres no representaba un problema muy grande debido a que adoraban a Jisung y les parecía muy bueno que Minho pasara tiempo con él, y en efecto, cuando bajó a desayunar y le comentó a su familia que le gustaría salir esa noche con su cuñado, sus padres se mostraron encantados y le dieron dinero para ir. Lo que sí temía que le costaría un poco más, y con razón, era no levantar sospechas ni dudas en Yerin, quien lo miró con una ceja alzada en cuanto hizo su anuncio, curiosa por el "encargo" de hablar con Jisung que ella le había hecho ya a principio de la semana. De todos modos, la chica permaneció imparcial en la conversación y no fue hasta después de comer, cuando ambos se encontraban juntando la mesa, que lo interceptó.

— Supongo que sí pudiste hablar con Jisung —comentó Yerin con un tono casual que Minho intuía que de casual no tenía nada—. ¿Te contó algo?

— Ah, eh... sí, hablé con él, anoche hablamos —respondió, desapareciendo en la cocina con unos cuantos platos, pensando a toda prisa en una mentira para cuando Yerin entrara detrás de él con los platos restantes—. Hablé con él pero no me dijo mucho, me contó un poco sobre la pelea nada más...

— ¿Y no te dijo si había algo que lo estuviera molestando? —Indagó la chica, abultando los labios—. ¿Le preguntaste?

— No podía ser tan directo y preguntarle eso, noona —soltó, inventándose una excusa rápidamente—. Q-quiero decir... se daría cuenta, ¿no crees? Si de repente le preguntaba eso...

Don't Tell Noona.《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora