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ADVERTENCIAS EN LA DESCRIPCIÓN.

Atsushi Nakajima tenía varios meses sin comer Chazuke, su platillo favorito. En verdad lo añoraba. Pero al ser una figura pública, una celebridad en Asia, no se le permitía alimentarse de cosas que podrían tener grasas.

Se encontraba en unos baños públicos, en un restaurante de Chazuke al que fue a escondidas del director de la Agencia de Talentos, Mori Ougai. Iba acompañado de su hermano mayor, Chūya, también Talento, y del pequeño Ryūnosuke, de dos años.

Chūya alimentaba a Ryūnosuke con una cuchara pequeña. Le daba papilla de verduras mixtas, mientras él y su hermano menor disfrutaban de delicioso Chazuke.

Debían ser discretos al estar en un lugar público, ya que podrían ser reconocidos fácilmente por algún fanático. Pero ni Chūya ni Atsushi quisieron ocultarse. Estaban ahí, libres, como dos personas nada populares, y afortunadamente, el lugar estaba solitario y podían estar en paz.

"Ryū, ¿Ya te llenaste? ¿Estás satisfecho?". Preguntó Chūya al azabache. El niño estaba cubierto de papilla alrededor de su boca. Se negaba a una siguiente cucharada.

"Ya no ca-be, tío". Respondió, negando con su cabecita.

"Bien. Atsushi y yo ya terminamos. Ahora este niño hermoso debemos limpiarlo, Atsu. Las hormigas vendrán a él". Chūya sacó a Ryū de la silla de bebés, notando parte de su babero sucio con restos de comida.

Atsushi sacó un pañuelo, y limpió las mejillas y boca de Ryū. Lo sostuvo en brazos y daba palmadas en su espalda, de manera delicada. El menor bostezó, recargándose en los hombros de quién lo sostenía. Quería dormir.

"Chūya-nii, Ryū tiene sueño. ¿Deberíamos irnos a casa ya?". Tomaba una frazada suave e infantil para cubrir al niño. Chūya se encargaría de llevar las cosas de ambos.

"Regresemos, Atsu. Ya es muy tarde y no queremos que Mori-san se entere de que salimos. Mucho menos si traemos a su hijo con nosotros".

"Ryū también es mi hijo, Chūya-nii. Cuando escapemos de Mori-san no dejaré a mi Ryū en sus mugrosas manos. Además, algo me dice que Ryū no es hijo de ese maldito abusador..."

Chūya estaba sorprendido. ¿Acaso su hermano Doncel estuvo con alguien antes de ser víctima de Mori? Era un misterio.

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Por otro lado, un par de hermanos adoptados, Dazai y Ranpo, platicaban en su habitación compartida antes de dormir. Sobre su ídolo. Recientemente se enteraron de su parentesco con el también famoso Chūya Nakahara. *Los apellidos Nakahara y Nakajima son artísticos y usados en vez de su original apellido indicado con 中(Naka)*. Querían conocer más sobre el par de hermanos.

"Ranpo, ¿Sabías que Nakajima Atsushi-kun está en Yokohama ahora mismo porque dará un concierto al que no podremos ir por falta de dinero?". Dijo Osamu desde la cama de arriba de la litera. Estaba resignado. Si bien, una buen familia los adoptó, ellos ya eran huérfanos otra vez y sus sueldos no eran los suficientes para darse lujos como ir a conciertos de artistas famosos.

"Lo sé, Osamu. No necesitas recordarme que somos pobres, ¡eres cruel! Además... Atsushi-kun es lindo pero su hermano mayor... Chūya es... Chūya es..."

RAAAAANPOOOO! ¡Me alegro que te estés enamorando del enano como tú! ¡Porque Atsushi-kun será MI Atsushi-kun!". Gritaba en algarabía, con una sonrisa de felicidad. Soñador. Abrazaba su almohada y no dejaba de sonreír y dar vueltas.

Ranpo rió de repente.

"¿Crees que ese chico te haga caso algún día, Osamu loco? Eres mayor, estás idiota, y eres pobre".

"Hmm... Estás equivocado, Ranpo. Yo creo que Atsushi-kun va a reconocerme". Alardeó orgulloso y seguro de sus palabras.

"¿Reconocerte?"

"Quiero decir, aceptarme".

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Mientras Chūya tomaba un baño, y Ryū dormía, Mori se aprovechaba un vez más de Atsushi. El albino estaba amenazado: si intentaba negarse, Mori abandonaría a Ryū en las vías del tren.

Atsushi lloraba. Apretaba las almohadas con sus manos a puño cerrado. Se sentía miserable. No, para él, era miserable.

"S-Suficiente... Hoy duele mu-cho..."

"Quéjate más, y me llevo al bebé Ryū a las vías".







¿Notaron algo?

EL CHICO QUE ME CAUTIVÓDonde viven las historias. Descúbrelo ahora