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«Esa voz que me cautivó, mucho antes de volverse famosa. Atsushi-kun es un ser hermoso. Seguramente hay cientos de chicos y chicas detrás de él. Pero sólo yo puedo amarlo de esta manera tan especial»

Dazai esperaba a Atsushi en un lugar cerca de su camerino. El albino se despedía de sus fieles fanáticos de una manera tierna y adorable, siendo él mismo.

En su espera, Mori se encontró con el misterioso nuevo manager de Nakajima. Quería saber todo sobre él, y sobre su relación con Atsushi. ¿Por qué de tantas personas él fue elegido como manager del talento más reconocido de Asia?

"Hola. Me presento, soy Mori Ougai, el director de la Agencia de Entretenimientos de Atsushi Nakajima-kun". Se situó frente a él, siendo cortés. Dazai sonrió confiado.

"Un gusto, Mori-san. Mi nombre es Osamu Dazai, el nuevo mánager de Nakajima-kun". Se presentó actuando con normalidad, aunque sabía perfectamente que ese hombre era el abusador de Atsushi, y sólo quería matarlo.

"Ya veo. ¿Por qué Nakajima-kun cambió radicalmente de mánager?".

"Más que su mánager, seré como un guardaespaldas para el chico. Él necesita mucha protección".

"¿Tú crees? Yo estoy para protegerlo. Atsushi-kun es como un hijo para mí. Además de lo talentoso que es, es maravilloso tenerlo en mi cama todas las noches".

Dazai apretó sus puños, furioso, y sujetó del cuello de la camiseta del mayor, empujándolo contra la pared, con brusquedad.

"¿Cómo te atreves a hacerle daño, maldito violador? ¡Atsushi-kun era un niño! ¡Un jovencito inocente! ¡¡No volverás a ponerle tus mugrosas manos encima!! ¡¡TE MATARÉ!!".

En ese momento, Atsushi llegó al lugar en busca de su mánager. Su gesto de terror al ver a Mori lo decía todo. Le tenía un miedo inigualable. Sujetó la muñeca de derecha de Dazai y lo jaló hacia él, huyendo después del concierto.

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Horas más tarde, se encontraban en un cuarto de hotel, escondidos de Mori.
Atsushi se dió cuenta de que sus cuentas bancarias habían Sido bloqueadas por el hombre y sólo contaba con el poco dinero para pagar la noche en el hotel. Todo había terminado.

Lloraba en silencio, pero el pequeño temblor que hacía al llorar, no dejaba dormir al joven castaño con el que compartía cama.

"Atsushi-kun, intenta dormir. Te hará daño". Daba la espalda al albino, como éste se la daba a él, por comodidad del mismo después de sus traumas.

"Mori me quitó el dinero que con todo mi esfuerzo gané... ¡Eso no es justo, Dazai-san! Yo en verdad... necesito mucho ese dinero... ¿Cómo se supone que compraré los pañalitos de Ryū..?".

Dicho esto, calló de inmediato, llamando la atención de Dazai, quien se dió media vuelta, esperando escuchar mejor.

"¿P-Pañalitos? ¿Tienes un bebé, Atsushi-kun?".

"No me respondiste en ese entonces, ¿te gustan los niños, Dazai-san?".

"Me gustan. Son cariñosos, tiernos, ruidosos, y juguetones. Seguramente me llevaría muy bien con tu bebé. ¿Se parece a tí? O quizás... ¿Se parece al maldito de Mori?".

Atsushi se dió media vuelta también, envolviéndose mejor en el cobertor.

"Mi bebé se llama Ryūnosuke y tiene dos años. Tiene el cabello negro con gris, por cuestiones de mis familiares... Tenía tres meses de embarazo cuando Mori-san empezó a abusar de mí...".

Contestó serio. Dazai sintió cómo su corazón se detuvo por unos instantes. Lo había comprendido casi todo. Se emocionó.

"Eso quiere decir... Que Ryūnosuke-kun... ¿Es mi hijo? ¿S-Soy papá?".

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Ryū no se podía dormir si Atsushi no estaba a su lado. Lloraba y sus llantos tenían bastante molesto a Chūya. No sabía qué más métodos usar para dormir a Ryū, ya había intentado casi de todo.

Agitó un biberón con leche nueva y calientita, y se sentó en la cama, recargado en la cabecera con Ryū en su regazo, recostado y envuelto en una frazada del niño.

"Ya tranquilízate cariño. Aquí está el tío Chuchu contigo. Mañana viene mamá. Está lejos ahora".

Arrullaba al bebé azabache, sin lograr su objetivo de calmar su llanto.
Miró el cobertor de Atsushi y su pijama justo al lado, sobre la cama. Chūya lo dejó ahí mientras desempacaba todas las cosas. Tuvo una extraña idea que no creyó que funcionaría. Relacionó a Atsushi con su habilidad, con los tigres y los felinos.

Cubrió a Ryū con la manga larga de la pijama de Atsushi, y sobre ella, con el cobertor del mismo, envolviendo al azabache llorón que tenía en sus brazos.
Parecía magia, pero Ryūnosuke dejó de llorar y sonreía, cerrando sus ojitos poco a poco.

"Eres un loquillo, Ryū. Lo que hace el poder de «Mami» es maravilloso. Bebés como tú no son para nada anticonceptivos, pero no pienso tener los míos. Prefiero quedarme como tío el resto de mi vida".

"Tío Chu-Chu, deche...". Estiraba sus manitas hacia el biberón de antes. Ahora sí lo quería. Chūya suspiró con cansancio y en vez que de Ryū lo sostuviera, él lo alimentaría para dormirlo más rápido.

"Duerme bien, Ryūnosuke".

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Ranpo recibió un mensaje de parte de Dazai, a la media noche.

«Ranpooooooo ¡Adivina! ¡Soy papá! Papá del hijo de Atsushi-kun. ¡Estoy tan feliz! Mi bebé se llama Ryū, Ryūnosuke y es muy hermoso wawita»

"¡¡¿QUÉ?!! C-Chūya-kun se molestará mucho. No querrá enamorarse de mí..."

Recordó que Ryū cayó de la resbaladilla en un descuido de él. Un miedo invadió su interior.

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Atsushi regresaba al lugar donde Chūya se quedó con Ryū. El bebé azabache lo recibió con algarabía, abrazándose de una de sus piernas, muy cariñoso.

Mamiiiii!"

"¡Ryū! Te extrañé mucho. Hoy conocerás a papá, a papi, Ryū".

Lo levantó en brazos, e iba a besar sus mejillas cuando notó las heridas del niño.

"Chūya-nii..."

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⏰ Última actualización: Nov 21, 2021 ⏰

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