Watching |Naruto Shippuden|

06 Parte 03

—Ahora voy a pasar a la otra parte.

—¡Espera! —gritó Boruto, Akira lo miró—. Déjame ir al baño primero 'ttebasa.

—¿Qué ya no fueron? —preguntó con molestia.

—Es que no tenía ganas —se excusó.

El joven rodó los ojos.

—Ve —apuntó a la puerta—. ¿Alguien más?

Una que otra persona se levantó, yendo por el mismo camino.

10 minutos después, cada quién estaba en su asiento, con la vejiga vacía.

—Ahora sí, empecemos.

Ahora el día iluminaba las calles de Konoha, por dónde Itachi pasaba, hasta que en el camino se encontró con su padre, el cual hablaba con dos de sus subordinados.

—¡Tou-san! —Fugaku volteó a ver a su hijo, ante de volverse a los otros tres hombres junto a él.

—Después seguiremos hablando de esto —los tipos asintieron antes de alejarse.

Fugaku se cruzó de brazos y cambió su mirada inexpresiva a una sonrisa sin mostrar los dientes, mientras Itachi se acercaba a él.

—Tou-san.

—¿Vuelves de una misión, Itachi?

—Sí —le responde, y entonces la imagen en la pantalla cambia, mostrando el símbolo Uchiha puesto en la entrada del barrio.

—Hace mucho que no caminábamos juntos.

—Como ya soy genin y tengo misiones...

—Pues sí —su mirada se vuelva una más seria—. Tienes razón. Los Uchiha fuimos trasladados aquí hace ya tres años —Itachi lo veía en silencio—. El descontento de la gente con los jefes por habernos trasladado a un rincón apartado de la aldea y quitarnos autoridad está arraigado con fuerza. Hasta tú debes saberlo —el menor, que se encontraba cabizbajo, alzó la mirada—. Un día recuperaremos nuestro poder y autoridad, saldremos a la luz desde la oscuridad...

—¿De qué está hablando? —Tsunade miró a los hermanos detrás de la pantalla.

Sin embargo, no fue ninguno de ellos quien le respondió.

—Los Uchiha tenían la idea equivocada de que los estábamos apartando y rebajando de su autoridad —pronunció Danzo—. Tal vez fue eso lo que los llevó a su fin.

Sasuke frunció el ceño.

Itachi no mostró ninguna emoción, pero su pareja e hijo notaron como apretó su puño con fuerza.

—Como sea, ya lo hecho, hecho esta —siguió hablando el Shimura—. Parece que al final, todos tuvieron el mismo pensamiento erróneo que tenía Uchiha Madara sobre la aldea.

Nadie sabía exactamente qué decir.

—Señor Danzo —toda la atención fue a parar al hermano mayor, quien solo miraba al viejo hombre—. Con todo el respeto que sinceramente, no le tengo. Le pido que mejor haga silencio y no se meta en donde no lo llaman.

—Tu defensa a los Uchiha no es algo que hayas ocultado —le contestó en cambio, con tono acusador—. Nos haces creer que tienes algo que ver con ellos ¿Es eso así?

—Mire, señor Danzo —Akira se inclinó hacia él—. Usted no me conoce, pero yo sí lo hago a usted. Y eso —señaló—, me da el poder de arruinar cada pequeño pedazo de su miserable vida, parte por parte hasta que ya no quede nada. Todo su trabajo tirado a la basura en cuestión de minutos por un chico de diecinueve años, eso sería humillante ¿no? ¿Qué diría Tobirama-sensei de ello? ¿Qué acaso sigues siendo el mismo cobarde que como lo fuiste en tu juventud? El Nidaime le daría vergüenza llamarte su discípulo, sabiendo lo que terminaste siendo: una, completa, decepción —Danzo lo miró, tanto odio reflejado en sus ojos, y Akira solo alzó su comisura, y se acomodó en su asiento—. Quédese en su asiento, señor Danzo, disfrute el show y guárdese sus amenazas por donde más le quepan —sonrió hacia él—. No sabe quién soy, y tampoco sabe de lo que soy capaz.