Capitulo 33

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—Ya voy– Mingi abrió la puerta al tiempo que bostezaba y aproveché para darle el puñetazo

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—Ya voy– Mingi abrió la puerta al tiempo que bostezaba y aproveché para darle el puñetazo.




Él se tambaleo pero logró mantenerse en pie y observarme con cara de espanto una vez que se recupero de la impresión.




—¿Sani?– parpadeo, ahora ya no parecía tan adormilado —¿eso por qué fue?– se quejó.




—¡Te vi intentando robarme a Wooyoung!– le recordé —"¿quieres decir que estás soltero?"– repetí su estúpida frase.




Él abrió mucho los ojos antes de volver a su actitud relajada de siempre.




—Así que allí estabas– dijo.




—¡Claro que estaba!– quería volver a golpearlo —¡me tenías justo en frente!–.




Él no parecía comprender lo que decía, ¿por qué los humanos son tan idiotas?




—Como sea, déjame pasar– lo aparté del camino y entré a su departamento —estámos en crisis–.




—¿Qué pasó?–.




—Wooyoung no me deja tocarlo– me sentía molesto de sólo recordarlo.




Estaba convencido de que me estaba torturando. Ya habían pasado dos días desde que había regresado a ser un humano. Admito que al principio me sentía horrible pero una vez que me recupere, él siguió evitándome pero ahora usaba ropa muy ajustada y se paseaba por allí sin camisa.




Wooyoung sólo quería ver mi pollo arder y estaba disfrutándolo, podía verlo en su mirada burlona.




—Ya veo, te tiene en abstinencia– Mingi parecía estar meditando las cosas —¿has escuchado hablar de los vibradores?– sonrió.




—Si–.




—¿En serio? ¿Dónde? Y yo que te creía ingenuo ¡JA!–.




—Tú me los enseñaste ¿recuerdas que dijiste que eran como penes pero de plástico que hacían ese sonido de "brrrrrrrrr" y se movían?–.




Mingi pareció recordar de pronto.




—Vaya, soy muy buen maestro– sonrió pero borró esa sonrisa de inmediato —de acuerdo, te ayudaré con una condición–.




—¿Cuál?–.




—Hablemos del veterinario y su aparente gusto por las cositas lindas y adorables que parecen bolitas de ternura–.




Este idiota acaba de llamarme bolita de ternura.




—¿Qué quieres saber de él?–.




Black CatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora