(Max jadea mientras corre)
- ¡ESTO NO PUEDE SER REAL!
Estaba siendo el día más surrealista de mi vida
- Esto es muy real créeme
- ¡Apártate!
- ¡Ignis mico!
Pero creo q debería empezar por el principio.
Después del 'sueño' extraño del metro decidí bajar a desayunar como todos los días, cuando me encontré con ÉL. Esa persona que no quería irse de mi fiesta de cumpleaños y que estaba en mi 'sueño', se encontraba en mi cocina desayunando con mi padre, hablando como si se conociesen de toda la vida. Decidí bajar, sin saber que decir, y sentarme a desayunar.
- Hijo, donde están tus modales, cuando uno se levanta dice buenos días.
- Buenos días – dice Max tímido sin mirar a nadie, solo mojando sus galletas en el ColaCao.
- Buenos días, Max.
- Ah, hijo, este es Víctor. Le he conocido hoy en el supermercado.
- Estábamos en la sección de lácteos, y si no fuese por él, ahora mismo no tendríamos leche – dice el padre de Max mientras se ríe.
- Es un exagerado señor Naxter, solo le he dado el último brik de leche que quedaba.
- Y cuando hemos salido le he invitado a desayunar a casa, me ha caído extremadamente bien...
- Eso será por mi carisma.
Algo era extraño. Era como si mi padre, de la nada, hubiese cogido muchísima confianza con este extraño.
Terminé de desayunar y procedía a salir de casa cuando me choqué con este señor. De repente salta mi padre y me para.
- Hijo, ¿sabes que Víctor es profesor en tu instituto?
- ¡¿Cómo?!
- Si, así que podéis ir juntos si quieres.
- Si no hay más remedio...
Procedemos Víctor y yo a salir de casa. Durante todo el camino no nos dirigimos la palabra, hasta que de repente Víctor me agarra del brazo con mucha fuerza y me lleva a un callejón.
- ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?!
- No hay tiempo de explicarlo, vamos.
- Mira, esto me está dando mucho mal rollo. Primero estás en mi fiesta de cumpleaños, después tengo un 'sueño' contigo y con un ser monópode, y ahora me arrastras a un callejón...
- Por mucho que me gustaría que hubieses soñado conmigo, eso no fue un sueño
- ¿Cómo que no fue un sueño?
- Ya te lo explicaré, ahora tenemos un pelín de prisa.
- ¿Pero por qué, a donde me llevas?
- Mejor que quedarnos aquí y que nos coma eso.
- ¿eso?
Cuando me giré, vi al monstruo más feo, aterrador y peludo que había visto nunca (no que yo vea muchos monstruos de normal, la verdad)
- ¡¡LA OSTIA!! ¡¡¿¿QUÉ COÑO ES ESO??!!
- Es un Obticus Maelxus, un ser del reino Ignis
- ¡QUE DICES!
- Rápido, entra en el portal.
De la nada, aparece un portal con forma de rombo, con inscripciones en un idioma parecido al latín. Veo como Víctor atraviesa el portal mientras que el ser Obticulus, o algo así, se acerca a una velocidad desmesurada. Sin más opciones atravieso el portal, inseguro de qué habrá en el otro lado. Nada más salir del portal un destello me ciega, y oigo una voz etérea que me dice '...Max...te vemos...'. Cuando consigo abrir los ojos, me encuentro en un lugar sacado de una película de fantasía. Ver ese paisaje me causa una sensación extraña, como si ya hubiese estado aquí. Era como si reconociese cada parte del sitio, como si lo hubiese creado yo mismo.
- Bienvenido a Paratempolis, el reino anexo entre universos.
- ¿¿Universos?? ¿De qué estás hablando?
- Si tengo que explicarte cómo funciona todo no nos dará tiempo a prepárate para la fusión.
- ¿La fusión?
- Madre mía – dice Víctor mientras se lleva las manos a la cabeza.
- La fusión es punto cero y el punto fin de un universo y otro. Es en la fusión cuando el guardián del tiempo, gracias al conocimiento de los fragmentos, se fusiona con estos para consumir el multiverso existente y crear uno nuevo.
- ¿¡CÓMO QUE SE VA A DESTRUIR MI UNIVERSO!?
- Es más lo vas a consumir tú y morirás en el proceso
- ¡¿QUÉ?!
- El guardián del tiempo es quien se fusiona con los fragmentos para la fusión.
- Ósea, espera a ver si lo he entendido. Soy el guardián del tiempo y un día me fusionaré con unos fragmentos para cargarme este universo y hacer uno nuevo.
- Si, lo has pillado.
- Pero yo no quiero destruir este universo, además, ¿por qué yo soy un guardián del tiempo?
- Eso es algo que no decides tú, los fragmentos te eligen a ti.
De un momento a otro mi mundo se vino abajo. Todo parecía no tener sentido ahora.
- ¿Hay alguna manera de pararlo?
- Existe una forma, pero vamos a necesitar estudiar mucho y viajar a sitios muy peligrosos.
- Entiendo que con 'vamos' te refieres a ti y a mí.
- Por suerte para ti, se lo que hago.
- Eso sí, vamos a necesitar... ¡¡CORRE!!
- ¡ESTO NO PUEDE SER REAL!
Estaba siendo el día más surrealista de mi vida
- Esto es muy real créeme
- ¡Apártate!
- ¡Ignis mico!
El bicho del ojo volvió, y por la cara de Víctor, estábamos jodidos. De repente un instinto me hace meterme con Víctor en una cueva.
Era como si no fuese yo quien quisiese ir a la cueva. Cuando entramos Víctor no paraba de mirar a todos lados, llevándose las manos a la cabeza.
- No no no no no, esto no puede ser.
- ¿Qué pasa Víctor?
- ¿Por qué hemos entrado aquí? ¿Has hablado con los fragmentos? ¡DÍMELO!
- Víctor, relájate, he entrado aquí pero no sé por qué.
- ¿Has oído o sentido algo extraño?
- Cuando he atravesado el portal, he escuchado a alguien llamándome, y luego...
De la nada una luz nos ciega, y siento como algo me llama. Me dice que vaya hacia la luz, y me dice;
- '...Max...te vemos...'
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Fragmentos - La Creación
Ciencia Ficción"El mundo no es como creemos, y lo rigen fuerzas que desconocemos"