Capítulo 1: ''El comienzo''

5 1 2
                                    


"En un instante, todo se volvió oscuro. La más absoluta nada desoló el espacio, acabando con todo a su paso".

Muchos de mis sueños no tienen sentido, pero este parecía muy real. Decidí dejar el asunto y me dispuse a prepararme para salir de casa. Estaba muy nervisos, extremadamente de hecho. Hoy tenia una entrevista con el decano de la universidad de mis sueños, y todo debía ser perfecto. No podía llegar tarde, bajo ninguna circunstancia, así que la noche anterior decidí poner un montón de alarmas para que fuese incapaz de dormirme. Incluso para la ocasión, alquilé un esmoquin realmente caro. Recaba para no mancharlo o estropearlo de alguna manera, mi padre no podía permitirse ese dineral. Ya trabajaba en dos curros para que pudiesemos pagar la uni, eso si conseguía entrar. Yo intentaba ayudarle en todo lo que podía. Trabajaba en un pequeño bar en frente de mi casa. Solía ser el bar que mi padre frecuentaba cuando era joven, y consiguió que el dueño me cogiese. Si todo esto no fuese poco, ese mismo día cumplía 18. Yo no sabía en ese momento que mi novio, Eric, me estaba organizando una fiesta sorpresa por la noche. Esa misma mañana, cuando bajaba a desayunar, tuve una conversación extraña con mi padre;

- Max, ¿podemos hablar un momento? Tengo algo que explicarte

- Claro, dime papa.

- Verás, el otro día estaba en el trabajo hablando con los compañeros y me preguntaron que tal te iba en los estudios y tal. No quise hablarles de tu situación, porque a ser sincero me cuesta entenderla un poco.

- Papá, ya te lo he dicho, no pasa nada si me llamas Marta con tus compañeros, mientras tu sepas que yo en realidad me llamo Max

- Lo sé, pero creía que debía decírtelo.

- Lo entiendo, se que es confuso. Lo que de verdad importa es que yo soy Max. Y sigo siendo tu hijo, el de siempre.

- No sabes lo orgulloso que estoy de ti hijo.

- Gracias papá.

Cuando se pone así de sentimental y de protector, me doy cuenta de la suerte que he tenido al tenerle como padre. No es fácil aceptar que tu hija ya no es tu hija y que es un chico, cuando para ti siempre a sido tu hija. Pero, me sorprende lo bien que se lo tomó.

- ¿Max, estas listo?- dijo Eric llamando a la puerta.

- Si, enseguida voy.

Desde que conocí a mi novio Eric, mi vida ha cambiado por completo. Nos conocimos en una marcha por los derechos LGTBIQ+, el es no binare y desde que le vi supe que era la persona perfecta para mi. Gracias a el tuve el valor de solicitar plaza en la universidad, y decidió acompañarme a la entrevista. Ya por la noche, después de la entrevista, Eric me llevo a un bar para celebrar la entrevista y mi cumpleaños. Yo en ese momento me olía algo ya que ni Vanessa ni Marco, mis mejores amigos, me habían escrito o llamado para felicitarme. Efectivamente, al llegar estaban todos mis amigos allí, escondidos para darme una gran sorpresa.

Pero, me fijé de que había una persona que no conocía. No estaba hablando con nadie de la fiesta, pero si que no paraba de observarnos. En ese momento le pregunté a Eric que si había reservado el local o no, a lo que el me respondió que si. Todo el mundo parecía ver a esta persona, pero era como si no les importase, aunque no le conociesen y esto fuese una fiesta privada. Me disponía a hablar con esa persona cuando de repente se me abalanzaron Marco y Vanessa.

- ¡Felicidades Max!- dijo Vanessa gritando

- Tio, Eric se lo ha currado mazo. Esta noche se llevara premio eh.

- ¡¡MARCO!! Eres un cerdo a veces- dijo Vanessa enfadada.

- Chicos, no pasa nada. Además, Marco no está del todo mal encaminado.

- ¿Ves? Ya sabia yo que esta noche había premio.

- De verdad, a veces me dais un asco- dijo Vanessa mientras se iba enfadada.

Conozco a Vanessa y a Marco desde que tengo uso de razón, y llego desde entonces esperando ansioso a que se confiesen lo que sienten el uno por el otro. Están todo el rato picándose muchísimo y se les nota demasiado que quieren estar juntos. El problema es que los padres de Vanessa son muy conservadores y no les cae muy bien Marco que digamos. Después del enfado de Vanessa, como era de esperar, Marco salió escopetado a hablar con ella y a tranquilizarla. Decidí ir a hablar con el señor misterioso y preguntarle qué hacia aquí.

- Perdona, pero esto es una fiesta privada y creo que usted no está invitado.

- ¿Quién dice que no estoy invitado?

- Pues teniendo en cuenta que es mi fiesta de cumpleaños y que yo a usted no le he visto en mi vida, pues entiendo que no debería estar aquí.

- En ese caso felicidades, pero yo no me voy a ninguna parte.

Este hombre estaba empezando a cabrearme, por lo que decidí hablar con Eric para ver si el podía echarle. Cuando fuimos a hablar con el, ya se había ido. Decidí no darle más vueltas al asunto y disfrutar de la noche. Sobre las 3:45 decidí irme a casa, pero no encontraba a Eric por ninguna. Así que, tuve la gran idea de coger el metro hasta mi barrio. Yo iba bastante borracho y casi no me acuerdo de nada del trayecto, pero lo que si recuerdo perfectamente es estar esperando el metro apoyado en una columna cuando algo extraño sucedió. Estaba bastante cansado, así que decidí cerrar los ojos por un instante. Cuando los volví a abrir, notaba todo diferente. Seguía en la estación de metro, pero el aire era mucho mas denso y hacía un frío invernal. Tampoco había nadie, por lo que empecé a preocuparme. De repente escuché un ruido muy extraño, parecía de un animal, pero no sabía de cual. Me acerqué a donde provenía el sonido, cuando vi un ser que me dejó paralizado completamente. Tenía forma humanoide, pero era muy grande y con unos brazos alargados y con una única pierna. Parecía que no me veía, no tenia ojos, pero si notaba el sonido que producía mi respiración. En ese momento lo único que puede pensar fue tirarle mis llaves lejos para que se fuese. Pero se me resbalaron de los nervios. El ser escuchó el ruido y no tardo ni un segundo en estar en frente de mí. Yo rezaba porque todo fuese un sueño, hasta que una espada de luz atravesó el cráneo de el ser, esparciéndome todos sus sesos encima. Para mi sorpresa, la persona que había matado al ser era el hombre misterioso de la fiesta.

- ¡QUE ERA ESA COSA!- le pregunté

- Era una Softlarch, una de las criaturas más peligrosas de Pnaox.

- ¡¿QUÉ NARICES ESTAS DICIENDO?!

- Será mejor que no recuerdes esto.

- No creo que vaya a olvidarlo nunca.

- Yo sí. Sa memoriae

Acabé despertándome sudando en la cama por la mañana, por lo que pensé que todo había sido un sueño, pero algo en mi sabia que no lo había sido...

Fragmentos - La CreaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora