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El viento movía su rebelde cabello haciéndose uno con él, Chizuru se dirigía a la prestigiosa academia UA, pues sus padres lograron que la joven entrara por recomendación.

¿Como lo hicieron?

Fácil, gracias al extenuante y agotador entrenamiento al que la habían sometido apenas un rastro de su don se dió a conocer, a la pobre no le quedó más remedio que acatar las órdenes de sus padres pues ella no quería decepcionarlos, así que acataría cada orden al pie de la letra y no sería tan inútil para sus padres. Su padre tenía un amigo que trabajaba como héroe así que se le facilitó el ingreso.

–«Entrené arduamente para esto durante toda mi vida, espero no decepcionarlos más»– Eran las palabras que resonaban en mi cabeza desde que había salido de casa.

– Clase 1-A, ¿Es aquí?– pregunté a un chico de cabello alborotado, parecía muy nervioso.

– Oh... Sí, perdón, pasa–. Se hizo a un lado y me dió vía libre para ingresar. «Qué raro es».

Pretendía tomar asiento en la primera banca al lado de la pared, no me agradan los asientos traseros, si quiero destacar necesito estar adelante.

– ¿Podrías retirar tus pies del asiento? Me voy a sentar–. Un rubio cenizo con cara de pocos amigos me miró como si fuera la cosa más aburrida del mundo.

– No, buscate otro asiento– chasqueó la lengua y desvío la mirada.

– Idiota– me dirigí a un asiento desocupado detrás de aquel rubio molesto.

No quería buscar pelea y tampoco me iba a estresar por un estúpido con falta de cerebro; unos minutos después apareció el profesor quién se haría cargo de nosotros, lucía muy descuidado y cansado ¿Haría algo más además de ser profesor? Pues se supone que la mayoría de maestros son héroes profesionales.

Nos dió indicaciones de ir a cambiarnos ya que iba a realizar una actividad en el patio; cuando todos llegamos, explicó un poco de qué se trataba lo que haríamos a continuación y para brindar mayor explicación llamó a la persona que terminó primero en la prueba.

Resultó ser el rubio amargado a quien el profesor se refirió como Bakugo, le dió unas indicaciones y aquel gruñón se posicionó en el centro del círculo dando inicio a la demostración. Una poderosa ráfaga de viento nos azotó a todos y un estallido se hizo presente, miré levemente al cielo y aquella pelota había salido volando a una velocidad increíble, había marcado más de 700 metros.

– Midoriya, tu turno– aquel nervioso peliverde miró con desdén al profesor y tomó la pelota.

Al estar en el centro del círculo impulsó su brazo, iba a lanzar la pelota con todas sus fuerzas y al hacerlo sólo había llegado a 45 metros. El peliverde fué capturado por unas cintas provenientes del profesor y este le dió varias recomendaciones a las cuales no presté atención; nuevamente se dirigió al centro y cuando hubo meditado durante unos cuantos segundos, otra ráfaga poderosa de viento nos azotó, la pelota había salido volando velozmente y también había indicado más de 700 metros.

Estaba sorprendida, tenía un don bastante poderoso así que no entendía el porqué aquel chico era tan nervioso. Luego de aquellas demostraciones Aizawa había dado inicio al test que se solía realizar a los estudiantes pero está vez tendriamos que utilizar nuestros dones.

Había quedado en el puesto dos, no era suficiente, tenía que haber quedado en el primero, ahora mis padres se van a sentir aún más decepcionados de mí. ¿Cómo es posible que yo no haya logrado quedar en el puesto uno? ¿Porqué ese rubio grosero me superó? ¿Acaso mis esfuerzos durante toda mi vida fueron inútiles?

Friday at Night | Bakugo KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora