Pronto los sentimientos de amistad que tenía por Sugar, Taehyung sentiría que pasaron a un segundo plano, instalandose un nuevo sentimiento en su interior. Y es que, debía admitirlo, el chico era precioso. Ahora, con 16 años de edad, Taehyung podía ser más consciente de aquello, mientras observaba los ya tan conocidos rasgos, los cuales se habían vuelto más finos y delicados, al igual que el resto de su cuerpo. Pero sobre todo, esos preciosos ojos color magenta que lo hipnotizaban al momento.
Sin embargo, había dos problemas: Sugar había desaparecido casi por completo de su casa desde el día de su transformación, solo apareciendo durante las noches y en sus días de soledad, cuando su padre tenía que trabajar horas extras o doblar turno para conseguir más dinero. Y estaba el otro problema, aquel que lo hacía atormentarse día y noche; el que Taehyung estaba seguro que Sugar lo rechazaría por completo, después de todo, ¿quién querría salir con un perdedor que no hacía más que encerrarse en su casa y ver televisión?, además de que el unicornio le había asegurado que nadie tenía que descubrir su secreto, por lo que el deducia, tenía que estarse ocultando la mayor parte del tiempo.
—Quisiera que supiera como me siento... —Susurró Taehyung en voz baja, mientras observaba con tristeza, el techo de su habitación.
—¿A quién extrañas?
Taehyung dio un brinco en su lugar al mirar el rostro de Sugar frente a él.
—¿Cómo es que estas aquí? ¿Cómo fue que entraste? —Preguntó Taehyung, luchando por tranquilizar su corazón, el cual se había acelerado por el susto repentino.
—Soy mágico, no necesito un método en específico.
—¿En serio?
—No, entre por la ventana.
—Ah...
Cierto, había olvidado que la había dejado abierta las últimas noches, esperando por el regreso del pálido. Más nunca imagino que realmente funcionaria, pues había creído que el unicornio se había olvidado de él por completo.
—Creí que ya no volverías. —Admitió Taehyung con cierta tristeza.
—Siempre he estado cerca, solo que he tenido que hacer un par de cosas.
—¿Y porque no habías venido? ¿Que te hizo volver entonces?
—Me di cuenta de que ya no comes tus dulces favoritos, eso me hizo preocuparme, tu amas esos caramelos.
—Ya no soy un niño, ya no me gustan tanto como antes.
—Escuche que ahora te dan un jugo de frutas para que no pierdas tus defensas y se eleve tu glucosa.
—Si, pero para ser honesto no me gusta, y tampoco he tenido mucha hambre en las mañanas, así que no suelo desayunar.
—¿Has perdido el apetito acaso?
—Podrías decir eso.
—¿Tiene algo que ver con tus recientes sentimientos? ¿Te sigues atormentando con ello?
—¿C-cómo sabes eso?
YoonGi sonrió.
—Te lo dije, soy mágico. —Dijo YoonGi, acercándose a Taehyung.
—¿YoonGi?
—Solo no le digas a nadie sobre esto, o podrían separarnos.
—¿Eh?
YoonGi se acercó a su rostro, y le dio un pequeño beso sobre sus labios. Dejando en claro que sus sentimientos al parecer eran correspondidos.
Esa noche Taehyung durmió con una sonrisa en su rostro, al haber tenido el mejor día de toda su vida.

ESTÁS LEYENDO
Sugar || Taegi
RandomQue pasaría si el poni que te regalo tu padre en tu décimo cumpleaños ¿resultará ser más que un simple poni? Historia corta.