Avana

Capitulo 2

Viva la libertad.

—havana!!. ¡Despierta ya!

Salto de golpe al sentir que me estremecen en hombro, con fuerza.

Meto la cabeza más al fondo entre las almohadas, es Lea mi vecina de habitación.

—Despierta carajo!!

La escucho maldecir.

Asi que levanto la cabeza con tremenda pesadez, desvelarme no fue una buena idea.

—Joder! Que sucede!?.

Demando saber. Mientras me restriego los ojos.

—Es urgente... Espera te desvelaste anoche?!

—Si... E como sabes?
Es obvio, me escucho anoche hablar con akira.
Toco mi frente dramáticamente y recuerdo no que no me dijo.

—En fin, cual es la urgencia!!

—Aaaaa...Eso.—piensa un momento antes de hablar.

—tu padre está aquí.

Dice por fin.

Espera que?!!

Se supone que vendría dentro de veinte días, se supone.

Pero que hace aquí?!! De por si mi aspecto no es muy agradable, estas ojeras....
No puede ser cierto, si ayer me escribió naomi

Esperaba que fuera una broma de lea ya que suele hacerlas.

Así que me quedo embobada esperando que diga al más.

—Es enserió?!!

Digo de pronto, ella asiente.

—Joder lea!! —Aparto las sábanas de prisa y me tiro de la cama

—Y me lo dices justo ahora?!! —Le reclamo.

—te e estado hablando hace más de diez minutos!, estabas en coma!!.
Literalmente.

Hace un ademán con las manos
Dios, es cierto. Tiene razón.

Haci que la dejo atrás mientras dentro a la regadera, rápidamente me ducho. Cuando salgo lea sigue al pie de la cama.

Me apresuró a buscar ropa decente que ponerme, mientras veo que me observa.

—Si puedes ayudarme?!
Le digo tirando de la polera que se me a enredado en la cabeza.

Un desastre. Eso soy.
—Aaa si, si

—Gracias.

Peino de prisa mi cabello negro mientras lea me ayuda tapando las ojeras que llevo
Tiene razón, parezco un muerto.

Aún así, me pongo de prisa los tenis negros de siempre.

Salgo al pasillo rápidamente con lea a mi lado.

—Hace cuendo llego?—pregunto mientras bajamos las escaleras de mármol

—Aproximadamente una hora.
Me informa.
Soy un desastre, espero no empeorar la situación.
Nos aproximamos a la gran sala de espera donde se encuentra mi padre.

Parado esperando junto ala chimenea de gas, al lado de dos guardaespaldas que nunca lo dejan solo, avanzo mientras el me ve.

Viste de traje, como usualmente.
Su cabello negro al igual que el mío muy bien peinado hacia atrás.
Sus ojos azul oscuro me observan mientras me acerco.

Se podría decir que mi padre Ivan conte tiene una postura bastante intimidante, si no lo conociera me podría asombrar su aura impenetrable.

Si yo no fuera igual a el me sorprendería.

—Padre, bienvenido.

Ofresco una bienvenida poco cálida ya que no puedo mostrarme demasiado sencilla con el.

—Perdona la espera.—no sabia que venías.

Me observa de pies a cabeza un largo segundo, hasta que asiente.

—Lamento no haber avisado, el viaje surgió de imprevisto.— e venido por ti, es hora de que vuelvas a casa.

Me lo imaginé.

Lo sabía, pero porque tan de pronto?.

Llegó la hora, sabía que no podría dejarme tanto tiempo abandonada en este lugar, el tiempo de espera se me hizo eterno pero llegó.

Al fin.

G

—