Jack y su musa verde

El bloqueo del letrista

Kyoka Jirou se rascó la cabeza, gruñendo de frustración mientras arrancaba una página de su bloc de notas, la arrugó y la arrojó sobre su hombro en la pila de otra docena de páginas. Habiendo superado la mayoría de las tareas para las clases de mañana, decidió escribir una canción en su tiempo libre, una balada de rock lento. Todo iba a la perfección. Al menos escribir en la partitura lo era. Aparte de varios cambios menores aquí y allá después de solo media docena de pruebas, su lápiz volaba por las páginas.

Sin embargo, su emoción murió más rápido que Kaminari jugando un juego de consola en línea en modo PvP cuando comenzó a escribir la parte crucial de una canción para complementar la música: la letra. Todas las demás frases simplemente se estrellaron y se quemaron.

"Vamos, Kyoka, vamooos ... Has estado tocando música desde que tus malditas manos pueden alcanzar todo el cuello de una guitarra." Jirou se sacudió los sesos durante otra media hora más o menos sin éxito. Recogiendo los pedazos de papel en el piso de su habitación, salió de su habitación en Heights Alliance para vaciar su bote de basura en el contenedor de basura en la planta baja. Además, el aire nocturno debería ser bueno y, con suerte, dejaría que alguna idea fresca fluyera hacia el cerebro.

Este repentino y severo caso de bloqueo del letrista pesaba mucho en su mente mientras suspiraba, girando las tomas de los auriculares con los dedos. Dejando el complejo de Heights Alliance con el bote de basura de desechos combustibles, corrió hacia el contenedor de basura detrás del edificio cuando escuchó un ruido. Gruñidos, seguidos de un sonido sordo como el de una pelota golpeando una pared, con fuerza.

Teniendo un agudo sentido del oído como parte de su Quirk, se detuvo en seco, escuchando atentamente para evaluar la situación. Definitivamente no era un animal, lo que dejó a sus compañeros de clase y ahora compañeros de dormitorio de 1-A. Pero, ¿quién diablos saldría tan tarde en la noche? Sabía que podía descartar a Iida y Yaoyorozu (o Yaomomo como algunos de sus compañeros ahora la llaman con afecto), siendo los rigurosos para los que habían nacido. Uraraka generalmente está cansada a esta hora del día para completar las tareas después de pasar por el escurridor llamado ejercicios de entrenamiento del curso de héroe.

Jirou negó con la cabeza. El proceso de eliminación no iba a funcionar. Para estabilizar su respiración, desaceleró su paso, avanzando poco a poco hacia el contenedor de basura a la vuelta de la esquina. Mirando desde allí, vio una figura en pantalones cortos y una sudadera con capucha, respirando con dificultad. A juzgar por los gruñidos, definitivamente era un niño.

Balanceándose y tejiendo, desató una ráfaga de golpes, seguidos de una patada de empuje, golpes de rodilla voladores y una rotonda a la derecha, todo apuntado a un grueso poste de madera de unos seis pies de altura con un trozo de cuerda enrollado alrededor antes de retroceder nuevamente. , solo para lanzarse hacia adelante con el codo izquierdo extendido. Luego, su pierna derecha salió serpenteando, golpeando bajo, medio y alto en rápida sucesión.

Jirou hizo una mueca, imaginando lo que sucedería si alguien con un Quirk mejorador de fuerza le dijera eso a alguien. Una conmoción cerebral y unas costillas magulladas serían la menor de sus preocupaciones.

Entonces la golpeó. Era tan obvio quién era. Las zapatillas. Eran de caña alta. Zapatillas altas rojas . La única persona que conocía con ese tipo de calzado era un compañero de clase, el héroe-nerd residente que declaró que su nombre de héroe era Deku, el de pelo verde Izuku Midoriya.

Relajándose un poco al descubrir que no era un merodeador al azar, Jirou salió de detrás de la esquina. "Oye, Midoriya."

La figura encapuchada hizo un gesto con la cabeza. "Oh, uh, h-hola Jirou." Su respiración era pesada.