Parte I

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Llegaste a tu cuarto y tiraste tu celular en la cama, con furia. Luego te echaste tú.
Tu ahora ex novio había roto contigo, a causa de sus celos por un amigo tuyo, Kazutora.

Si bien nunca le habías dado motivos concretos para desconfiar, el trato entre Kazutora y tú podía confundirlo, ya que ustedes siempre habían sido muy cercanos, incluso antes de conocer a tu pareja. Esto te enojaba muchísimo, pero no querías terminar una amistad de años por una relación de pocos meses.

Tu celular sonó de pronto y lo tomaste enseguida. No era tu ex, sino Kazutora.

— Hey, ¿cómo estás? — habló.

— No estoy de humor ahora. Si no te importa, mañana u otro día podemos conversar, pero hoy no, por favor — contestaste.

— Lo sé, me llegó el chisme — dijo, casi en broma pero sin reírse —. Por eso mismo, me preguntaba si no necesitabas distraerte un rato.

— No, no quiero. Gracias, pero prefiero quedarme en mi casa, por si... Por si ese imbécil me llama, o me busca, no sé, a lo mejor pueda explicarle todavía, y hacer que entre en razón.

— Personalmente no creo que te busque, o que le interese una explicación — respondió despacio.

— ¿Por qué lo crees? ¿Acaso eso te dijo? — esto último lo mencionaste sin querer, irónica.

— Sí, vino a verme, por eso lo sé.

Quedaste boquiabierta con el celular a penas colgando de tu mano.

— ¿Qué? ¿Cuándo pasó eso? ¿Fue antes o después de que él y yo rompiéramos? ¿Y qué fue lo que le dijiste?

Kazutora se quedó en silencio unos segundos.

— Si estás tan ansiosa por saber, ¿por qué no vienes a mi casa y te contesto todo lo que necesitas?

— ¡Kazutora! ¡Tienes que decirme ya!

— Sabes donde estoy. No voy a hablar por teléfono.

Y colgó.

Insististe llamándolo, pero no atendía.

Pasadas unas horas y sin tener señal de tu ex novio, decidiste ir a casa de tu amigo. Igualmente no podías saber si tu ex se aparecería, pero llevabas tu celular, por si se contactaba.

Llegaste a la casa de Kazutora y entraste. Habían varias personas, fumando, bebiendo o jugando a las cartas, algunos eran amigos de él que te había presentado antes. Preguntaste por el dueño de la casa y te dijeron que estaba en su cuarto. Subiste a buscarlo, ubicabas bien las habitaciones porque habías ido muchas veces, hace algún tiempo.
Tocaste la puerta de su cuarto e ingresaste. Kazutora estaba tumbado sobre su cama, con un brazo sobre su cabeza, y con la mano del otro movía su celular con la pantalla bloqueada.

— Viniste — habló cuando te vio —. ¿De verdad es tan importante?

— ¿Me vas a decir lo que quiero saber?

— Ven aquí — señaló su cama. Tú fuiste y te sentaste en un borde. Él se acomodó para estar sentado también, apoyado sobre una almohada en el respaldar, y cruzó sus piernas extendidas. Suspiró y prosiguió.

— Vino a mi casa a pedirme que me alejara de ti, antes de cortarte, supongo. Le dije que no iba a separarme a no ser que tú así lo quisieras, y le repetí lo que él ya sabía, que lo nuestro no podía entenderlo, y que no esperaba que lo hiciera. No es la primera vez que me reclama algo como esto, te comento.

— ¿Le hiciste algo? — preguntaste.

— No... Es, o mejor dicho, era, tu pareja, así que no le di ni siquiera un escarmiento — contestó —. Sabes que no me gusta que me molesten, pero que ese tipo siguiera viniendo a quejarse me confirma que nunca confió en ti, y que me tenía entre ceja y ceja.

Kazutora Hanemiya x Reader ♡ [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora