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— tus dientes son preciosos — siseó con la voz mientras revisaba mi boca una vez mas, pasando el indice suavemente por la encia bajo mi labio con el guante de goma. me hacia estremecer

se habia vuelto costumbre esta revision diaria. todos los dias terminaba el turno, ordenabamos la consulta y acababamos conversando de algo. en algun momento acababa en la silla con el conversando, hasta que me preguntaba si podia revisar mi boca. pasada la semana ya no lo pregunto, tan solo toco mi brazo estando ya en su silla y yo como un sumiso borrego asentia y me recostaba en la silla, abriendo mi boca para que el pueda tocar mis molares, respirar mi aire y limpiar la saliva que corria de mi mejilla hacia la garganta al no usar el succionador. cuando acababa solo me levantaba, limpiaba mi saliva y en silencio me colocaba la chaqueta para despedirme de el e irme a casa. 

tenia sueños humedos con el desde la primera semana, y en cada sueño el tocaba mis dientes. era tan suave cuando me tocaba que me hacia estremecer. y estando en casa, dormida, podia darle rienda suelta a las sensaciones corporales que reprimia cuando la goma tocaba mis encias, y el orgasmo era invevitable. 

nuestra relacion era puramente profesional, pero no podia evitar respirar mas aceleradamente cuando lo tenia en mi espalda en cada procedimiento de mayor dificultad. y no parecia importarle en absoluto cuando en la revision diaria estiraba una mano a su muslo para sentir la calidez. no podia ser solo mi mente jugandome malas pasadas, o al menos eso creia. no podia ser la unica que sentia la tension sexual o que se maravillaba con la voz. me tenia obsesionada, y esperaba a diario que sean las siente y treinta para que me tocara, y luego las ocho para llegar a casa despues del viaje en metro para poder masturbarme comodamente en la cama, utilizando un maldito cepillo de dientes para estimular mi clitoris con una osclacion suave, tan gentil como sus dedos en mi boca. intentaba tocarme el cuello mientras me retorcia en la cama o en el sillon, imaginando que fuera su mano, y gemia cuando en verdad creia sentirlo respirar en mi rostro. luego me dormia, soñaba y se volvia un nuevo dia. la rutina diaria. Dante era extremdamente rutinario y metodologico, y mi obsesion habia hecho que asimilara tambien sus conductas. su osuridad inherente, sus ojos embelesados, el brillo de desicion en la mirada. su dulce fetiche. 

— ¿hiciste teoricos sobre esto? — me pregunto, haciendo que inspirara hondo y volviera a la realidad. sali de mi ensoñacion y volvi a ver la luz de enfoque, la consulta a oscuras. y a Dante a mi lado

cuando baje la vista el se encontraba con un respirador conectado a su tanque, en la ultima consulta tuvo que usarlo por un procedimiento mayor, asi que se encontraba junto a el desde que comenzamos. yo negue suavemente y lo vi acercarse el respirador, inhalando una bocanada de aire. me sorprendio verlo, pero no me hizo alejarme aun asi. me encanto ver su rostro cuando apartaba la boquilla y estiraba una sonrisa en mi direccion. estiro hacia mi el respirador, y lo mire con cierta inseguridad en respuesta

— no es tan simple conocer la dosis... es mejor conocer sus efectos, tendras la precaucion de ajustar la dosis correctamente al peso del paciente

deje que pusiera en mi boca el respirador e inhale el aire, sintiendo mi pecho relajarse al instante. una segunda bocanada y mis ojos se entornaron. tercera y finalmente se cerraron, abriendome paso al abismo del inconciente. 

cuando abri mis ojos aun los senti pesados, e intente hablar, pero no lo consegui. al principio pense que mi boca estaba pesada por la droga, pero se trataba del expansor puesto en mi boca. comence a sentir la saliva en mi mejilla. una cantidad conciderable, y a mi lado aun el doctor, reclinado en el asiento, mirandome con una suave sonrisa en el rostro. su miembro estaba erecto bajo el pantalon de tela y me miraba con falta de esa amabilidad caracteristica. volvi a cerrar mis ojos, y cuando bote el aire de mis pulmones un gemido salio de mi boca. 

cuando abri los ojos otra vez, al tener los ojos entornados pude ver las nueve en el reloj de la pared, de forma inversa al estar boca arriba, el color verde titilante por la oscuridad me hacia sentir en peligro. pero esa mirada carente de amabilidad me hacia perder la cordura. iba a hacer algo mas que revisarme los dientes hoy, estaba segura. y no me molestaba dejar mi cuerpo a su disposicion. me sorprendia mi propia mente, y la garganta se me apreto del miedo, estaba dispuesta a que hiciera lo que quisiese con mi cuerpo. 

como me exitaba la inestabilidad que estaba viendo en sus ojos justo ahora. ese brillo de desicion maximizado hasta convertirse en locura. estaba dispuesto a hacer cosas muy oscuras en funcion de su propio placer, y mi locura residia en su complemento. estaba dispuesta a recibir el daño necesario para su placer, y el mio. 


Fetish - Colgate 360 [Hot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora