Capítulo 34

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Hela Petrov

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Hela Petrov.

Solté un quejido enterrando mis uñas en el marco de la puerta sosteniéndome para no caer al piso por el dolor, cuando tiro de mi muslo con fuerza.

—Debería disculparme. — Alek miro sus manos manchadas con sangre y yo por fin relaje mis músculos, por mi frente caía el sudor y no es por el sexo frenético que nos consumió, sino porque con un trapo limpio que encontró me hizo nuevamente un torniquete en la pierna cortándome la hemorragia.

Creó que me merecía el disparo.

—Por eso dije debería. —Toco su sien mirándome con obviedad y yo le lance un golpe a palma abierta que alcanzó a esquivar. Intentó abrochar el botón de su pantalón pero fracaso de forma colosal, ya que su botón paso a mejor vida, en la desesperación por sacarle la ropa tuve que haberlo roto, como el hizo tira mis bragas y brasier, encima mi polera está llena de sangre así que tuve que ponerme su camisa para cubrir en algo mi desnudes, camisa sin botones, claro.

—Animal. —Siseé mirándolo de mala manera.

Cerre la camisa que por poco me daba vuelta al cuerpo y comencé por fin a registrar la casa, quizás...puede que nos distrajéramos unas cuantas horas, pero fue por un buen motivo, dudo nos reprochen.

Registramos por completo el primer piso de la casa, encontrando uno que otro revolver con pocas balas y cuchillos medianamente decentes. Subimos al segundo piso y yo fui directo a las habitaciones. Me tomaría una ducha pero ya nos desviamos lo suficiente. Registré los closet buscando ropa, mientras oía los pasos de Alek por los pasillos entrando a las habitaciones, abriendo cajones y avisándome cuando encontraba algo de utilidad.

Saque polerones, pantalones de buzo, poleras, todo lo que sirviera o lo que suponía les quedaría bien. Me medí un polerón por los hombros y cuando iba a sacarme la camisa detuve mis pasos y fruncí mi ceño al sentir su mirada puesta en mi nuca.

—Alek no creó que mis piernas soporten más sexo. —Me di vuelta y di directo con el rostro serio de Alek, quien no tenía su mirada puesta en mi cara, si no en una cuchilla en sus manos, intercalaba la mirada en aquella y en mis piernas desnudas, baje la mirada y note las cicatrices que corrían por mis piernas, no son tan evidentes, ni grotescas, ya que mis torturas siempre fueron más psicológicas que físicas, siempre intentaron quebrar mi mente, más que mi cuerpo.

—¿En algún momento querrás hablar sobre eso? — Dejo caer la cuchilla encima de la cama donde teníamos las demás armas y se dedicó analizarme el rostro.

—¿Hablar sobre qué? —Pregunte quitándole las pelusas inexistentes al poleron en mis manos.

—Sobre tus cicatrices. La marca en tu espalda, en tus muslos. El porque te despiertas a sobresaltos en medio de la noche y no puedes dormir. Porque le temes a las agujas. Que pesadilla estabas reviviendo cuando ahorcaste a Adam...—Ladeo la cara con gesto comprensivo y la más mínima de lastima en sus ojos erizo mi piel y me hizo voltearme para evitar mirarlo a la cara, seguí sacando ropa pero esta vez con mis manos temblorosas y mi mente llena de recuerdos, puedo...oír sus burlas sobre mi cuerpo desnudo, sentir el escozor en mis muslos, la sangre corriendo, la...la impotencia matándome.

En La Mira #1 ......[#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora