¿En qué pensaba al confesarles eso? Sintió sus mejillas arder y se hundió más en el agua. Había llegado a su casa unos minutos atrás y decidió meterse en la ducha para apaciguar sus nervios que estaban a flor de piel.
Se enjabonó y enjuagó para salir de la bañera y así poder secarse. Vistió una camiseta y nos cortos hasta la rodilla para irse a dormir. Abrazó a su almohada y hundió su rostro en ella para cerrar sus ojos y entregarse por completo a Morfeo.
Se levantó al otro día, ya entrada en la tarde, pero decidió no salir y solo quedarse a ver programas de cocinas en la televisión. Ya era una esposa, y tendrá que velar por sus esposos para que así puedan darle hijos. Así que con un corazón retumbando como un tambor en su pecho y unos lápices de colores de su mochila; comenzó ha tomar apuntes en su libreta.
En la noche fue al mercado para comprar algunas cosas que iba a necesitar, pero volvió rápido a casa para lavar y guardar todo. Terminando algunas horas después en su cama con una sonrisa en sus pequeños y abultados labios.
Les cocinaría algo rico para comer o eso pensaba Takemichi que haría.
— O —
A la mañana siguiente, logró hacer varios bentos que hizo con amor y qué por consiguiente lo hicieron sentir un poco cansado, pero entusiasmado.
Se fue directo a la escuela luego de haber tomando la extra mochila que cargaba en sus pequeñas manos. Ahí se encontró con sus amigos, y no aguanto el contarles sobre lo ocurrido hace días.
Yamagishi, amigo de Takemichi, sabía lo ignorante e ingenuo que era él mismo, pero no a esa magnitud.
— Takemichi... -le miró a los ojos unos momentos antes de sonreírle.- Felicidades.
— Llámanos si necesitas ayuda en algo. -comentó Atsushi mientras le daba un apretón de hombros para animarle.-
— Gracias. -respondió con alegría a sus amigos.-
— O —
Al salir de la escuela y haberse despedido de sus amigos, comenzó a caminar por donde los había conocido, pero nada. Caminó un poco más y con ello, el cielo se tiño de naranja y amarillo. Se sentía decepcionado al no haberles encontrado.
Sus ojos se volvieron un mar de lágrimas a la vez que caminaba de regreso a casa, pero justo cuando caminaba a un lado de un río; escuchó gritos y gruñidos. Al acercarse un poco más y ver colina abajo, sus hermosos ojos azules se fijaron en el grupo de de niños tirados en el suelo mal heridos, pero sobre todo en el chico que se paraba en medio con imponencia. Tenía un poco de su cabello rapado, pero se podía apreciar un hermoso dragón.
— ¡Esposo! -gritó con emoción y corrió colina abajo para abrazar por la cintura al chico contrario, quién se quedó tieso al contacto.- Te estaba buscando y a los otros. -comenzó a sollozar.-
— Uh... —Draken se sonrojó al no estar acostumbrado a la atención, la cuál nunca ha recibido.- Eres el chico del flan y Los Gatos. ¿Takemitchy?
Takemichi asintió y se sonrojó al percatarse del apodo que el contrario le llamó. Se alejó del mismo y sorbió por la nariz ya una vez calmado y procedió a tomarle de la mano para alejarse de aquellos chicos mal heridos y del río. Draken se dejó llevar por el más pequeño, pero su mirada se encontraba sobre la espalda del más bajo.
¿Por qué sigue con lo de esposo? Draken nunca había pensado en estar con alguien, aunque tenía detrás a la hermana de su mejor amigo-hermano, Emma, tampoco era que se miraba con ella. Detuvo su caminar y dio un suave apretón en la mano que sujetaba la suya.
— Vamos con los otros. -dijo para ver cómo las mejillas del más joven se tornaban de un color rosa pálido.-
Takemichi asintió y de dejó guiar por el más alto, quién aún le sujetaba de la mano con delicadeza.
— O —
Takemichi estaba sudando un poco, debido al haber subido muchas escaleras solo para llegar frente a un pequeño templo abandonado. Frente al mismo, se encontraban un grupo de jóvenes vestidos con un chaleco negro al igual que sus pantalones, pero el chaleco tenía dibujos.
Todos se quedaron en silencio al percatarse de la presencia y llegada de ambos. Al estar más cerca, Takemichi tiró, tímidamente, del brazo de Draken y este giró su cabeza hacia un lado ya con las mejillas teñidas de carmesí.
— H-He traído a nuestra esposa... -murmuró avergonzado por lo que el pequeño lo había obligado a decir.-
Solo bastó decir lo último antes de que se hicieran oír risas y carcajadas de uno que otro de la banda. Ante esto, Takemichi agachó la cabeza y comenzó a llorar; llevándose sus manos al rostro para cubrirlo.
— ¡Mucho! ¡Baji! -gritó Draken enojado y fue a darles una paliza.-
— Hey...-una voz seria hizo callar a todos y mirar la interacción entre el capitán y Takemichi.- No llores. -se acercó y miró a Takemichi, quién ahora solo sorbía.-
— Mikey, lo asustas. -Kazutora miró con reproche a su jefe y amigo.-
El joven de cabellos lilas se acercó y agachó frente a Takemichi a un lado de su jefe-amigo. Takemichi le miró curioso y apenado para segundos después verle sonreír de una manera que hacía su corazón latir de prisa.
— ¿Takemichi? -le vio asentir y llevó su mano hacia el cabello negro del otro para acariciarle.- Una esposa no llora o pondrá a sus esposos tristes ¿cierto? -preguntó con ternura en su voz.-
— S-sí, es que se burlaron de mi. Yo los busqué por muchas horas y no les encontré, pero vi a Draken-kun.
— Ya veo, siento que hayas tenido que buscarnos. -dijo apenado Mitsuya.-
— Está bien, ahora estamos juntos. -sonrió tímidamente.-
Mikey dejó de comer su paleta para terminar de lanzar el palito hacia los arbustos y así agacharse a un lado de Mitsuya, pero frente a Takemichi.
— ¿Para qué nos buscabas? -preguntó con curiosidad genuina.-
Takemichi al recordar los bentos, colocó la mochila extra sobre el suelo y la abrió para proceder a sacar los bentos. Entregó cada bento a su respectivo dueño.
— E-Es para que estén fuertes, yo los cuidaré. -confesó con una sonrisa y determinación en su voz.-
Los chicos se miraron entre sí y procedieron abrir el bento, solo para ver arroz y un corazón mal hecho sobre él mismo con frutas.
— ¿Lo hiciste tú? -preguntó Kazutora.-
— Sí, me corté un poco, pero lo hice yo solo.
El menor no se percató de las miradas de preocupación que le dirigían algunos chicos antes de comenzar a comer y terminarlo todo.
Sin el pequeño percatarse de que iban a cambiar muchas cosas en su rutina diaria después de esto.
Nota: ¡Hola! Espero y les haya gustado. No estoy muy al tanto del manga, pero me vi el anime y pues de ahí esto. Acepto sugerencias y críticas constructivas siempre. Ideas también. Ya publiqué "Peach Tree" por si alguien lo lee o sigue.
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Cosmos
FanfictionTakemichi, un niño de seis años es molestado por otros, pero es rescatado por unos más grandes, considerandolos sus esposos.