Prólogo.

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―Me voy a casar con Joanna.

Luego de esas palabras hubo un silencio cargado de sorpresa, el sonido de la garganta del padre de Nora tragando saliva claro como el día. Javier Martínez estaba muy nervioso. Y cuando Mamá Sirena alzó los brazos de repente, dando un chillido de emoción, el hombre dio un salto sobre su puesto en el sillón frente a las cuatro mujeres.

―¡Eso es genial, Javi! ¡Felicidades! ―exclamó Sirena lanzándose sobre su ex pareja y amigo, dándole un abrazo de oso, exprimiéndole como a un limón. Su papá se echó a reír y retornó el apretón. Isabella, su hermana menor, inmediatamente también se levantó y se unió al abrazo.

Nora, sin embargo, aún se sentía un poco desconcertada, solo atinó a lanzarle una mirada a Mami Mónica, quien lucía igual de estupefacta que ella. Mónica captó su expresión y se encogió de hombros, rápidamente haciéndole una seña con la mano para que dijera algo.

―Vaya, papá, qué... bueno ―Nora carraspeó, levantándose, y se sintió un poco mal al notar el anhelo en los ojos de su papá, quien esperaba su aprobación. Aww, en verdad está ilusionado―. Estoy muy feliz por ti, Joanna y tú hacen una gran pareja ―expresó de la forma más sincera que pudo, no queriendo que su padre creyera que no estaba de acuerdo, y procedió a envolver sus brazos a su alrededor.

―Sí, Javier, todas estamos alegres por ti ―dijo Mami Mónica, una sonrisa leve en sus labios, la rubia no siendo muy dada a las expresiones abiertas―. ¿Supongo que eso significa que ahora somos millonarios?

Sirena, como siempre que su esposa hacía una broma, no pudo evitar dar una carcajada estrepitosa.

―Dios mío, Javi, ¡Es verdad! ¡Te vas a casar con la mujer más adinerada de la región! Hablando de apuntar alto ¿eh? ―comentó mamá palmeando a Javier en el hombro― Saben, yo una vez conocí a un allegado de Joanna en el '82, en el concierto de Death Match y me dijo que...

Nora rodó los ojos. Mamá Sirena había contado esa misma historia ya tres veces, era un milagro que todavía no la hubiera narrado delante de la propia Joanna. Mientras Javier la escuchaba atento como siempre (sinceramente, ¿cómo lo hacía?), Mami Mónica volvió a hacer contacto visual con Nora y se deslizó la punta de un dedo a lo ancho de su cuello.

―Tal vez podamos planear la trágica viudez temprana de Javier, ¿los viudos se quedan con la mitad de todo, no?

Nora soltó una risita.

―¡Mami!

Sirena terminó su relato y se puso las manos a la cadera, preparada para hacer un interrogatorio: ―Así que, ¿cuándo es la boda? ¿Ya tienen reservado el sitio? Por supuesto que sí, ella debe ya debe tener su propia wedding planner. Oh ¡¿Es Lucía Catepulli verdad?! Por el Universo, es Lucía Catepulli. ¿Ya sabes qué te vas a poner?

Nora entendía la emoción de su mamá: literalmente Javier iba a contraer nupcias con Joanna Reyes, empresaria estrella y co-heredera del Imperio Reyes junto con su hermano mellizo, Víctor Reyes, el empresario de cuarenta y nueve años más famoso de toda Monzuana. La familia Reyes llevaba décadas en el negocio de ser propietarios de varias empresas, desde grandes Casas de Bolsa hasta exportadoras de tecnología y materia prima. Joanna era graduada y especializada en finanzas, su hermano era ingeniero metalúrgico. Para la región y para el país eran prácticamente un símbolo de estatus y riqueza.

Y estoy a punto de convertirme en su pariente. Nora, aunque le irritaba el prejuicio, no pudo evitar pensar en lo llamativo que era el estilo de su familia, tanto de vestimenta como de vida, para algunas personas. Algo totalmente normal en ciertos círculos del mundo de las artes pero tan foráneo para la gente más... ¿común?

Ella de negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora