Peter Pan.

Conociéndole.

Era un hermoso día en Londres, los pájaros cantaban y las nubes se levantaban... Mierda, se me había pegado esa canción.

Me levante de mi sillón preferido, uno verde bordado con hojas. Y me dirigí a la cocina.

Vivía sola, si, demasiado extraño. ¿Una niña de 14 años viviendo sola en Londres? Pues si, extraño pero real. Mis padres me abandonaron cuando tenía 5 años, mi abuela me metió a un orfanato.

A los pocos días de estar encerrada en esa cárcel, porque en serio, fue un infierno. Me escapé. Lo sé... Que desobediente por tu parte, pero tenía mis razones, estar allí era insoportable.

Aún así, ¿cómo conseguí esta casa? Pues, al poco de escaparme de esa cárcel, me entere de que mi abuela había fallecido, así que me mude a su casa. Y aquí estoy, viviendo sola... Y sin nadie.

Termine de desayunar con el pensamiento de mi abuela en mi mente, fregué los platos y me fui a mi
habitación. Agarré mi móvil y empece a escuchar música como si no hubiera un mañana.

Y estuve así hasta que llego la noche. Mi vida era muy monótona, no hacía nada en todo el día. Bueno, quitando lo de asistir al colegio, pero eso no contaba, ¿verdad?.

Bueno, vamos a resumir mi aburrida mañana, mi aburrida tarde y mi aburrida cena. Hasta que llego mi aburrida noche.

Estaba sentada en el sillón que estaba al lado de mi ventana. Todas las noches miraba a través de ella. Me encantaba mirar las estrellas, y soñar que algún día, podría volar tan alto como ellas.

Deje mi movil a un lado de mi cama y me acosté en esta.

Tenía suerte de tener la ventana en frente, así podría cerrar mis párpados con la hermosa imagen de la noche en mi mente.

Al cabo de 5 minutos, oí un gran ruido, sonó como un golpe.

Abrí mis ojos y mire a mi alrededor. Todo estaba normal, espera... La ventana, recuerdo que la había cerrado, quizás se había abierto por el viento...

Me levante de mi cama y me acerque a la ventana.

-Esta bien... Espero que te hayas abierto por la gran oleada de viento que hay, porque o si no me arrepentiré de haberme escapado de aquel orfanato- susurré mientras cerraba la ventana.

Iba a volver a la cama, pero un ruido atrás mío me lo impidió.

Gire la cabeza lentamente, para encontrarme con... ¿¡UNA SOMBRA!?.

¿Me había asustado por mi sombra? Wow, creo que me estoy volviendo loca.

Ande hasta mi cama, y me senté en esta. Hay es cuando me asuste. La sombra, si, la sombra. No se movía. Estaba de pie, con los brazos cruzados... Aparte, ahora que lo pensaba, yo no llevaba ningún gorro, y no tenía la forma de cuerpo que esa sombra.

Todo eso me extraño, pero lo que me extraño aún mas, es que la sombra se empezó a mover por si misma, hasta llegar a un cajón y meterse en el.

Bien... Estaba alucinando, si, debía de ser eso. Nada de eso podía ser posible, pero no, si que era verdad.

De repente, un chico de más o menos mi edad, se situó en el cuadro de mi ventana, que de nuevo se había vuelto a abrir.

Era un chico delgado, de pelo rubio-castaño... Mas o menos pelirrojo se podría decir, pero no llegaba a tanto... Tenía ojos verdes, y una sonrisa burlona en el rostro. Estaba vestido con ropa hecha de... ¿Materia vegetal? Aparte llevaba un pequeño cinturón que sujetaba un puñal. Y en el pelo llevaba un bonito gorro, con una pluma roja en el.

-Mi imaginación no tiene limites...- dije mientras miraba atónita al chico que estaba entrando en MI habitación.

-No es tu imaginación ¿sabes? Si quieres te pellizco y lo compruebas- me dijo él. Su voz era... Suave, la verdad, de alguna manera u otra me tranquilizaba.

-¿Quién diablos eres tu?- le pregunte, ya sin miedo. Él muchacho parecía pacífico.

-Peter, Peter Pan, ¿y tu?- me contesto/ pregunto mientras sonreía.

-Scarlett- respondí insegura. Ya que haber, reflexionemos, un niño acababa de entrar por mi ventana, a saber como, ya que vivía en el último piso, y me estaba preguntando mi
nombre.

¿Confiar en él? No lo sé... Se me hacia difícil.