¿Por qué a mi?.

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Bien. Estuve pensando un buen rato en qué podia pensar para alzarme en el aire. Pero, ¿adivinar qué? No sé me ocurría nada. La pequeña hada parecía enfadada, no paraba de volar alrededor mío, lo cual me mareaba un poco. Bien, quizás esto me pareciera muy cursi, pero iba a pensar en Peter. No tenía ni idea de por qué, pero creía que si pensaba en el chico me iba a alzar en el aire. Y así fue. Mire hacía abajo mientras me mordía el labio, quizás tuviera vertigo y hast ahora no lo supiera, porque me estaba muriendo de miedo.

Campanilla me tiró del pelo, ya harta de mi. Yo solo asentí y la seguí hasta el árbol donde se escondían los Niños Perdidos.

-¿Chicos?- pregunte mientras entraba en el gran árbol. Mire alrededor mío, intentando ver algo o a alguien. Pero no, no había nada. ¿Quizás estaban escondidos?.

-¿Alguien?- volví a preguntar, pero solo me respondió un eco burlón. Yo bufe, enfadada. ¿Y ahora qué? Yo no sabía luchar, y Campanilla era muy pequeña como para luchar con una horda de piratas.

-¿Y ahora qué hacemos?- pregunte al aire. Sí, al aire. No esperaba que Campanilla me diera una respuesta, porque sabía que si me la daba, me gritaría. Y aunque fuera pequeña, sus mini gritos no me gustaban.

El hada solo señaló a la salida. ¿Quería luchar contra los piratas? ¿Iba en serio?. Increíble, y ahora una encantadora y frágil hada tenía más valentía que yo.

-Esta bien- susurre mientras la seguía. La verdad, no quería morir tan joven, pero tampoco quería que Peter muriera. 

Al estar en frente del barco, vi que los piratas celebraban algo. De seguro la captura de Peter. De una pequeña puerta, vi salir al capitán del barco. Garfio.

-¡Bien, mis queridos perros de mar, hoy es un día muy memorable, porque hoy daremos muerte a Peter Pan!- anunció el pirata mientras alzaba su mano y el Garfio al aire.

Todos sus secuaces vitorearon mientras alzaban sus manos al aire. Si que odiaban a Peter.

Smee salió del camarote mientras agarraba a Peter de la camiseta. El niño tenía unas esposas en las manos y en los pies, aparte de ellas, tenía un pequeño bloque de hormigón atado a los pies. Espera... ¿cómo diablos habían conseguido un bloque de hormigón?.

Campanilla me sacó de mis pensamientos con un tirón de pelo. Al final me iba a dejar calva.

Mire a la pequeña hada, que había salido volando a por Peter, y normal, estaban a punto de hacerlo caminar por la plancha.

Corrí hasta los piratas, pero no avance mucho, porque me cortaron el paso.

-Pero, mira que tenemos aquí, una pequeña princesita- dijo el pirata que estaba tatuado de pies a cabeza. 

Un momento, ¿pequeña princesita? Eso no lo iba a tolerar.

Lo sé, es corto, pero el próximo será más largo, o eso espero, byeee.

Peter Pan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora