CAPÍTULO 03 ღ

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—Vamos, vamos—, se escuchaba como alentaban desde las tribunas del estadio a los niños que estaban jugando un partido de fútbol.

—¡¡Cómo estás!! ¡¡WangJi!! —, saludo su jefe mirándolo de una manera no muy agradable.

'Espera', 'Espera' ... se escuchaban los gritos de fondo de las personas que estaban jugando en el partido, Lan WangJi solo miro a su jefe y volvió a ver como se desarrollaba el partido, 'Pasa la pelota' 'Rápido', se escuchaba como se divertían en la cancha de fútbol.

—Yo te envié ahí para matar—, dijo su jefe después de un largo tiempo de silencio, —...no a que te maten—.

—Yo sé que a ti no te gusta demasiado la vida... pero tu vida no tiene precio para mí, no tiene precio —, manifestó su jefe poniendo una de sus manos en el hombro de Lan WangJi para después mirarlo, —Dios me bendijo contigo, tú eres mi hijo... quiero decir, ¡¡Mucho más que un hijo!! —, volvió a decir su jefe cambiando su mirada entre el partido y Lan WangJi.

—Deja de buscar escusas para morir, puedes buscar una razón para vivir—, comentó su jefe mirándolo con una mirada que muy poco conocía Lan WangJi.

En todo ese rato Lan WangJi solo se puso a pensar en que cual podría ser una buena razón para vivir, no obstante mientras más pensaba, ni una sola idea pasaba por su cabeza.

—¡¡Lan Quiren!! ¡¡Lan Quiren!! —, se escuchó como llamaban a su jefe haciendo que este sonría y empiece a saludar a las personas que lo estaban llamando.

Lan Quiren era conocido por ser uno de los jefes de la mafia más conocido y temido de toda la región, teniendo un desconocido paradero, ya que la CBI hasta ese momento no lo había podido encontrar y si lo hacía, desaparecía al día siguiente. Lan Quiren crio y entrenó a Lan WangJi, el cual era conocido por su apodo HanGuang-Jun, para que pudiera tener la oportunidad de asesinar a los matones que mataron a sus padres frente a él, además que con el tiempo se convirtió en un despiadado sicario que trabajaba para Lan Quiren. Lan WangJi o HanGuang-Jun como era más conocido tenía un tatuaje en su cuello el cual indicaba a que se dedicaba.

En la entrada de aquel estadio se escuchaba a un joven hablado con la persona de seguridad del lugar, —Lo conozco—, decía Wei WuXian por décima vez, mirando a Lan WangJi.

—No lo creo—, expresó el de la entrada mirando en la misma dirección que el chico.

—No lo entiende—, estaba a punto de hacer un pequeño berrinche para que lo dejen pasar, —¡¡Hey!! —, volvió a llamar, sin éxito.

—¿Cuántas veces tengo que decirle que se retire? —, dijo el joven que cuidaba la entrada, perdiendo ya su paciencia.

—¡¡Hey, villano!! —, gritó para ver si esta vez sí lo escuchaba, pero al parecer no funcionaba, ya que el ruido del estadio era mayor.

—Joven, usted no puede entrar—, volvió a mencionar el guardia ya impaciente por aquel joven tan persistente.

—Lo conozco—, afirmó Wei WuXian, —...déjame entrar—, tratando de razonar con el guardia.

—¡¡Hey, villano!! —, volvió a llamar y para su suerte Lan WangJi volteo y miró en la dirección de Wei WuXian ya sea por casualidad o por el ruido que hacía aquel joven.

—¡¡Sí!! —, expresó Wei WuXian saltando de alegría, —...mira, te dije que lo conozco—, volvió a decir mirando al guardia.

—¡¡Hola!! —, saludo Wei WuXian, sin embargo, Lan WangJi apenas se dio cuenta de que era ese chico al que le faltaba un tornillo por no decir la ferretería completa, decidió voltear su mirada de nuevo al partido ignorándolo por completo.

'Como todos ustedes ya saben el señor Lan Quiren ha hecho mucho por el pueblo...', se escuchaba como el animador del partido halagaba al jefe de Lan WangJi, pero este en vez de escuchar lo que decían, volvió a escuchar el ya conocido '¡¡Hey, villano!!', de ese revoltoso joven.

—Voy a gritar más fuerte si no vienes aquí—, escucho que declaraba el joven, pero aun así decidió ignorarlo.

—¡¡Hey!! —.

—¡¡Hey!! —.

—¡¡Hey!! ¡¡Ven acá!! —.

—Vez, está por venir—, declaró Wei WuXian cuando observó que Lan WangJi se dirigía hasta donde se encontraba.

—Te lo dije...—, estaba hablando Wei WuXian cuando sintió que alguien lo agarraba fuertemente del brazo y lo jalaba.

Lan WangJi estaba cansado de esa situación y de los gritos de ese joven que ni conocía y lo peor de todo es que lo estaba poniendo de muy mal humor.

—¡¡Suelta mi brazo!! ¿Por qué me estás jalando de esta manera? —, reclamó Wei WuXian.

Lan WangJi con la poca paciencia que le quedaba lo jalo y lo arrincono en el jeep de este sosteniendo sus manos en la parte superior de su cabeza y poniendo una mano en su boca para que se quede callado.

—No tienes ni idea de lo que te puedo hacer—, declaró Lan WangJi con una voz fría como el hielo y una mirada llena de odio, —...no me tomaría mucho tiempo desaparecer tu cuerpo...—, volvió a decir mientras que Wei WuXian forcejeaba para soltarse, pero por algún extraño motivo, las palabras de ese chico no le daban el más mínimo miedo.

—Deja de seguirme y vete—, al terminar de decir eso lo soltó y lo miro fríamente.

Wei WuXian termino de procesar lo que había pasado y sin pensar mucho sonrió hacia Lan WangJi y manifestó muy emocionado, —¡¡Woah!! Es por eso que quiero contratarte—.

Lan WangJi miro con confusión al chico porque pensó que amenazándolo dejaría de molestarlo, no esperaba que el chico se sorprendiera y sonriera de esa forma tan alegre.

—Sé que tú no eres un tipo romántico, tú eres un tipo que dispara a los ojos—, expresó Wei WuXian con un brillo especial en sus ojos.

—¡¡Piérdete!! —, declaró y empujo al chico para empezar a alejarse del lugar, y fue en ese momento que Lan WangJi se dio cuenta de que a ese chico si le faltaba la ferretería completa, estaba loco.

—Lo siento, lo siento... todo bien—, dijo Wei WuXian corriendo para alcanzarlo, ya que se había alejado un poco.

—Escucha, si me matas gratis irías a la cárcel innecesariamente... en cambio si te pagaran para que me mates, entonces si valdría la pena—, mencionaba Wei WuXian caminando de espaldas delante de Lan WangJi para que este lo vea, pero de repente de paro y dijo pensativo, —pero... ¿Quién pagaría por matarme?, soy tan lindo—.

—¿Sufres de un trastorno por hablar? —, gruño Lan WangJi de manera desafiante.

—Sufro de una gran cantidad de trastornos, pero olvídate de eso—, respondió Wei WuXian, —...dime, ¿Lo harás por mí? —, preguntó en un tono que se podría decir desafiante.

—Por favor, di que sí... nunca se debe rechazar dinero—, dijo en un tono coqueto levantando las cejas, para parecer más convincente.

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Gracias a ti (Versión WangXian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora