El bosque de las máscaras

Capítulo 1: Llegada

16 de Diciembre-Martes

Después de hablar con Mónica, lo único que se pasaba por la mente de Thomas era qué pasaba con ese bosque que inquietaba tanto a la muchacha. Sin pegar ojo en toda la noche, Thomas se labó la cara, se vistió y salió al pasillo para descubrir los estrechos pasillos del tren inundados por un gran alboroto. Apenas cabía un alfiler entre la gente que había salido al pasillo desconcertada, el revisor trataba de poner orden inúltilmente, hasta que una voz salió de los altavoces y provocó el silencio de los presentes.

"Pasageros, hemos tenido un pequeño inconveniente, el tren se ha averiado a bastantes kilómetros de Saint.Green, la siguiente estación que tenía previsto. No sabemos cuanto vamos a permanecer aquí, entiendan que este lugar esta muy alejado. Las puertas están abiertas, son libres de salir, nos encontramos a poco tiempo del Bosque Rojo, aunque la estación de ese pueblo está cerrada desde hace tiempo pueden visitar el pueblo. Si no tienen pensado abandonar el tren, les ruego que vuelvan a sus habitaciones y se tranquilicen."

"Genial, lo que faltaba" Pensó Thomas mientras se dirigía a la salida. Saliro no le vendría mal para reflexionar y fumar un rato. La atmósfera teñida de rojo del lugar hacía honor a su nombre, parecía que aquel lugar estuviese en un permanente otoño.

Thomas no fue el único que había decidido salir, en cuanto hubo encendido su cigarro, una señora de entre 40-50 años se acercó a pedirle su encendedor. Era una mujer de categoría, como probablemente todos los que montaban en el tren, todos menos Thomas. Tenía el pelo plateado, pero con signos de que algún día fue castaño, llevaba varias joyas y trataba de taparlas con su abrigo negro como si alguien le acechase.

-Gracias por el encendedor, joven. ¿Cómo te llamas?-Preguntó la mujer

-Thomas, Thomas Brown- Dijo Thomas mientras recogía el encendedor e intentaba evitar una conversación

-Amanda Pink-Dijo la mujer mientras daba una calada a su cigarro y miraba a su alrededor con cara de asco.- ¿No le parece un sitio repugnante para que se averíe el tren? De hecho creo que es la segunda vez este mes que se avería un tren aquí.

-Aha... -Contestó Thomas indiferente, solo era otra mujer con paranoias, el no creía en supersticiones y cosas por el estilo

-Y yo que esperaba encontrarme con mi hermana en Saint.Green, ¿sabe? Llevo mucho tiempo sin verla, años, diría yo. Desde que se casó dejó de lado a su familia.-La mujer suspiró mientras soltaba el aire del cigarro y tiraba algunas colillas al suelo, tenía la intención de seguir hablando pero fue interrumpida por otra voz femenina.

-Tommy~  Así que has salido a investigar que hay por aquí, sabía que no podrías resistirte.

-Mónica...

-Shh.-Mónica cogió del brazo a Thomas y se alejó con él- Tenías cara de querer morir mientras esa señora hablaba, ¿qué te estaba contando?-Preguntó con una risita- Tendría que haberte grabado.

-Nada interesante. Pensé que estabas enfadada.-Dijo Thomas tirando su cigarro y pisándolo.

-Y lo estoy, pero no quiero ir sola por este sitio, necesito un hombre, y como nadie quería salir tendré que apañarmelas contigo.

-Supongo que me merezco eso.

-Lo que sea. Han dijo que por aquí hay un pueblo, ¿y si vamos a ver que hay por ahí? Quizás ahí encuentre un hombre de verdad.

-Eso ya es pasarse, no repitas la misma broma más de una vez-Dijo Thomas suspirando mientras miraba como Mónica ya había empezado a andar.