Constantemente me saboteo; hoy es un día de aquellos. Donde después de sentirme bien llega la culpa en mis pensamientos, llegan consigo los malos recuerdos y los posibles escenarios más trágicos que podría imaginar.
Llegan las ganas de morir interminables y el sentir que no puedo estar aquí.
Quiero escapar y no puedo
Quiero llorar y me detengo
Me duele la cabeza de tanto pensar si algún día podré sentir sin ningún estorbo, sin mis pensamientos de mierda, sin mi actitud de mierda.
Y me duele, me duele sentir que estás aquí y a la vez no, porque te alejo lentamente y soy mi propia arma homicida o quizás la pala que cava sin cesar mi tumba. El destino es sórdido y estremecedor según mi cabeza que no deja de pensar que no hay razones, ni aquí, ni allá, ni en ningún lado de mierda. Que soy un completo desastre que no termina jamás, que doloroso es tenerme a mi misma y sentir que no valgo la pena para ti.
Y mientras me encuentro en el frío piso del baño sentada intentando descansar y parar, solo puedo recordar tu sonrisa y tu voz, es triste estar así.
Quisiera retroceder el tiempo y alejarme de todos, quisiera volver a vivir lo que me merezco vivir; sobras, desperdicio.
El alcohol me está dominando y mis palabras son dolorosas cuando estoy cautiva en el.
