3. MAE

0 0 0
                                        

La blusa, la blusa, la blusa... ¡La blusa! Maldije todo lo que tuve a mano, desde la farola más próxima hasta el moreno que me había tirado el café encima. MI CAFÉ. Hecho con todo el amor propio del mundo a las siete y cuarto de la mañana, con el tiempo justo para salir corriendo y abrir a las y media. No estaba segura de la hora que marcaba el reloj, estaba demasiado ocupada corriendo rumbo al Lovely's. No sólo llegaba quince minutos tarde, no sólo había destrozado el uniforme, sino que también estaban los cuatro señores ajetreados de todas las mañanas con una expresión de pocos amigos haciendo cola. Allí esperando a que yo encendiera todas las máquinas y que, con suerte, les hiciera su ansiado café en menos de diez minutos.

Por aquel entonces no agradecía para nada el encuentro fortuito con el imbécil de turno. Apostaba mis dos dólares con setenta a que había dado en el clavo con lo que había dicho, no deseaba volver a verle más. Tampoco era consciente aún de que mi vida se vería sentenciada por un simple café, que empezaría una nueva etapa sin alergias y sin farsas a las que acostumbrarme.

El día no iba mucho mejor a las cuatro de la tarde. Las colas de gente saliendo del trabajo eran mucho más agotadoras que el resto... Incluso los cafés iban más cargados de mala educación: "Señorita, se da usted más prisa". Claro, si quiere me saco su pedido recién hecho del bolsillo de Doraemon. Con mi trabajo me he dado cuenta de la poca empatía y paciencia que todos, y digo todos, tenemos como clientes. Para mí ver cómo alguien trata a un trabajador de atención al público dice mucho de esa persona, si deja propina o no, si deja atrás todo su enfado del día y trata con amabilidad al personal, si dice "gracias" y "por favor". Lo que para ti es una palabra, al trabajador le mejora el día y el humor.

No es tan fácil estar en el Lovely's ahora que mi compañera está de baja por maternidad. Su hijo es precioso, pero ella era la que abría la tienda antes. El cartel que anuncia la búsqueda de nuevos trabajadores a jornada parcial lleva colgado dos semanas y sólo hemos recibido una llamada, pero pedía un sueldo muy alto con unas vacaciones descomunales... en una cafetería.

A la noche no me quedaba más aire en el cuerpo. Ni aire, ni agua. Creo que ya me había encargado de expulsarla llorando, haciéndole saber a todo el vecindario que no iba bien la cosa. Con la cosa, evidentemente, me refiero a mi vida sentimental después de leer la carta que Mike había dejado en la encimera. Y en cómo se había llevado sus cosas. ¿De verdad me dejaba él a mí? No sabía si me dolía en el corazón o en el orgullo, o si sólo experimentaba miedo por no saber qué hacer o con quién contar.

Debía tener en cuenta que para mí no había mucho más allá de mi ex novio. Me levantaba, me iba a trabajar, volvía para comer y estudiar, me quedaba hasta tarde leyendo y le daba un beso de buenas noches después de una ducha rápida. Una y otra vez, un ciclo interminable. Supongo que eso nos agota a todos, la rutina constante. En mi caso, la rutina llevaba años... Con un suspiro amargo, releí algunas líneas de Mike:

"Tengo que encontrarme a mí mismo y no es compatible hacerlo con alguien a mi lado. No es por ti, no quiero hacerte daño, pero tampoco me veo capaz de hablarlo aún en persona y enfrentarme a tu mirada. Creo que es lo mejor para ambos, creo que los dos necesitábamos un empujón para darnos cuenta de que nos iba a ir igual de bien solos. Nos hemos acostumbrado tanto a nuestra presencia que nos ignorábamos, como si viviera con un fantasma. Maeve, si te soy sincero, ni siquiera parecíamos pareja. Ni discutíamos, ni hablar de relaciones sexuales, y ya si te digo de salir a hacer planes... Llevamos toda la vida conociéndonos y siendo amigos, esto no tiene por qué terminar con una mirada de decepción desagradable y dos corazones rotos...

Lo siento mucho, podemos hablarlo en un par de semanas...

Estoy en casa de mis padres, ¿vale? Tómate el tiempo que necesites para buscar otro lugar, volveré en navidades.

Espero que lo entiendas,

Te quiere, Mike".

Esas líneas apenas eran el final de dos folios de su puño y letra. Y maldije varias veces, en todos los idiomas en los que supe, porque muy en el fondo... Llevaba razón. El caso es que Michael llevaba toda la vida conmigo. Crecimos siendo vecinos, fue mi primer beso gracioso de tres añitos... Evolucionamos, aprendimos, caminamos. Pero supongo que no todo puede ser como uno planea con cinco años en una tienda de camping, ¿no? Siempre tuve ese pensamiento, de todos modos. Saber que Michael estaba ahí, pero no saber qué sentido le daba a mi vida. Si aportaba algo o solamente me acompañaba silencioso.

Para mí, el amor no tiene mucho sentido. Es como una estación de autobuses, al fin y al cabo. Todos queremos ir a algún sitio, pero nadie sabe dónde desea ir. Nos montamos dubitativos en el primer autobús que pasa, sin saber con exactitud a qué hora nos dejará en nuestro destino y vamos pendientes a no pasar nuestra parada. Pero a veces nos dormimos, perdemos nuestras pertenencias y nos olvidamos de quiénes somos. A lo que iba a parar es... A que el amor no se busca. El mejor autobús, el que te va a llevar en menos tiempo al sitio que llevas deseando en silencio toda tu vida... Ese pasa sin pedirlo. Te montas sin querer. Te bajas por intuición, o nunca te bajas.

El paso de los días se hizo pesado para mí, como una nube densa sobre mi cabeza que apenas me dejaba respirar. Creía tener el mundo en mis manos, cuando en realidad estaba encadenada a su giro dejándome llevar. La enfermedad del dormir sin parar se apoderó de mí con los días que pedí en el trabajo hasta que volví a dejarme ver por allí.

––¡Mae! Por fin vuelves. Te juro que no aguantaba ni un solo día más a don café templado. ––Habían sido al menos tres días. Pero yo tenía que ponerme a mí primero, no podía continuar dejando a los demás colarse en mis prioridades.

Mi respuesta fue una risa suave. Quizás se habría sentido mejor con palabras. Tampoco tuve la oportunidad de preguntarle o de saberlo por otras vías.

El día de trabajo se convirtió en uno de tantos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 17, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

LONELY, BUT LOVELYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora