" Prólogo "

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Una cabaña especial para ella y el resto de su grupo. Habían elegido la cabaña más apartada del recinto para así evitar tener problemas con los demás vacacionistas. Y tenían razón de hacerlo pues el DJ sonaba en cada parte del bosque con potencia, de la casa ni hablar, tanto las ventanas como las paredes retumbaban al ritmo de la música. Las luces de colores hacían un espectáculo que, sin dudas, atraía la atención de todo aquel que podía verlo a la lejanía. Parecía más una presentación en el Tomorrowland, claro, que con la diferencia que en el interior de la cabaña había adolescentes en todas partes, bebiendo de todo hasta más no poder, fumando cigarro u otros marihuana y la mayoria, en general, consumiendo alguna droga, en fin, cada quien divirtiéndose a su manera.

Y nuestra protagonista no era la excepción. Faltaban pocas horas para amanecer y no veía fin a todo el desastre que se había convertido aquella fiesta. Estaba mareada de tanto alcohol mezclado que había tomado y, siendo honesta, también había ingerido un poco de marihuana con su amiga Ino y una pastilla de éxtasis que su mejor amiga Sakura le había pasado cuando le tocó darle un beso en el juego de la botella, cabe decir que se aprovechó de su boca peor que policía gringo al ver a un negro.

Pero en fin, volviendo a la actualidad; la azabache salía de la cabaña dando tumbos, teniendo que sostenerse de la baranda de madera para no caerse al bajar los peldaños del pórtico. Y es que todo lo consumido ya le estaba haciendo efecto; no quería vomitar pero sentía unos ascos inmensos que ya no le dejaban beber más, además su cabeza empezaba a doler por la migraña, pensó en ir a dormir pero con todo ese ruido no podría así que mejor salió a tomar aire fresco. Sentados en una banca del pórtico estaban un par de chicos tomando con más tranquilidad, pero pronto se llevó la atención de ambos.

—¿A dónde tan sola, hermosa? —le pregunto uno de ellos, coqueto.

±Si quieres algo de compañía aquí estamos nosotros, mami —siguió el otro con labia, luego ambos rieron burlescos.

Pero ella sólo los ignoró, levantándoles el dedo de en medio mientras se dirigía al bosque, adentrándose cada vez en el sin temor alguno, buscando alejarse un poco del escándalo y de esos bastardos sin educación. Se iría al menos hasta que bajará la molestia en su cabeza.

No pasó ni tres minutos caminando cuando ya se había alejado lo suficiente, hasta el punto que la música a penas se distinguía. Hizo una mueca mientras se recargaba en un árbol para quitarse los tacones. Entonces suspiró con gozo. Caminó un poco más con los tacones en su mano hasta que encontró un llamativo árbol que tenía dos troncos; uno subía un poco inclinado y el otro estaba totalmente torcido, como si lo hubieran derribado. Encontrar ese peculiar árbol en tan agradable lugar era como una señal de la madre naturaleza que la incitaba a ir y subirse para sentarse a descansar de tanto baile.

Se sentó cerca de la orilla para tener de recargadera el segundo tronco, ya estando ahí miró hacía arriba, encontrándose con una hermosa luna llena adornando el oscuro cielo. Pronto sus ojos se sintieron pesados, signo de que el sueño y el alcohol la estaban venciendo. Por un par de segundos estuvo luchando para no dormirse ahí, entonces fue en ese momento que un ruido entre los árboles atrajo su atención. Tal vez en otra circunstancia se hubiera espantado pero el alcohol había tomado control total de su cuerpo.

Pensó en un animal que podría ser o no salvaje, pero, al contrario de todo lo que su mente alcoholizada se imaginó, entré la oscuridad vió salir a un chico vistiendo sólo un pantalón naranja, dejando a la vista su trabajado pecho. Su atención se centro más en su distinguido cabello dorado que parecía brillar con la luz de la luna. Parecía más o menos de su edad y, si su vista no la engañaba, el chico tenía nueve colas detrás suyo y un par de orejas de zorro. Inmediatos se le vino el nombre de esas bestias; Kitsune. Unas criaturas sumamente hermosas y majestuosas, pero también incomprendidas por la sociedad.

¿Estoy soñando?, Se preguntó a si misma, embelesada por la figura del chico bestia.

Había oído miles de historias de esas criaturas en su niñez; sobre todo la que su madre le contaba donde hablaba de ella y una amiga Kitsune que tuvo de niña, claro, se supone que son leyendas de los abuelos para entretener o asustar a los niños, una simple fantasía, pero que lo viera ella misma, era imposible de creer, sobre todo porqué estaba ebria y drogada.

Sin embargo, como si su mente quisiera una prueba de que fuera real, mientras aquel chico se acercaba, estiraba su mano por reflejo intentando tocarlo y descartar la idea de que era parte de su imaginación, pero cuando las yemas de sus dedos tocaron el rostro del varón, se sintió tan irreal que acercó su otra mano, tomándolo de las mejillas y con una mirada igual que la de un niño pequeño lleno de curiosidad, observaba con detenimiento sus facciones; como unos bellos y brillantes ojos azules debajo de esos mechones dorados que le caían en la frente, acompañando su rostro simétrico con un par de bigotes en sus mejillas y una tez trigueña muy atractiva.

Correción, fuera o no parte de su imaginación, todo él era jodidamente atractivo y deseable.

El chico mantenía contacto visual, haciéndole imposible de apartar la mirada de la suya. Y cuándo este colocó una mano sobre la suya erizó su cuerpo de pies a cabeza con la frialdad de su mano, en seguida se distrajo al notar como aquel ser mitológico levantaba su rostro tomándola del mentón, volviendo a hacer contacto visual, pero cada vez lo veía mas lejano y borroso pues nuevamente el alcohol se apoderaba de ella, sin embargo, pudo ver como aquella belleza de la naturaleza se acercaba a sus labios.

Kitsune... —murmuró antes de perder la consciencia.

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Una nueva historia se suma hoy
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Desde cuándo quería hacer esto, así que espero y lo disfruten tanto como yo UwU

♡ ᶤ ᶫᵒᵛᵉᵧₒᵤ

Un-dertone 🥀 PixyeChan

Embarazada del Chico Bestia © ¡NaruFemSasu!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora