IV

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Ahora mismo desearía haberme ido con Dal y el niño.

Estoy encadenado de pies, manos y hasta cuello en una habitación nada agradable de color blanco, vacía excepto por mí. Si muevo o agito una de las cadenas, los grilletes se aprietan más y eso no es bueno.

Después de la breve presentación de Tenebrae, se abalanzaron los 3 sobre mi y con un golpe en el cuello acabaron con mi resistencia. No tuve tiempo ni para defenderme.

Me quitaron mi lanza y gran parte de mi ropa. Estoy sangrando de mi espalda gracias a unos cuantos latigazos de parte del Arcángel Zadkiel. El mismísimo Arcángel Gabriel me trajo a mi celda, y unos cuantos estúpidos angelitos más me encadenaron. Ordenes de la junta directiva de los Siete Poderes.

Mi cabeza es un desastre, mi espalda duele de mil demonios, mi respiración se entrecorta del dolor y respirar seguido hace que sienta que mi pecho se quema por dentro. Estoy.. ¿temblando? No lo sé. No soy conciente ni de mi propio cuerpo.

***

- Si él sigue vivo..

- Claro que no, Arcángel Zadkiel.

¿Qué?...

- Te lo advierto pequeña. Si me estas mintiendo..

... ¿donde...

- Ya te lo dije, él está muerto.. Le he matado yo mísma.

... estoy?...

- Iré a comprobarlo.

No puedo moverme. Las voces me resultan.. iguales, provenientes de la nada. No distingo la voz del bastardo de Zadkiel, ni de la chica. ¿Quién puede ser? Intento moverme aún más que antes. No siento los grilletes ya, ni una pizca de dolor. ¿He muerto? ¿Qué ha sucedido? No recuerdo nada después de.. oh no. La que hablaba era Lux. Ella.. me mató, pero no le ví hacerle. Solo sentí el golpe fuerte en la mandíbula que me dió con el báculo, y que.. después.. no lo sé. ¿Realmente lo hizo? Recuerda.. recuerda.. recuerda..

Escucho unos pasos acercándose a dondequiera que esté. ¿Quién es?

- Oh, como pesas Vacuum..

¿¡Quién es!? La voz suena hueca, sin personalidad, sin tono, como si el viento la susurrara. Pero.. ¿qué huele tan bien? Espera.. ese olor..

- Tengo que sacarte de aquí, ya. No puedo evitar esto más tiempo, no a Zadkiel - murmura Lux para sí misma, preocupada.

¡Lux! Ahora sí que puedo reconocer su voz. Puedo sentir el tambaleo constante en el que me carga caminando lentamente hasta la salida, supongo.

Puedo sentir todo claramente de nuevo. El dolor punzante en mi mandíbula, en la espalda y en los sitios en donde apretaban las cadenas.. ah, y mi ropa. Llevo ropa.. ¿se encargó de vestirme Lux? Bueno, no es que sea raro..

Abro los ojos, por fin. Giro la cabeza tanto como se me permite, y allí está: su nariz delgada y puntiaguda, sus labios carnosos con un tono rosa, sus ojos azul claro y su tez palida de siempre. Ah, y su bello pelo rubio que le cae sensualmente por los pechos.. mmm.. esos que conozco bien. Me lleva con el brazo izquierdo en su espalda, como apoyándome en ella. Lleva su coraza delgada blanca (en la cual en el centro lleva su sello) sobre una camisa blanca, unos jeans grises y creo que unas deportivas color gris. Del lado derecho le cuelga su báculo extendible con los extremos largos de un color gris y un mango de color azul, el cual lleva un círculo con el sello. En la espalda, tintineando con cada paso, lleva mi lanza.

- Vaya, te ves bellísima aún agotada y después de darme un fuerte golpe en la mandíbula - murmuro para no asustarla. Mi voz no suena tan bien como esperaba.

Ella se sonroja y me mira, deteniendose un momento. Wow. Me viene a la mente la vez en que la hice mía en aquél bosque. Devuelvo ese pensamiento a donde pertenece. No, no debo utilizar mis encantos ahora.

- ¡Vacuum! - exclama, sorprendida ante mi comentario, y me abraza fuerte - Ohh.. siento haberte golpeado fuerte - dice, acariciando mi mejilla con su mano derecha, y bajando hacia la mandíbula. Después de un rato la aparto cuidadosamente y en el proceso me miro las manos: están pálidas, preocupantemente pálidas.

- ¿Hace cuanto tiempo que perdiste tu gabardina, exactamente? - me mira, seria. Parece como si me leyera el pensamiento.

Vaya, no lo recuerdo con exactitud..

- Hace aproximadamente 5 meses, ¿por qué?

Palidece aún más de lo que está, dejándome atónito.

- Necesitamos encontrarla, ya.

- Dal sabe donde está.. - le digo.

- Y yo también - me interrumpe Lux-. Melissa ha averiguado con sus propios medios, y me lo ha dicho. Y para tu sorpresa, no la tiene el rey dragón. En realidad, estamos en el lugar correcto.

¿Qué? Entonces Dal..

- Dal está probablemente en peligro - se me escapan las palabras de la boca- se ha ido con el rey Ihmal a por mi gabardina supuestamente..

- Me enteré de eso. Él se las arreglará solo, ya le conoces. Por el momento, concéntrate en lo que debes hacer.

Hmm.. no siento nada. Por más que me concentre e intente localizar mi gabardina, mis sentidos no funcionan.

- A la derecha - suelto de repente. ¿Qué ha sido eso?

***

Después de su modo sentimental, y de darle órdenes (que quién sabe de donde salían) cruzando por los pasillos blancos, relucientes y un poco resbaladizos a mi parecer, llegamos hasta una gran puerta de madera color marrón, como de 3 o 4 metros de altitud y 3 de ancho. Pongo el oído en la puerta, esperando escuchar algo detrás, y nada.

- Bien, ¿listo para recuperar tu gabardina? - dice Lux, seria.

¿Adivinen qué? Ella no esperó la respuesta. Patea la puerta tan fuerte como puede, y la puerta se abre de golpe. Sí, una entrada gloriosa para una mujer.

Y lo más asombroso es el salón que tengo delante. Siento que tiene el mismo tamaño de una arena de algún coliseo antiguo. Tiene monumentos extraños llenando la sala a la mitad del camino acomodados como en una carrera de obstáculos (uno es gigantesco con forma de espiral), seis arsenales en cada lado perfectamente acomodados con todo tipo de armas, y más allá.. no reconozco qué podrá ser, pero tiene una forma cilíndrica.

Cruzamos con cuidado cada monumento hecho de fina porcelana blanca, y en un momento creo haber visto uno con forma de un trasero.

Seguimos cruzando, y de pronto estoy pisando.. ¿agua?

Sí, es como una especie de agua. Miro a Lux que está más adelante, y parece petrificada. Está temblando. ¿Qué rayos está pasando?

- Lux, ¿estás bien? - murmuro detrás suyo. Ella no contesta, y tiene la respiración entrecorrada.

Delante nuestro están 7 vidrios en forma cilíndrica, cada uno lleno de agua. El primero tiene una gabardina roja y la letra G marcada en el vidrio, y un símbolo arriba que representa el fuego (una flama); el segundo está vacío con la letra Z marcada, y arriba tiene un símbolo que representa la luz (un destello); el tercero también está vacío con la letra M, y arriba tiene marcado el símbolo del agua (una gota); el cuarto contiene mi gabardina plateada y el vidrio marcado con la letra S, y arriba contiene el símbolo del vacío (una espiral cósmica); el quinto contiene una gabardina gris, el vidrio marcado con la letra J, y arriba tiene el símbolo del viento (un torbellino); el sexto esta vacío con la letra U marcada y arriba tiene el símbolo de la oscuridad (un círculo negro en un tema blanco); y por último, el séptimo tiene una gabardina café, en el vidrio marcada la letra R, y arriba tiene el símbolo de la tierra (una planta). Las que contienen laa gabardinas están lanzando un haz de luz de su respectivo color hacia una esfera blanca. Un receptor.

Y hasta ahora me doy cuenta, que no soy al único al que le arrebataron sus recuerdos ni sus pertenencias.

- ¡Y así es como van 4 de 7, señores! - exclamo con una pizca de miedo.

Comprendo el plan de los arcángeles al instante: adueñarse de la esencia de los elementos.

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La Leyenda Del Sombrío Elemento (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora