CAPÍTULO 4

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Ralph:

Desde mi llegada las cosas están yendo de maravilla, al parecer el cauce doloroso de mi vida merma a la par de los días en mi estancia. Es como si los problemas que me orillaron en este pueblo que me atrevería a llamar "fantasma" simplemente se pierden en las montañas, ayer, Realyn me hizo conocer un lugar pacifico, muy tranquilo, de esos lugares que te limpian la mente dejándolo en blanco por minutos, minutos que mi ser anhelaba y se los tenía muy bien ameritado. El pensar constantemente en la precisión tus movimientos evitando que destruyas todo a tu paso, suele hacer que a la larga tus demonios internos sean domados, controlados por ti y eso implica un esfuerzo mental agotador.

Una de las primeras personas que he conocido y que me ha hecho agradable mi estancia en el pueblo fantasma, es Realyn, la señorita de mirada penetrante y apariencia inofensiva. Me da curiosidad hasta donde serán capaces de llegar aquellos ojos cazadores en cuerpo de corderito. Ahh pero yo de apariencias no puedo hablar, si es eso a lo que realmente viene a hacer aquí, a aparentar normalidad, a dormir mis instintos, a apaciguar mi alma y reconectarme con mis "creencias". Tengo que aprenderme eso para no salirme del libreto.

El corderito es un ser inocente, que no suele percatarse de mis estrategias para obtener información, la cual luego utilizaré en mi beneficio. Me encanta la manipulación, ya que solo empleando palabras puedo persuadir y lograr mis objetivos. No es malo, simplemente digo lo que los demás quieren oír o no se atreven a decir por sí mismos. La clave está en pasar desapercibido, pues muchos confunden la humildad con debilidad y creen que pueden aprovecharse de ti a su antojo. Sin embargo, solo unos pocos conocen la satisfacción de hacer sentir estúpido a aquellos que creen que están actuando de manera astuta.

Me gustó tanto aquel desolado mirador que decidí encaminarme en el, esta vez sin ella, lleve lienzos, pintura en spray, pintura en tubos y carboncillos.

Entre tantas ideas para pitar llega a mi mente una en particular, una muy peculiar. Las manos de Realyn, cuando se ponen ansiosas, llaman mi atención, especialmente su pintura de uñas desgastada, que contradice claramente su apariencia fresca. Esto despierta mi curiosidad hacia esta encantadora joven. Mientras pinto en lienzo las características de sus manos, no puedo evitar que mi mente divague hacia Giuseppina, mi eterno y apasionado amor, la persona que me desafió y me trató de la peor manera posible. Ella fue quien sacó a la luz y acarició mis demonios internos.

Nuestra relación era de esas que ahora se consideran tóxicas, aunque con la particularidad de que la intensidad de lo nuestro era incomparable. Era casi afrodisíaco, presente incluso en los detalles más mínimos. Si alguien me preguntara sobre nuestro amor benemérito, les diría que estaría dispuesto a cometer los mismos errores una y otra vez por ella. No cambiaría ni una sola acción de mi pasado con tal de no perderme ni un solo momento que compartimos, por más trágico que nuestra historia acabo.

Regreso a la realidad mientras la imagen de Giuseppina se desvanece gradualmente. Dejo que mi lienzo repose y se seque sobre una roca, mientras me sumerjo en la contemplación de mi futuro y analizo cuidadosamente mis próximos movimientos.

Una ardilla interrumpe mi concentración al intentar jugar conmigo. Algo en mí se desestabiliza, desencadenando emociones reprimidas con un anhelo de recuperar mi propia normalidad. No me refiero a la realidad que estoy construyendo en este momento, sino a mi esencia, a mi verdad personal.

Con una sola mano agarro la ardilla del cuello, la otra mano es utilizada para sujetar sus pequeñas patas -voy a disfrutar tanto este momento-. Mis manos poco a poco le cierran la respiración de el roedor, este lucha por su vida, arañando mi brazo en su intento fallido de huir, el, mientras sigue vivo le rompo las patas uno por uno. El pobre animal agoniza, pero su corazón aún late. Despellejo al animal, lleno su sangre en un receptáculo.

Uso la sangre de mi animal sacrificado para hacer un hermoso boceto con el rostro de Giuseppina, a ella le hubiese gustado ver esto. A veces es bueno sacar a pasear a nuestros demonios.

**

_Tú debes ser Ralph, el nieto de Tommas Leister!_ dijo el rubio

_ehh si... si lo soy_ ahora ¿Quién es este?

Mi apariencia de ciervo me hace ser captado ante los ojos de quienes se creen depredadores. Depredadores con ojos de corderos y alma de servidores.

_Chello... ¿No me digas que no te acuerdas de mí?_

¿Chello? así solo me llaman los mellizos Blanchard. Oh ya me acordé, el mellizo miedoso altanero.

Me toca ser hipócrita, como siempre...

_Ohhh... hola, cuanto tiempo sin verte_ Dios porque no se me ocurrió algo mejor

Después de reflexionar sobre nuestras vidas y escuchar a Bennett hablar sobre su aparente satisfacción, se evidencia un vacío emocional disfrazado de altivez. Aunque Bennett pueda estar rodeado de las diversiones más placenteras, son precisamente esas cosas las que revelan su verdadera naturaleza. De todo aquello de lo que él se jacta, solo es una cortina de humo para ocultar al niño sin carácter y temeroso que siempre ha sido. Un niño manipulado por su padre como una marioneta, que se refugia tras la protección de su madre.

Cada historia puede resultar más sorprendente que la anterior, y es común encontrar verdades a medias en ellas. Los chicos como Bennett tienen la habilidad de seleccionar y decir únicamente lo que les conviene, de manera que las historias siempre se inclinen a su favor.

Nuestra fructífera charla ha despertado en mí la sed de poder y control. Este pueblo, que en apariencia es aburrido y monótono, se convertirá en mi propio reino de diversión y caos. Me deleitaré en provocar el caos y la desesperación en cada rincón. Seré quien traerá un nuevo orden, donde la diversión se encuentra en el sufrimiento y la manipulación de aquellos que se atrevan a desafiarme. ¡Este pueblo nunca volverá a ser el mismo!

Nota de la autora: Que peculiar personaje, muy observador para ser exactos. Nos da a entender que por más que digamos "conocer" a alguien, siempre hay algo más, vivimos en constante caretaje. Y una careta es eso simplemente, es algo que en cualquier momento se nos puede caer y esperemos que las de Ralph se caiga pronto...












CUANDO NADIE VEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora