Capítulo 18

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No ve a Jeno de nuevo, hasta el día siguiente. Está en el trabajo y Chenle le cuenta lo que hizo durante los días festivos y cuando mira por la ventana, justo en ese momento Jeno pasa caminando por ahí.

Camina precipitadamente hacia la puerta, deja a Chenle hablando solo, en realidad no sabe qué va a decirle a Jeno, sólo tiene que verlo.

Pero se detiene en la puerta, porque Jeno ya está ocupado. Está hablando con un muchacho afuera de la tienda en la esquina, le habla acercándose a él, como lo hace con Jaemin y todo lo que está murmurándole parece agradar al muchacho porque sus párpados se entrecierran y asiente con la cabeza, luego Jeno saca su teléfono, escribe algo mientras continúan hablando.

No sabe cuánto tiempo se queda ahí mirándolos pero al final el muchacho se aleja, mirando a Jeno y prolongando una sonrisa coqueta mientras lo hace y luego Jeno gira como si sintiera la mirada de Jaemin, se sostienen la mirada desde el otro lado del camino.

Jaemin se pregunta si Jeno se dió cuenta que todo el tiempo estuvo ahí, observando la interacción.

Sale de la cafetería para acercarse y Jeno se aleja de la tienda de la esquina para encontrarse con él en el medio, se detienen uno frente al otro, parece una escena sacada de una película del salvaje oeste.

Es ridículo y las manos de Jaemin están temblando.

Intenta un simple hola.

—Jaemin.

Traga saliva.

—¿Dónde has estado?

—Aquí y allá.

—Mark va a empezar a preocuparse.

—Él sabe cómo soy—dice Jeno—Que yo desaparezca durante unos días no es nada nuevo para él.

Jaemin asiente con la cabeza y se lame los labios, desea más que nada en el mundo que Jeno de una pista, una mirada, el brillo en sus ojos o algo.

—¿Tú estabas...estabas guardando el número de ese chico?

—Sí—vacila antes de añadir—Para planear algo juntos.

—¿Qué, cómo que plan, ir a tomar una copa?—las entrañas de Jaemin se retuercen con desagrado, inspecciona con su mirada la cara de Jeno, sin encontrarse con nada más que vacío, sus ojos no reflejan nada en absoluto.

La sonrisa de Jeno es retorcida, llena de insinuaciones y completamente, desesperadamente, falsa.

—Probablemente no ese tipo de plan.

—No—la palabra sale de la boca de Jaemin antes de que tenga la oportunidad de contenerla.

Algo aparece en la cara de Jeno entonces, un indicio de la verdad que oculta.

—¿No? ¿Qué no tenga sexo con ese chico?

Jaemin traga, se acerca un poco para poder bajar la voz.

—No tengas sexo con nadie.

Parece que miles de pensamientos recorren la cabeza de Jeno y ninguno de ellos es satisfactorio.

—Un hombre tiene necesidades, Jaemin.

—Lo sé, pero...te vas en unos pocos días, ¿Verdad? Y entonces yo...no tendré que saber.

—Mientras tanto—dice Jeno, lentamente y la expresión en su cara sugiere que no puede creer lo que está escuchando—Tengo que ver cómo te casas con alguien.

—Sé que no es justo...

—¿No es justo? ¿Al menos te das cuenta de lo que me estás pidiendo?

El Padrino - NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora