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Byun Baekhyun había pasado el receso de verano lejos de la ciudad de Seúl y mucho más ocupado de lo que todo el mundo habría podido imaginar. Con solo sus familiares mas cercanos y sus dos mejores amigos conociendo la realidad de donde había estado internado esos últimos dos meses y medio, ahora regresando a la ciudad con una imagen y tal vez una personalidad totalmente renovada; Baekhyun se había dicho a si mismo que los aires de otra ciudad lo habían hecho cambiar y aun no sabia que sentir respecto a eso.

Ya no bajaba tanto la mirada cuando alguien mas le hablaba directamente, había perdido bastante peso así que ya no le hacia falta ocultar su cuerpo bajo kilos de ropa con manga larga -que por cierto en época de verano siempre había resultado una pesadilla para el pobre chico-, también gracias a Kim Minseok -el único amigo que había hecho en el campamento- también estaba regresando con una imagen totalmente radical, pues ahora el antiguo pelinegro podría calificarse como un rubio platinado. 

Su madre se había quedado sin palabras al verlo aunque después de unos minutos analizándolo bien lo primero que le soltó fue un simple aun te falta perder peso para quitar esas mejillas regordetas, y el rubio te hace ver pálido Baekkie, para después darle un corto abrazo que carecía de cariño. Baekhyun intentó ocultar el hecho de que esas palabras lo habían hecho sentir mal pero no pudo hacerlo mas cuando Minseok lo encontró terminando de vomitar en el baño del campamento. 

Baekhyun cayó en sus brazos sintiéndose completamente agotado, llorando por unos cuantos minutos hasta que Minseok por fin consiguió calmarlo con sus lindas palabras, pero es que de verdad no podía creer que lo primero que su madre le había dicho después de no verlo ni tener ningún tipo de comunicación por 10 semanas enteras fuera eso. Minseok se había convertido en un pilar fundamental para el en tan poco tiempo pero ahora no sabia que iba a hacer cuando volviera a Seúl y el mayor no estuviera ahí al lado de su cama cuando quisiera consultar o hablar de algo a mitad de la noche, porque Minseok vivía en Busan y por supuesto que pasaría bastante tiempo para que pudieran verse de nuevo.

No podía engañarse a si mismo y decirle que no lo iba a extrañar con todo su pequeño cuerpo y débil alma, y aunque sabia que estaba extremadamente prohibido el mantener contacto con los compañeros del campamento Baekhyun simplemente decidió mandar esa regla a la mierda y memorizarse el numero de Minseok hasta saberlo al derecho y al revés.  

Kim Minseok, a pesar de haber pasado por muchas cosas incluso mucho peores por las cuales había pasado Baekhyun, era un chico extremadamente extrovertido e incluso Baekhyun podía decir que -de alguna extraña manera- al pasar tanto tiempo con el se le había pegado un poco de su burbujeante personalidad. Pero definitivamente lo que mas le había ayudado a sobrellevar todo había sido seguir las reglas que Kim Minseok mantenía para no dejarse pisotear por los demás.

—Veras Baekkie —Minseok susurró varias noches atrás, terminando de aplicar el tinte decolorante en el pelo del menor—, una vez leí en internet que para lograr las cosas que se te hacen imposibles simplemente tienes que fingirlo hasta lograrlo. 

—También he leído eso —susurró Baekhyun mirándose en el espejo.

—Y he descubierto que es verdad —Minseok sonrió—, así que porque haz sido el mejor de los amigos que he hecho en este lugar nefasto... Deseo darte un regalo.

—¿A parte de este? —Baekhyun se refería al nuevo color de su pelo—, pero Seokkie, yo no tengo nada para darte y me parece injusto...

—Calla —Minseok negó con una pequeña sonrisa, envolviendo la cabeza del menor en una bolsa de plástico—, tu regalo para mi es tu amistad por mas cursi que eso pueda sonar, eh. Ahora escúchame bien atento ¿Si?

—Si —Baekhyun le sonrió, sintiéndose cálido solo al escucharlo. Muy pocas personas lo habían hecho sentir de esa manera en la vida y tener a alguien así en ese lugar había sido bastante reconfortante. 

Eres Suficiente, Byun Baekhyun «chanbaek»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora