Capítulo 3: La caminata mas larga de mi vida

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En el fondo quería correr a estar con Siara, pero sabía a la perfección que si lo hacía me diría "todo estaba bien" para luego alejarme de ella.

Estaba perdido en esos pensamientos pero en eso Rita me sacó de allí preguntándome si podía ayudarla basketball, a esto accedí, ella no sabía jugar mucho pero estaba aprendiendo por clases obligatorias.

Recuerdo que ella solía practicar en algunas tardes para poder aportar más al equipo femenil y no ser considerada solo una porrista.

Solía tener una pésima puntería, siempre apuntando al aro en vez de al cuadro.

Llegamos a la cancha de basketball que como siempre a esta hora estaba vacía, allí Tina sacó una pelota de su mochila y empezó a botarla.

-Practique estos días, creo que mejore- Decía con una sonrisa en su rostro.

Pero justo cuando pasó a mi lado fácilmente le quité el balón, logrando así llevarmelo a la canasta, donde haría mi presuntuosa entrada que daba una canasta limpia.

-Fácil, como siempre siendo el mejor- Le dije, lanzándole el balón.

-Como siempre tan humilde- Decía mientras botaba de nuevo la pelota.

Ella me pidió que le enseñara a encestar, así que estuvimos unos minutos turnándonos para intentarlo.

El tiempo se fue volando, y cuando al fin pude ver el reloj observe con temor que eran las 6 de la tarde, así que me disculpe con Tina por dejarla y salí corriendo a un pequeño negocio que mi mamá había encontrado para que posara en sus anuncios, el tramo no era tan largo, pero tendría que ir a máxima velocidad a través del parque de la ciudad.

Mi madre sin duda me mataría, una cosa era llegar 15 minutos tarde, o hasta unos 20 me aceptaría, pero una hora sin duda jamás la dejaría pasar.

Iba corriendo, el lugar estaría como a 10 minutos a pie, pero al ver aquellas largas calles llenas de personas pareciera como si fuera a tardar horas para llegar.

Luego de un tiempo logré llegar a aquel parque, ya solo tendría que cruzarlo y llegaría a aquel pequeño negocio, pero justo cuando iba corriendo vi una figura conocida a mi lado derecho.

Aquel cabello café oscuro rizado, esa piel oscura, esos labios grandes y esos ojos marrones en los que me perdía... Era imposible confundirla, aquella chica era Siara, quien iba acompañada de un hombre adulto a quien abrazaba y besaba cariñosamente, al verla no podía creerlo, cómo era posible que aquella chica que tantas veces me había hecho sonreír estuviera con alguien más.

Solo podía sentir como mi corazón era destrozado poco a poco, llenándose de dolor al mismo tiempo que mis ojos se llenaban de agua, a pesar de esto decidí ir junto a ella ya que una parte de mi se negaba a aceptar esa realidad.

Cuando iba hacia ella mi corazon latia a mil por hora, pero sin duda este empeoro al tocarle el hombro, ella se volteo, poniendo una cara nerviosa y unos ojos llorosos.

-Lo puedo explicar- Decía mientras lloraba, pero era tarde, no era tonto, sabia lo que estaba pasando.

Me fui sin dudarlo, pero ella no me siguió, solo se fue con aquel hombre por el que me cambio.

El resto del camino lo hice a una velocidad media, tenía que sacar todo antes de llegar o el regaño de mi madre sería peor, así que mientras caminaba secaba mis lágrimas rápidamente, de tal manera que nadie pudiera ver lo que sentía.

Luego de la más larga caminata de mi vida llegue a ese pequeño negocio, al que entre secándome las lágrimas y poniendo la mejor sonrisa.

-¿Dónde estabas? Te dije que a las 5, eres un inutil bueno para nada- Decía, pero sus palabras ya no dolían, estaba acostumbrado a ellas y a fingir que nada pasaba.

Solo me disculpe y realice la sesión para luego retirarme a mi casa, en donde mi madre me dio un discurso de mi irresponsabilidad.

No sabia que hacer, la chica a la que solía llamar mi mejor amiga y luego mi novia estaba con alguien más y yo de seguro no había sido nada para ella, entre tantos pensamientos decidí mejor dormir para no tener que pensar.

Pero ni siquiera en mis sueños me salvaría, ya que aparecería de nuevo en aquel campo de flores junto a Jule quien estaba sentada en una gran camioneta.

-¿Qué haces aquí tan temprano?- Pregunto preocupada.

En ese momento quería decirle que todo estaba bien, que no era nada, que solo estaba cansado, pero el fingir en los sueños es más complicado, en cuanto abrí la boca para decirlo las lágrimas brotaron y caí de rodillas.

-¿Qué sucedió?- Preguntó con un tono suave de voz.

En ese momento supe que por primera vez tendría que decir la verdad.

-Mi novia... Ella... Estaba con otro...- Le dije con la poca voz que tenía.

Jule me abrazaba con tanta fuerza que me sentía que explotaría, fue en ese momento que decidí el decirle todo.

-Ella era mi mejor amiga, nos conocimos ya que viviamos cerca, ambos jugábamos con la pelota y corríamos-

Al decir esto en medio del campo se vio su sombra de niña, la cual reflejaba su mismo espíritu.

Fue en ese momento que al seguir hablando la sombra y el lugar lo reflejaban.

Era esa calle en la que solíamos jugar y su sombra se divertía junto a mi como siempre.

-Ella me empezo a gustar hace 1 año y le dije, así que iniciamos una relación hace ya 10 meses, amaba sus ojos, su cabello, su humor y simplemente todo de ella, para mi era la chica perfecta-

Su sombra en ese momento se convirtió en la sombra de la chica que veía en mi escuela todos los días y que solía alegrarme y animarme con solo estar ahí.

-Ella estuvo ahí siempre, me consolaba en los malos ratos, festejaba junto a mi en las buenas y... Simplemente era lo mejor estar con ella.-

-Tenía planeado darle el mejor regalo al año, le daría sus dulces favoritos, sus flores favoritas y la llevaría a dar una vuelta para luego entregarle una caja que había estado haciendo hace ya tiempo.-

En frente mío estaba aquella sorpresa que jamas le daria a la chica que amaba, aquel bosque lleno de flora que tenia millones de luces que llevaban por el sitio y aquella caja que tenia todos los regalos que siempre le quise dar, peluches, flores, su libro favorito... Todo eso hizo que explotara y llorara aun más fuerte, Jule me abrazo mientras el lugar y la sombra se desvanecian de un momento a otro.

Amor de sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora