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Los fríos ojos enjoyados del regente obeliano miraban con desinterés al joven príncipe peliazul, inspeccionaba minuciosamente todo lo que hacia y vestía, desde su rostro jovial hasta su traje real. Seguía reverenciando en su dirección, pero Claude no tenia intenciones de dar una orden para que dejara de saludar y descansara.
Sus cejas se fruncieron ligeramente, un movimiento sutil que no seria notado en la lejanía. La ropa que este príncipe y sus dos acompañantes traían puesta sin dudas era de acuerdo a la etiqueta pedida en su banquete de cumpleaños, pero eso debería haber sido imposible de lograr.

─ Querido padre.─ la joven princesa castaña le dirigió una mirada amable al mayor, pidiendo silenciosamente su comprensión.

─ Dejen de saludar.─ rendido ante su pequeña hija, se pregunto internamente cuando se volvió tan débil contra Jennette ─ Sus caras no me parecen conocidas, supongo que son dos príncipes más de los tantos que hay en el imperio Bloom.─

Está en lo correcto, majestad.─ su sonrisa grácil fue dirigida al regente sanguinario frente suyo ─ Nos conmueve enormemente que su gracia haya tenido la amabilidad de invitar nuestro floreciente imperio bloom a tan importante celebración.

«"Conmueve" mi trasero, maldito emperador sínico»─ ☁️

Internamente sus verdaderos sentimientos eran expresados por medio de sus pensamientos, queriendo acabar con el martirio disfrazado de alabanza al monarca obeliano. Al menos agradecía la decencia de la princesa castaña por haber impedido qué sus cabezas siguieran inclinadas para el gusto de Claude.

─ Padre, me gustaría que el banquete iniciará ya.─ la voz de la antes mencionada joven princesa fue escuchada por todo el salón, dirigiendo sus palabras al rubio emperador.

Como si la voz jovial de la fémina fuera un discurso de apertura, el evento al fin dió comienzo. Ambos príncipes con cabellos color pastel y su guardia albino dieron un último saludo y se dirigieron a un lugar un poco apartado de los demás en el gran salón de banquetes. Pocas personas se acercaban a saludar pues era bien sabido que había cierta tensión entre el imperio Bloom y el imperio de Obelia.

Dylan dirigía su mirada aqua por todo el lugar, recorriendo cada rincón iluminado del salón buscando a cierta sirvienta castaña. Cuando creía haberla encontrado, solo obtuvo un sentimiento de decepción al haberse percatado de que simplemente se confundió de persona.

─ Su alteza, ¿Puedo saber a quien está buscando?.─

Boris se situo detrás del príncipe azulino, preguntando con discreción por mera curiosidad al ver la mirada inquieta de su joven protegido.

Estoy buscando a Tania.─ no tuvo problemas en admitirlo, pues no había nadie más aparte de Boris y Adal para escucharlo ─ Creí que estaría participando como alguien más del personal atendiendo a los nobles, pero por más que la busco no la encuentro.─

Entonces eso significa que simplemente no está aquí, seguramente tiene el día libre o está cumpliendo su labor de sirviente en el palacio del emperador.─ su hermano menor, con cierto desinterés, dió su opinión sobre el asunto ─ Pareces pendiente de ella.. como si te importará.─ los ojos rosados miraron despectivamente a Dylan.

Es parte de la gente de mi imperio, obviamente debe importarme ella, Eddy.─

─ No hablo de ese tipo de importancia.─

Su pequeña discusión termino en cuanto la princesa heredera de Obelia se acercó a paso lento pero firme a sus posiciones. Inmediatamente ambos príncipes adaptaron una expresión amable en sus joviales rostros, sin dejar ver el escepticismo que sentían por la familia real de ese imperio.

|LP| ⌈🎭Kaimós⌉Where stories live. Discover now