Athanasia, la princesa olvidada del imperio Obeliano. Una niña la cual sufrió injusticias por anhelar el cariño de su padre, es decir, ¿qué tanto le costaba al emperador un simple "te quiero"? Por muy falso que hubiera sonado, ella lo habría recibid...
El viaje fue pesado, inclusive más molesto de lo acostumbrado. La simple tarea de poder salir del imperio obeliano sin levantar sospecha alguna ya resultaba estresante para los tres individuos, pero demostrando la experiencia que habían acumulado pudieron lograrlo exitosamente.
Cuando los pies del grupo pisaron tierras conocidas, no pudieron evitar sentirse más calmados y satisfechos. El imperio Bloom, famoso por su increíble uso de la magia y hechizos, se veía igual de resplandeciente que cuando tuvieron que abandonarlo hace aproxidamente cinco años. Tuvieron que caminar unos cuantos minutos para llegar a la capital principal, lugar donde podrían usar un círculo de teletransportación y así poder ir a la entrada del palacio real.
─ Al fin en casa, ya extrañaba este ambiente~.─ el rosado expresó con felicidad, aspirando el aroma abundante a gardenias que adornaba el aire.
─ Su alteza, el círculo está activado.─
Por su parte Dylan asintió a las palabras de su fiel escolta. Pronto pudieron vizualisar repentinamente la imagen del imponente palacio en el cual vivían. Fueron bien recibidos por varios caballeros los cuales esperaban en una sincronizada fila al príncipe azulado, Boris dio ordenes que le fueron dictadas y así, pudieron proseguir adentrarse en el enorme lugar ya familiarizado.
No se hizo de esperar una convocatoria al salón del trono, donde actualmente estaba esperandoles el emperador. De entre los tres, Dylan sería el responsable de hablar en toda la pequeña 'reunion'.
Al menos pudieron llegar de forma segura a su hogar.
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Por su parte en Obelia las cosas eran un poco agitadas, y no era para menos. El cumpleaños del regente de esas tierras estaba a tan solo la vuelta de la esquina.
Aunque todo era paz en el palacio Ruby y sus habitantes, más para Lilian. Su querida Athanasia se veía más ocupada en sus propios asuntos que pensar en su padre biológico, además, ya no visitaba como habitualmente hacia al emperador. Esa simple acción hizo que la curiosidad burbujeara en el interior de gran parte de personas. Jennette era una de ellas, ya no ver el rostro de la joven rubia mientras rogaba por la atención de su padre le parecía extraño. Por ese simple hecho fue que decidió darle una visita rápida, aunque a hurtadillas.
Le sorprendió ver la calma y, por lo visto, lo pacífica que se veía Athanasia, sin rastros de siquiera estar planeando algo para Claude. Más que causarle alivio le provocó ansiedad, por lo cual la querida castaña se quedó espiando por un tiempo más.
Suerte tenía de que Lucas no se encontrará en compañía de la rubia.
─ Tal vez deba hacer un broche de hortensia¹, pero... ¿No levantaria sospechas? Quizas si se lo doy en anónimo...─
No hace falta decir que Jennette estaba confundida, hasta que la conversación propia que estaba teniendo Athanasia fue de alguna forma interesante para ella.
