Siempre me habían hablado de ella, mas no creía que llegara a existir. Pero llegaste tú y pusiste mi mundo, mis ideas patas arriba.
No tenías esa magia de la que me habían hablado, no. Tú tenías una magia especial, peculiar. Y sin duda, la más bonita de todas.
Esa sonrisa, esos ojos, esa risa y esas dulces caricias... todo tú eras magia. Ojalá volver a probar esos mágicos besos, esa magia que supuestamente me hechizaba solo a mi...