Siempre he ido agarrada de la mano de mis miedos y mis inseguridades. Recurría a ellos cuando no tenía a nadie con quien contar. Mis traumas, mis cicatrices y mis temores siempre han estado allí, en mis buenos y sobre todo en mis malos momentos. Y después de un largo trayecto he comprendido que, aunque sean parte de quien soy, no quiero que definan quien quiero ser. No quiero dejarlos de lado, no puedo, pero sí quiero aprender a gestionarlos. Saber que la vida no es tan perfecta como pretendo y que me ocurrirán cosas malas, pero que pese a ello no debo dejar que mi mundo se derrumbe. Quiero saber identificar mis emociones y el porqué de estas, y no prohibirme sentirlas. Quiero abrazar mis oscuridades y aprender a amarlas. Me quiero sentir sana y libre. Me quiero sentir yo.
