18|La hora de Granger

268 15 0
                                    

Abraxas miró a la pareja, que se abrazaba con fuerza, con una mirada de indiferencia en los rasgos de Riddle. Hermione, sin embargo, tenía algo de miedo en sus ojos. Con razón, por lo que entendía, los torneros del tiempo eran causa de gran destrucción.

Pero entonces notó el temblor en su voz, cuando preguntó: "¿Dónde lo encontraste?".

Apretó las cejas, pensando en cómo estaba en el suelo del dormitorio, junto con una rebeca gris que había sido extrañamente arrojada al suelo. En cuanto lo encontró, ordenó a Riddle que se reuniera para discutir el asunto. Algo tan grande no podía dejar de discutirse. Luego miró a Hermione, que ahora llevaba una rebeca. De hecho, la prenda le había quedado pequeña.

"¿Es tuyo?" Habló en voz alta, notando las expresiones inexpresivas que mantenían.

Hermione miró a Riddle, como buscando qué hacer a continuación. "Sí". Respondió ella. "Es mío. Dumbledore me lo dio para que pudiera asistir a varias clases a la vez".

"¿Por qué no me lo has contado? No me habría importado". Contestó de nuevo en un arrebato de calma.

"Malfoy". Comenzó Tom. "El tiempo es una cosa peligrosa con la que conspirar. Dumbledore pidió que nadie lo supiera". Extendió la mano como para recuperar el instrumento.

"Pero tú lo sabes".

"Es bastante difícil no saberlo, teniendo en cuenta lo cerca que estamos". Riddle esbozó una pequeña sonrisa y se colocó el girador de tiempo en la mano. Sus dedos se enroscaron alrededor de él como para proteger el objeto.

Todos volvieron a la sala común, pero se encontraron con que Draco seguía levantado, sentado junto al fuego.

"¿Dónde estaban todos?" Inquirió con una expresión de aburrimiento.

Hermione habló antes de que Abraxas tuviera la oportunidad. "Abraxas encontró el giratiempo, estábamos informándole..."

Draco miró hacia arriba, sorprendido. "Le habéis hecho saber que es-" miró por encima del hombro y bajó el tono. "-Mi abuelo".

A Hermione se le cayó el estómago. Sacudió ligeramente la cabeza hacia Draco.

"¿Soy su qué?" anunció Abraxas con la mayor confusión.

Una sonrisa de satisfacción se formó en los labios de Draco cuando comprendió lo que acababa de revelar. Se rió casi con siniestra. Luego, con mucho cuidado, se arremangó la manga, revelando la marca negra y desvaída que estaría para siempre en su antebrazo. "¿Reconoces este Abraxas?" Preguntó.

"¡Malfoy, no lo hagas!" Advirtió Hermione, con los ojos brillando peligrosamente.

"Es la marca que su Señor aquí presente había planeado para todos ustedes. La marca oscura. Para los mortífagos". Escupió, ahora desviando los ojos para mirar a Riddle. "-¡Para siempre la marca!"

"Tom, ¿qué significa esto? ¿Dices que es del pasado?" desafió Abraxas.

Riddle se pellizcó la nariz, con la papada hinchada mientras intentaba controlar su creciente temperamento. "¡Granger, encárgate de ellos!" Ordenó, antes de salir furioso de la sala común.

Hermione observó con miedo su figura en retirada. Conocía su carácter. Estaría enfadado consigo mismo, sería culpable. Su rostro era frío, su estatura era alta y sus zancadas furiosas. Era el Tom Riddle que ella conoció una vez, que tenía verdadera capacidad para convertirse en Voldemort.

Abraxas la miró, casi con disculpa. Ella se cruzó de brazos, no le importaba exponer a Draco ahora después de que él tuviera tan descaradamente su momento de orgullo. "Abraxas..." Comenzó, ahora sabiendo que la verdad debía seguir. Pero la verdad sería peligrosa. La verdad había sido ocultada por una buena razón. "-Draco y yo, bueno, somos del futuro".

Ahí estaba expuesto. Allí estaba el secreto que Riddle le había sacado. El secreto que Dumbledore siempre supo. El secreto que si ella contaba demasiado, alteraría la realidad misma de sus dos mundos.

Sí, era su secreto. Pocos sabían quién era ella. Pocos sabían lo esencial que era su vínculo con Tom Riddle. Era su tiempo, el tiempo que intentaba controlar. La vez que estuvo en dos lugares a la vez, tanto en adivinación como en transfiguración. La vez que había salvado a Sirius Black sólo para que lo asesinaran dos años después. La vez que se había deslizado accidentalmente a través de él, y había aterrizado cara a cara con un joven que tal vez nunca conociera de verdad. La vez que había decidido volver, abandonando toda razón para estar de nuevo con Tom Riddle, a pesar de cualquier consecuencia o necesidad. El tiempo que permitió a un nieto enfrentarse a su abuelo a la misma edad.

Era el tiempo de  Granger.

Lo que fuera a seguir era su responsabilidad, su obra. No, no era algo tan grande lo que Abraxas sabía ahora. Sin embargo, de todos modos sintió que esta vez había revelado demasiado.


----El fin----

----El fin----

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El tiempo de un Granger (Tomione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora