A través de las ventanas de la biblioteca podía apreciar como el sol se ocultaba lentamente. Aquel día me vi obligado a quedarme en la facultad hasta tarde, terminando un trabajo que como siempre, había dejado para el último momento.
Le había prestado el coche a mi compañero de piso, así que nada más terminar en la biblioteca, me encaminé hacia la parada de guaguas, o autobús, como se dice aquí en Madrid.
El vehículo me dejó justo enfrente del piso en el que me alojaba, tras cruzar la calle, pasé al lado de mi coche y me dispuse a entrar en el edificio; pero algo que me llamó la atención me hizo volver sobre mis pasos. Un arañazo ahora adornaba mi coche; bueno, más que un arañazo, era un enorme tajo que lo cruzaba de lado a lado.
Subí rápidamente las escaleras y entré en el piso intentando controlar mi ira.
-¿Por casualidad no te habrá sucedido algo con mi coche? – le pregunté en cuanto le vi
- A, sí, sobre esto te iba a hablar... – contestó en tono de disculpa – pero no te preocupes, yo estoy bien, no me ha pasado nada...
Inmediatamente corrió hacia la ventana y, utilizando la escalera de incendios, descendió hasta la calle. Quizás el hecho de que yo estuviera echando espuma por la boca le incitara a huir...
Su intención era poner tierra de por medio las dos horas que me duraría el enfado. Así que seguí sus pasos rápidamente y decidí que lo más justo, sería atropellarlo con el coche.
Le seguí por las calles, no demasiado rápido, porque quería cansarlo un poco primero, para que le fuera imposible esquivarme. Pero accidentalmente, al doblar una esquina, embestí a un pequeño gato, acabando con su vida en el acto. Pobre gatito... Su muerte me hizo olvidar lo del enfado y bajé del coche en su auxilio.
Mi compañero que se ocultaba en un callejón cercano también acudió y juntos lo enterramos en un parque de por allí. Como me ayudó a celebrar la ceremonia fúnebre y se ofreció amablemente a pagar la reparación (todo sin ningún tipo de coacción), finalmente le perdone y volvimos a nuestro apartamento.
Nota: Durante esta historia no ha muerto, ni ha sido maltratado ningún animal.
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Triple Enfado
Short StoryTres relatos cortos: misma historia, distintos puntos de vista.