FATUM SAGA - Lunes oscuro (Spin off)

ACTO 1

Miguel Yrigoyen, clérigo del coven central, tenía solo dos aprendices. Por un lado, está Juan José Melendy, a quien cariñosamente llamaba Juanjo, un joven mago talentoso que provenía de una familia de brujos salvajes. La excepcional magia que poseía este jovencito le permitía ver el futuro, sus habilidades fueron probadas una y otra vez hasta que se comprobó su veracidad.

Por otro lado, está su otro aprendiz, su propio hijo, Christopher Yrigoyen. El pequeño resultó ser especial dentro de gente especial. Nació con dos corrientes de brío, una celestial y una infernal, algo no muy frecuente entre los Yrigoyen ya que en las recientes generaciones nacen con una o con la otra. El evento regocijó al coven entero, incluso al clan Yrigoyen del mundo.

¿Qué resultaba tan especial en el linaje Yrigoyen? Los magos y brujos en general son hijos de Lucifer, el último hijo de Satán y Lilith, con algunas humanas; sin embargo, los Yrigoyen son descendientes de la unión de Lucifer con un ángel, de la cuál se desconoce el nombre.

Esta unión colocó a los Yrigoyen por encima de todos los tipos de magos, pues todos nacieron con la capacidad de desarrollar cinco habilidades, el famoso pentagrama Yrigoyen. Estas habilidades son: La anulación, la absorción de habilidades e Iblis, el vacío, la destrucción y, por último, la habilidad del abismo. Esta última habilidad solo podía ser aprendida por los Yrigoyen que nacían ambos bríos, puesto que se necesitan ambas energías para abrir el lugar que el Dios padre denominó la cárcel de los inmortales, tanto ángeles como demonios. La mayoría de los Yrigoyen solo nacen con una corriente de brío, celestial o infernal, aun así todos ellos son capaces de usar todas las habilidades del pentagrama con excepción del abismo.

Cuando Juanjo fue acogido por el coven a sus 16 años, Chris solo tenía 6 años. Durante ese periodo toda la atención de Miguel Yrigoyen estaba centrada en su aprendiz Juanjo. En su iniciación, en los entrenamientos, al retorno de sus misiones, en todos esos casos siempre estuvo presente Miguel. Todo el amor familiar que Juanjo no obtuvo de sus padres, lo halló en Miguel y Matilde Yrigoyen. Pero un día, Chris a sus 10 años, sintió por primera vez el hambre. Eso solo significaba una cosa, era momento de hacer su ritual de iniciación y debía pactar con un Iblis o un Malak, uno propio, uno que esté a la altura de un Yrigoyen.

Tras este suceso, toda la atención de Miguel se volcó sobre Christopher. Enfocándose en reforzar la instrucción mágica que ya había recibido, técnicas de respiración de brío para que su hambre se mantenga calmada y no dañe a otros seres mágicos o humanos, el desarrollo de las habilidades del pentagrama, entre otros aspectos. A su vez, Christopher progresó con rapidez desarrollando su primera habilidad, la absorción, el coven entero empezó a admirar los dotes del chico.

Juanjo continúo al lado de Miguel, como su asistente, pero aquel trato cálido y familiar fue perdiéndose hasta quedar solo una relación cordial de jefe y subordinado.

La envidia de Juanjo hacia Chris no hizo más que incrementar al grado de odiarlo y querer ser mejor que él. En este punto Juanjo tenía 20 años. El chico siendo asistente del clérigo tenía acceso a toda la informacion que estaba en las bibliotecas del coven, incluida la de los altos mandos. Juanjo buscaba formas de potenciar su clarividencia o de cómo aumentar su cantidad de brío para desbloquear las otras habilidades de Otis, su iblis. Su búsqueda tardó días, semanas e incluso meses antes de tener resultados favorables.

- "Magia de invocación, Otis". - invoca Juanjo a su iblis harto de no tener avances en su investigación.

- "Je, je, je. Es tan gracioso verte frustrado. Déjame adivinar ¿quieres que vea un futuro en el que seas mejor que Chris?"

- "Soy mejor que ese maldito mocoso. Solo necesito más poder, necesito demostrar mi superioridad".

- "Hay un futuro en el que logras tener relativo éxito y en el que dejarás al joven Yrigoyen en completa desolación".

- "¡Sí, muéstramelo!". - Exclama entusiasmado Juanjo.